Tenemos por fin a punto de aprobarse la Ley de la Eutanasia que llevaba dos años ya dando tumbos por el Congreso de los Diputados y que no acababa de salir al pleno para su votación definitiva. Debo decir de antemano que me parece una buena ley, una ley necesaria que no puede ser sustituida, como el Partido Popular ha pretendido, por una ley de cuidados paliativos porque cada una de esas regulaciones habla de situaciones distintas y no comparables.

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