Se diría que a algunos les sorprende que se suban a los coches exactamente como se subieron antes y que arrojen vallas exactamente como las arrojaron antes. El nacionalismo siempre está sorprendiendo a nuestros políticos moralistas o a nuestros moralistas de la política, y eso que no deja de repetirse, que todas sus batallas parecen reproducir las mismas fotos en mármol o en vivo, como escenas de Iwo Jima. Coches pisoteados como leyes, leyes apedreadas como coches; el discrepante acosado, marcado, agredido, expulsado de la ciudadanía, de la democracia; la democracia misma que empieza a entenderse y a predicarse sólo como coacción de las multitudes... El nacionalismo es consustancialmente violento, como un niño frustrado, pero esta violencia que además se repite como invariable coreografía no puede sorprender más que a los hipócritas.
Todas las claves de la actualidad y últimas horas, en el canal de WhatsApp de El Independiente. Únete a nuestro canal de Whatsapp en este enlace.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Marlaska otorga la Gran Cruz del Mérito a los mandos que ascendió en lugar de Pérez de los Cobos
- 2 La policía desaloja la sede del PP por un aviso de bomba
- 3 Sánchez comió con Broncano para asegurarle su fichaje por RTVE
- 4 El mapa de Marruecos con el Sáhara alimenta las hostilidades deportivas con Argelia
- 5 Qué recorrido judicial puede tener la denuncia contra la mujer del presidente del Gobierno
- 6 Ryanair, Iberia y Air Europa cancelan vuelos por huelga en Francia
- 7 Calendario laboral mayo 2024: todas las fechas del puente y dónde es fiesta
- 8 Carlos Alsina consigue la mejor audiencia de su historia
- 9 El jefe antidroga de Murcia dio de alta a un colaborador policial por petición de su confidente