El proyecto para crear un nuevo partido de centro derecha en España, nucleado en torno al PP y a Ciudadanos, saltó ayer por los aires. La buena sintonía entre Pablo Casado e Inés Arrimadas no ha sido suficiente como para evitar un seísmo que tiene su origen en los resultados de las elecciones en Cataluña, en las que C's y el PP tuvieron unos resultados desastrosos.

La moción de censura para desbancar al PP del poder en la comunidad y el ayuntamiento de Murcia ha sido una obra maestra diseñada desde Moncloa precisamente para evitar que esa confluencia -querida por Génova y deseada por muchos dirigentes de Ciudadanos- cuajara en los próximos meses. Arrimadas no supo ayer dar una explicación razonable al secretario general del PP, cuando este la llamó por teléfono a primera hora de la mañana para saber si la moción en su tierra -Teo García Egea lleva a gala el ser murciano- contaba con su aval.

Los nervios estaban a flor de piel. Pasadas las 11 de la mañana, los nueve senadores de Ciudadanos, que son también diputados autonómicos, abandonaron sus escaños en la Cámara Alta para acudir a una reunión de urgencia en la sede de la Asamblea de Madrid, sita en Vallecas. A esa hora Isabel Díaz Ayuso comunicaba a su consejo de gobierno su decisión de adelantar las elecciones en la Comunidad.

La presidenta de la Comunidad de Madrid había comunicado previamente su intención al líder del PP, que le dio luz verde sin dudarlo. El jefe de gabinete de la presidenta, Miguel Ángel Rodríguez, estaba eufórico. No era la primera vez que había empujado para convocar elecciones anticipadas, dada la mala relación entre su jefa y el vicepresidente, Ignacio Aguado (C's), al que un día sí y otro también habían tenido que desautorizar por decisiones o declaraciones sobre la gestión de la pandemia. ¡Por fin, elecciones! ¡Por fin Rodríguez tiene la posibilidad de demostrar que Ayuso es algo más que un producto del márketing político madrileño con fecha de caducidad!

La rapidez con la que reaccionó Ayuso sorprendió a la izquierda. La decisión de Más Madrid y del PSOE de presentar sendas mociones de censura contra la presidenta de la Comunidad, es una improvisación que lo único que pone de manifiesto es su miedo a lo que pueda pasar el próximo 4 de mayo, día en el que teóricamente tendrían que celebrarse los comicios.

Las espadas están en alto y el terremoto ha tenido también su repercusión en Castilla y León, donde el PSOE ha presentado una moción de censura contra el gobierno de Alfonso Fernández Mañueco, con escasas posibilidades de éxito, por cierto. Mientras, en Andalucía, donde también gobiernan en coalición PP y Ciudadanos, se respira tranquilidad. Juan Manuel Moreno Bonilla no tiene ninguna duda de que Juan Marín (C's) permanecerá fiel al acuerdo de coalición firmado en enero de 2019.

El proyecto de alianza entre PP y C's ha saltado por los aires. El diseño de Sánchez se impone: una izquierda con un sólo referente (el PSOE) y una derecha que se disputan PP y Vox. Un cómplice: Arrimadas

Lo sucedido el día 10 de marzo de 2021 marcará la política nacional para los próximos años. Por ello, conviene pararse a valorar algunas de las consecuencias de la moción de Murcia, pactada con el visto bueno y el impulso de Pedro Sánchez e Inés Arrimadas:

Queda abortada una posible fusión del PP y Ciudadanos. Algunos dirigentes críticos con Arrimadas darán ahora un paso adelante.

Forzadamente, el PP tendrá que girar hacia Vox. Si Casado quiere gobernar en Madrid sólo podrá hacerlo con un pacto postelectoral con el partido de Santiago Abascal. Ese giro también tendrá repercusiones a nivel nacional.

La jugada de Ayuso es de alto riesgo. Para gobernar tendrá que seducir prácticamente a dos tercios de los 625.039 votantes que Ciudadanos tuvo en las elecciones de mayo de 2019, en las que logró 26 escaños. Si pierde, su futuro estará en entredicho. Pero si logra gobernar -en coalición con Vox- se convertirá en una referencia para el PP a nivel nacional. Será la nueva Esperanza Aguirre.

La moción de Murcia significa, de facto, el principio del fin de Ciudadanos. En Madrid, su última gran plaza fuerte, sus votantes probablemente se dividirán. Los que estén más a la derecha votarán por el PP o incluso por Vox, mientras que los más socialdemócratas votarán al PSOE. El voto útil y la polarización que se van a producir en las elecciones de Madrid actuarán como un exprimidor para las expectativas electorales de Ciudadanos. Y un mal resultado en Madrid, la pérdida de la Comunidad, tendrá consecuencias dramáticas en toda España.

Las elecciones de Madrid serán una prueba para la fortaleza del PSOE. Si después del relativo éxito conseguido en Cataluña logra un buen resultado en la capital de España, incluso aunque no logre arrebatarle el gobierno a Ayuso, los socialistas verían más clara la posibilidad de adelantar las generales para poder gobernar en solitario. Claro que, para dar ese salto, el PSOE tendrá que cambiar de candidato.

Madrid será un test para los partidos a la izquierda del PSOE. Más Madrid no atraviesa por su mejor momento y Podemos tampoco. Es probable que el voto útil de la izquierda se vaya masivamente al PSOE, lo que convertiría a ambas formaciones en irrelevantes.

Por último, la ruptura de PP y C's es un triunfo para Vox. Ahora la competición en el campo de la derecha sólo tendrá dos opciones. La tesis de Abascal de que, finalmente, el PP no tendría más remedio que aproximarse a su partido, ha terminado por convertirse en realidad, aunque a Casado no le guste.

El diseño de Sánchez para permanecer en el poder, del que la moción de Murcia es un episodio más, se impone: a la izquierda un PSOE cada vez más fuerte, edificado sobre las cenizas de la extrema izquierda; a la derecha, dos partidos en disputa, PP y Vox, una opción a la que no será difícil cargarle el lastre del populismo extremo.

El proyecto para crear un nuevo partido de centro derecha en España, nucleado en torno al PP y a Ciudadanos, saltó ayer por los aires. La buena sintonía entre Pablo Casado e Inés Arrimadas no ha sido suficiente como para evitar un seísmo que tiene su origen en los resultados de las elecciones en Cataluña, en las que C's y el PP tuvieron unos resultados desastrosos.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí