Cuba, aquí, sigue siendo como el oriente comunista de pies desnudos y cestillos, de bicicletas voladoras y barbas acebolladas como cúpulas, o sea un cuento que aplaca la miseria y la tiranía con romanticismo de lamparitas mágicas. Aquí el comunista era sobre todo sovietista, y por la acerería, la imprenta o la viña nos salían paisanos con bigote ruso y sotana, como curas de Lenin o San Cirilo. Pero esto era para el proletariado de verdad, gente de sabañón y apero. Luego, el izquierdismo fetén, universitario, rebelde de padre franquistón y primeras películas francesas, tiró más para la revolución cubana, que estaba entre la política y las vacaciones, que era un comunismo de oasis, de postal, sin tundra y sin orejeras, un comunismo arremangado y de cocotero que parecía edénico frente al comunismo de galera metalúrgica de la URSS.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El Independiente | El diario digital global en español
- 2 Feijóo exige al Gobierno la liberación de la delegación del PP retenida en Venezuela
- 3 Banco Santander cambia de estrategia en los depósitos: del no se van a remunerar a queremos competir en el mercado
- 4 El Gobierno no descarta que el juez Peinado solicite al Supremo la imputación de Sánchez
- 5 La figura peligrosa y amoral de Zapatero vuelve a Venezuela
- 6 Nadal, la gran sorpresa en París con la antorcha olímpica
- 7 La inauguración de los Juegos Olímpicos, en imágenes
- 8 Cuándo juegan Nadal y Alcaraz Juegos Olímpicos de París 2024
- 9 Puigdemont despliega todas sus armas para frenar el pacto de investidura PSC-ERC