El PSOE va a registrar “de inmediato” la reforma del ‘sólo sí es sí’, que por lo visto la ley les acaba de sorprender, de sobrecoger, de despertar, como el apetito o la lujuria de madrugada. Cualquiera diría que la ley no se aprobó hace cinco meses, ni que salió del Consejo de ministros de su Gobierno de progreso como si saliera del taller de costura el traje campanero de Cristina Pedroche, tras una larga, pesada y frágil hilatura de tiempo, plumón, brilli-brilli, agujeros, publicidad, trascendencia y cursilería. Así que el PSOE va ahora a arreglar la cosa inmediatamente, o sea cinco meses después, con esa inmediatez del que llega tarde, con esa urgencia que pone siempre el incompetente por remediar lo ya inevitable (Sánchez es sin duda especialista en lo inevitable). Sánchez, que se sentía “orgulloso” de esa ley, que sólo pedía tiempo para que se “asentara”, como si fuera una infusión de las que pide Irene Montero en su ministerio / tetería; Sánchez, decía, ahora se nos pone inmediato o se nos pone flamenco. La ley, que era una pegatina, también fue la pegatina de Sánchez. Pero ahora quema y él no es Montero, Juana de Arco de las pegatinas.

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