Puede que haya sido sin su autorización explícita pero que Yolanda Díaz le está haciendo el trabajo sucio al presidente en funciones con el prófugo Puigdemont esa es una evidencia que los más acérrimos defensores de Pedro Sánchez no podrán negar.

La vicepresidenta segunda (no olvidemos que sigue siendo miembro del Gobierno en funciones) ha tenido buen cuidado de hacer su visita en un lugar “institucional” como es el Parlamento europeo, una manera de advertir que ella no se reúne con Carles Puigdemont en cualquier sitio sino en el lugar donde, recursos aparte, el prófugo de la Justicia sigue teniendo un escaño.

Y allá que se ha ido, sonriente hasta no poder más, que sólo le ha faltado estallar en una carcajada, al ver al árbitro de la legislatura.

Porque si el Tribunal Constitucional no admite el recurso que le han planteado los socialistas, el señor Puigdemont tendrá que votar a favor de la investidura de Sánchez, si es eso lo que le conviene, que hoy por la tarde sabremos algo más de sus pretensiones porque va a pronunciar una conferencia en la que, según parece, va a explicarlas.

Y si el TC admite ese recurso y finalmente valida el recuento de los votos nulos emitidos por los votantes del CERA, y otorga al PSOE el escaño que ahora se ha adjudicado al PP las cosas cambiarán muy notablemente porque el papel de Puigdemont se rebajaría considerablemente. Ya no sería imprescindible que votara a favor, simplemente que se abstuviera. Y eso no es una nadería.

En cualquier caso, el movimiento de ayer de Yolanda Díaz no le viene nada mal a Sánchez porque le evita en un primer momento ser él en persona quien protagonice lo que sin duda será la fotografía de todos los periódicos nacionales: el presidente del Gobierno en funciones y futuro presidente en pleno ejercicio, haciéndose la foto de rigor con el salvador de sus aspiraciones de poder, el prófugo de la Justicia Carles Puigdemont. Esa fotografía, si se produce, que no sabemos si tendrá lugar, lo que no tendrá es precio.

Puigdemont ha laminado del secretariado permanente a  todas las voces críticas y se ha rodeado de los más radicales en el enfrentamiento con el Gobierno, que ellos confunden con el Estado

El contenido de la conversación no ha trascendido de momento. De entrada, la conversación con Yolanda Díaz ha durado tres horas, y tres horas dan para mucho.  

Pero está próxima la Diada, la fiesta de la que se han apropiado los independentistas y es probable que las conversaciones de hecho no se inicien hasta que se celebre este evento y Junts pueda reprochar en su transcurso a ERC sus cesiones al Gobierno central y, por contraste, su apuesta por la auténtica independencia.

No en vano Puigdemont ha laminado del secretariado permanente a  todas las voces críticas y se ha rodeado de los más radicales en el enfrentamiento con el Gobierno, que ellos confunden con el Estado. Eso permitiría suponer que las condiciones planteadas pueden ser inasumibles dentro de la Constitución, pero esta tarde lo sabremos con certeza.

Y ahora vamos con Núñez Feijóo. ¿Se puede saber qué pito toca el interlocutor de que se trate, que todavía no sabemos quién es, hablando en nombre del PP con un prófugo de la Justicia o con cualquiera de sus representantes? Ese señor lo que tendría que estar es en la cárcel cumpliendo condena y luego siendo indultado como todos los demás porque el indulto no puede ser para unos sí y para otros no.

Pero Junts está presidido por un hombre que se dió a la fuga y carece de sentido cualquier conversación del PP con ese partido. Tan escandaloso es que Pedro Sánchez converse con Junts para amarrarse en la presidencia como que Núñez Feijóo o cualquiera de sus emisarios establezcan cualquier tipo de relación con esa formación política. Por descontado, los siete diputados de Junts no se moverán sin la autorización expresa del señor Puigdemont.

Razón de más para descartar cualquier tipo de contacto por parte del PP con Junts.