
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont interviene durante el homenaje al músico Pau Casals a los 50 años de su muerte en el exilio, en la Abadía de Sant Miquel de Cuixà
Vivimos en una realidad virtual, en un mundo paralelo donde ya no hay derecho ni revés, todo vale por igual, como decía el tango “lo mismo un burro que un gran profesor”. Ignorantes llegan a ministros, la palabra de un presidente no vale nada y las minorías gobiernan el país con un puñado de votos. Para llegar a esta parodia de democracia que es hoy España, hay que hacer creer a la mayoría que la realidad paralela es la cierta, dejar a un lado la lógica y nuestra historia, provocando que lo inverosímil se vea como posible y en poco tiempo hasta lo consideremos adecuado.
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