España es el país de la Unión Europea con más políticos ocupando cargos públicos. No hay cifras oficiales, pero entre cargos nacionales, autonómicos, europeos y locales, sumando direcciones generales, subdirecciones, y asesores, la cifra supera las 400.000 personas. El segundo país con más políticos es Italia que solo alcanza los 200.000 cargos públicos, la mitad que los nuestros. Alemania estaría en una tercera posición con apenas 100.000 políticos, eso sí, con el doble de población que España.

¿Son necesarios? ¿Es normal que tengamos más políticos que maestros, médicos o policías?

Es curioso que cuando el presidente presenta un libro, lo que pertenece a su actividad privada, hasta 14 ministros despejan sus agendas para rendirle pleitesía, ¿acaso no tenían nada que hacer durante esas horas? Seguimos con 22 ministerios, siendo el gobierno europeo más sobredimensionado tras Italia y Suecia.

También somos un año más el país con más políticos aforados de Europa.

La región de España que tiene colocados a más políticos en cargos públicos es Cataluña, curiosamente la única que se hunde a la cola de Europa en calidad de vida, por debajo de la media española.

Los cientos de millones de euros que nos cuesta mantener a los políticos cada año es parte del problema, solo diputados y senadores nacionales y autonómicos nos cuestan 700 millones al año, pero la cifra total es superior a los 200.000 millones de euros anuales.

La región de España que tiene colocados a más políticos en cargos públicos es Cataluña, curiosamente la única que se hunde a la cola de Europa en calidad de vida

Cuando el Gobierno y todos sus socios se niegan a reducir definitivamente el IVA de los alimentos básicos, aseguran que lo hacen porque con el 4% de IVA del pan y la leche se construyen hospitales y escuelas. Hacienda está batiendo todos los récords de recaudación tributaria y sin embargo necesitan más, preparan el aumento de 14 impuestos para enero, aseguran que es necesario para mejorar la situación de los desfavorecidos y los parados. Incluso que el 80% de los fondos europeos hayan ido a parar a organismos estatales y no a los ciudadanos lo consideran una mejor forma de redistribuir la riqueza. Nunca son ellos el problema. Llevan decenas de años engañándonos para poder mantener su statu quo privilegiado y nosotros como borregos obedientes pagamos sin ponerles en duda.

Hasta 2018 el CIS dejaba de manifiesto en todos sus estudios que el principal problema de España eran los políticos; sin buscar respuesta a esta preocupación creciente, colocaron a Tezanos para que dejara de aparecer como problema en sus estudios demoscópicos, al menos de forma tan descarada. Igual hicieron con las cifras del paro, si no sabes resolverlo convierte al parado en fijo discontinuo y eliminas 700.000 parados de las cifras, en eso es experta Yolanda Díaz.

La mayoría de nuestros políticos hace años que olvidaron cuál es su deber y sus funciones de servicio público.  No les votó el ciudadano en listas abiertas, sino que les colocó en mejor o peor posición en las listas el líder de su partido, y no por méritos, currículum o experiencia, sino por la obediencia ciega que le prometieron a cambio. Hemos comprobado de lo que son capaces por ocupar el poder, aunque pierdan las elecciones, la autocrítica no existe, ni la ética, y confían ciegamente en la memoria de pez de los españoles y en que somos fácilmente manipulables para hacer y deshacer por interés propio. Saben que termina ocupando el poder el que domina la mayoría de los medios de comunicación y les sobra dinero para ello. La gestión del día a día es aburrida, las intrigas para crear cortinas de humo son mucho más atractivas.

Esta forma de hacer política en España nació para algunos con el vídeo del dóberman de Felipe González en 1996, que nunca fue un dóberman lo que salía en él sino un rottweiler, y que llevó al PSOE a perder las elecciones frente a Aznar, pero por la mínima.

Otros aseguran que esta deriva populista la inició Rodríguez Zapatero con sus cesiones al independentismo vasco y catalán equiparando el supremacismo de sus socios con el falso progresismo. Pero ninguno de ellos llegó tan lejos, de forma tan torticera y sin ningún escrúpulo como Pedro Sánchez. Los despojos de España que deje cuando abandone Moncloa tardarán décadas en ser reconstruidos para devolver el Estado de Derecho a este país. Pero será la última vez, no lo permitiremos más.