La cumbre de los BRICS en Kazán, en Rusia, se ha saldado con diferentes encuentros y desencuentros que quizás marcarán los próximos meses y años. Entre los encuentros importantes estaría el de Narendra Modi y Xi Jinping, que después de una década de tensiones han abierto un canal de diálogo constructivo entre ellos. Y entre los desencuentros, el llamado veto a Venezuela por parte de Brasil a formar parte de la organización. Nicolás Maduro estuvo invitado pero igual que llegó a Kazán se fue. A la reunión también asistió Irán, quien buscó en la cumbre inversiones indias y chinas.
El posicionamiento de la India respecto a Ucrania es claro: ha de haber paz. Y así se lo hizo saber el primer ministro indio a Vladimir Putin en la cumbre. Pero la cuestión va más allá, pues recordemos que en agosto de este año Modi visitó Ucrania por invitación de Volodimir Zelenski, y expresaron su compromiso de colaborar económicamente, y también a nivel científico. Incluso el gobierno ucraniano se comprometió a apoyar la membresía permanente de la India en el Consejo de Seguridad de la ONU.
India apoya la integridad territorial de Ucrania, el desarrollo económico del país y también hay el apoyo de Kiev a que la India participe en las cumbres de paz. Es decir, Modi fue a la cumbre de Kazán dos meses después de apoyar a Zelenski. Pero al mismo tiempo, tampoco quiere una Rusia debilitada y económicamente aislada, ya qu es un buen socio comercial.
De la misma manera que cerró acuerdos comerciales con Rusia, también lo hizo con Venezuela. De esta manera, la cumbre de los BRICS de Kazán sirvió no solamente para que la India incrementara su balanza comercial con Moscú, sino también negociara acuerdos e inversiones con Caracas. Es un posicionamiento interesante, sobre todo después de que desde el gobierno venezolano se haya dicho que solamente Rusia se interesó en que el país accediera a los BRICS en esa sesión, y por eso Putin los invitó. Pero la cumbre bilateral del viernes entre los dignatarios indio y venezolano demuestra el interés de Modi por tener presencia en América Latina.
Modi también cerró acuerdos comerciales con Irán. En este aspecto es importante porque Irán se encuentra en medio de las rutas comerciales entre la India y Oriente Medio, y más ahora que se está construyendo el corredor comercial marítimo a través de Irak para conectar la India con Turquía. Además, la voluntad de invertir y cerrar acuerdos comerciales con los ayatolás también le sirve para convertir el país en un actor regional en un territorio donde no tenía presencia e influencia.
India se convierte en un actor situado en medio de la báscula, más ahora que hay tensiones comerciales entre la UE, China y EEUU
Por último, el tercer factor que apunta a que la India ha sido la gran fortalecida en la cumbre de Kazán es el restablecimiento de la cordialidad entre la India y la China. El establecimiento de nuevos acuerdos, y parece ser que definitivos, sobre los límites fronterizos han facilitado que haya buena sintonía entre Xi Jinping y Narendra Modi. Esto también juega a favor de la India, y de China en menor medida, pues uno de los focos de tensión más importantes para el gobierno indio queda resuelto. Y al mismo tiempo permite establecer una política de buena vecindad a partir de ahora.
Este hecho permite que haya un nuevo eje diplomático entre Delhi y Pekín después de tensiones. Al hacer este movimiento diplomático con China, India se convierte en un actor situado en medio de la báscula, y más ahora que hay tensiones comerciales entre la Unión Europea, China y Estados Unidos. India tiene huevos puestos en esas tres canastas.
En conclusión, se puede afirmar que la cumbre de los BRICS tuvo un claro protagonista, y no fue Putin, a pesar de ser el anfitrión. A pesar de que digan que la cumbre significó que el líder ruso no está solo, realmente evidenció la dependencia que tiene Rusia del exterior. Tampoco consiguió un apoyo a la invasión de Ucrania, un hecho que distanciaría a los miembros del G7, como tampoco pudo establecer un marco que le pueda beneficiar en nada.
El informe final beneficia a China y la India, quienes se han erigido como dos potencias diferenciadas de lo que llamamos Occidente, pero al mismo tiempo necesitan de las inversiones extranjeras para garantizar un crecimiento económico y un progreso en común.
Todos buscaron, incluso Putin, que Modi tuviera interés en Rusia, un hecho que demuestra como se están moviendo las cosas, y el peso de uno u otro estado.
Guillem Pursals es doctorando en Derecho (UAB), máster en Seguridad (UNED) y politólogo (UPF), especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado. Aquí puede leer todas sus columnas en El Independiente.
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