En el caso de los romanos pontífices, el nombre muchas veces los define. En el propio caso de Francisco, que se lo puso por su devoción hacia San Francisco de Asís, o el de Juan Pablo II, en referencia a Juan Pablo I, quien murió en tan solo 33 días de papado. En el caso de elegir el nombre de León, el peso de la historia es muy grande. Son muchos los que se han llamado León y quienes eran ellos crea expectativas sobre Robert Francis Prevost.
No es el número más elevado, pues por ejemplo está Juan, que llega hasta Juan XXIII. También tenemos Gregorio XV, Benedicto XVI y Clemente XIV. Pero si repasamos el caso de los Leones, nos encontramos con que la trascendencia histórica del nombre es importante.
Si empezamos por León I (440-461), San León Magno, es uno de los Papas más importantes de la Iglesia. No solamente por su encuentro a las puertas de Roma con Atila el Huno, a quien convenció para que no asaltara y saqueara la ciudad, sino también por su papel teológico al definir la encarnación de Cristo, y definir la naturaleza humana de Cristo, y al mismo tiempo divina al no dejar de ser Dios Encarnado. Además, fue uno de los primeros papas en trabajar por la unidad de la Iglesia.
Posteriormente, cabe destacar el papel de León III (795-816), o San León III, conocido popularmente por su trascendental relación con el imperio franco. Fue San León III quien coronó a Carlomagno en la Basílica de San Pedro, y vinculó la tradición de la coronación de los emperadores del Sacro Imperio. Posteriormente, aceptó la doctrina del Filioque conforme el Espíritu Santo proviene del Padre, y del Hijo, por esto se llama filioque, pero estuvo en contra de que se introdujera como cláusula.
León IV (847-855), o San León IV, fue importante por su organización de la defensa de Roma después del saqueo de Roma del 846. Dirigió a las tropas en la batalla de Ostia contra los sarracenos, y construyó las Murallas Leoninas de Roma, rodeando la colina vaticana. Además, una cuestión importante, fue este papa el que empezó a ordenar el archivo vaticano con referencias por fecha. Posteriormente llegaría otro burócrata, León IX (1049-1054), o San León IX. A pesar de ser muy desconocido, es uno de los Papas más importantes y trascendentales por ser quien permitió por primera vez que en el colegio cardenalicio no hubiera solamente romanos. Además, fue profundamente reformista contra el poder del emperador, y contra la simonía y el matrimonio de los sacerdotes. Se considera el responsable del Cisma de la Iglesia Oriental al no reconocer el IV Concilio de Constantinopla.
León X (1513-1521) fue el principal garrote contra la Reforma Luterana. A través de la bula Exsurge Domine condenó las tesis luteranas, y al no retractarse Martín Lutero de ellas, el mismo papa en 1521, último año de pontificado, excomulgó al teólogo alemán. Además, fue uno de los principales poderes de la península itálica, y uno de los primeros en plantear la unificación italiana sin influencia extranjera. La invasión francesa del norte de la península hizo que se formara una alianza entre León X y Carlos V del Sacro Imperio. En 1521, se expulsó a los franceses de Milán y se restituyó a los Sforza.
Posteriormente, León XII (1823-1829) puso al día la prohibición de la usura y la obligación de contribuir a financiar la Santa Sede. Uno de los episodios más importantes de su papado es el Jubileo Romano de 1825. A pesar de que muchos Estados europeos estaban en contra porque implicaba un gran descontrol al implicar un gran desplazamiento de gente, el Papa los desafió y lo convocó "al sonar la sagrada trompeta". Principalmente fue gente de toda Italia, pero marcó un antes y un después en la imagen de la Iglesia Católica como sobreviviente a la Revolución Francesa y a Napoleón Bonaparte.
Y el último León, León XIII (1878-1903), uno de los papas más importantes del siglo XIX y de la doctrina política y social de la Iglesia. León XIII fue el redactor de la encíclica Rerum Novarum, de 1891. En ella se establecía que era inadmisible la esclavitud y la opresión de la clase obrera, y que esta no podía estar en manos de un puñado de gente muy rica. Fue un gran defensor de los salarios de acuerdo con poder llevar una vida en dignidad, y de que los sindicatos defendieran a la clase obrera. A pesar de ser un martillo contra cualquier atisbo de socialismo y organización liberal, llevó hacia la Iglesia preocupaciones que se trasladaron en la necesidad de una reforma social que acabara con la desigualdad.
También consiguió que los católicos alemanes no fueran perseguidos, ni que la Tercera República francesa fuera en contra de los católicos en Francia. Además, fue de los primeros en establecerse como punto diplomático a través de la organización de diferentes conferencias de paz. Suyo es el impulso del catolicismo en Estados Unidos a través de la doctrina social, y la financiación eclesiástica de las iglesias norteamericanas.
Hay otro León clave para cualquier católico: León de Asís, discípulo de San Francisco de Asís, símbolo de la iglesia mendicante"
También hay otro León clave en la historia de la Iglesia, que no llegó a Papa, pero su ingente obra es trascendental para cualquier católico. León de Asís, o el Hermano León. Discípulo, secretario y confesor de San Francisco de Asís. Es una de las figuras clave por dar a conocer los milagros, vida y obra de San Francisco de Asís, y también de Clara de Asís. Fray León aparece representado en retablos y cuadros, pero su discreta vida marca su hacer. Guardián de la extrema observancia de San Francisco, de la humildad y la elevación espiritual, hicieron de Fray León un símbolo de la iglesia mendicante. Si el nuevo Papa, como se está diciendo, se considera inspirado por el Hermano León, estaremos frente a un continuismo de las reformas y los mensajes de Francisco, igual que pasó en el siglo XIII con San Francisco y su confesor y custodio del legado. Si miramos las obras hechas por monseñor Prevost, se puede empezar a discernir al respecto.
Así pues, podemos ver que detrás del nombre de León XIV no solamente está la sucesión de San Pedro, sino de situarse al lado de otros papas que han cambiado completamente la faz de la Iglesia Católica. Desde los tiempos de la consolidación de la Iglesia como tal por parte de San León Magno, hasta las preocupaciones por la dignidad de los obreros de León XIII. Todos ellos con una fuerte carga social, política y trascendente, desde los que construyeron murallas hasta los que perseguían la corrupción. Tenemos una suerte, y es que los medios de los que disponemos distan mucho de aquellos que había cuando el último León llegó a ser sucesor de San Pedro, y esto nos permitirá ver cada detalle y matiz de este nuevo papado.
Guillem Pursals es doctorando en Derecho (UAB), máster en Seguridad (UNED) y politólogo (UPF), especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado.
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