La actualidad está tensa, la verdad. Han visto a Begoña Gómez en bicicleta, con cestita de mimbre pero logo corporativo, ganando metas volantes por la Plaza de Castilla (yo creo que sólo ella sabe, por su experiencia y sus contactos, los premios y misterios que tiene una meta volante). Y todo esto, además, mientras intentaban boicotearla Ayuso y sus ayusers, invadiendo la vía con pañuelo de chulapa y flores en la cadera. Por su parte, el hermano lírico de Sánchez ha salido de repente de la Moncloa (parece que vivía allí, oculto, usurpador o invasor, como si fuera Alf) para decirnos que va a presentarse / no presentarse a Eurovisión. Por lo visto quiere adaptar al estilo latinogolfo de aquel Francisco de la OTI un aria de chinchinpún que le ha subvencionado el mismo Verdi, o al menos una diputación verista socialista. Puede parecer un poco trampa, pero como no va a haber Eurovisión por la cosa de la guerra en Yemen, se hará algo no ya en Benidorm, sino en Almendralejo o incluso en el jardincillo de gnomos de la Moncloa, y sin duda el reglamento será mucho más flexible y hogareño, como los bingos con lentejas.
La cosa está que arde, ya ven. Cerdán ha salido al patio de la cárcel, al sol enrejado del talego (el sol también tiene allí pijama de rayas), ha salido, decía, con su chándal de tactel y su tatuaje nuevo y viejo (una rosa de herrumbre y arenisca como una rosa del desierto), y se ha marcado una de Los Chichos en protesta por la emergencia climática. La protesta le ha salido concienzuda y concienciada, doliente pero con fundamento, que allí el clima cambia mucho y peligrosamente, ese clima de vapores de perol, de ducha y de tigre tan diferente a la suave primavera de moqueta de lo público. También Leire Díez, con toda su sabiduría hidráulica y popular, está preparando ya un plan contra incendios, otro contra inundaciones y otro contra el fango, que parece que va a consistir en un vídeo con cámara oculta en el que salga algún juez con pololos, algún fiscal con la Veneno o algún presidente autonómico almorzando, que es la fontanería que mejor funciona aquí para las emergencias nacionales. Con sus conclusiones, Leire editará un día, o quizá no, un libro eterno, que es ese libro que tienen siempre los escritores sin libro, tan parecidos a los gobernantes sin gobierno.
Vienen fuertes los periódicos, sí. Ábalos, caballero de brillante armadura de los torreones, las alcobas y los mesones con armadura, héroe de las trincheras del trinchar, tigre del salto del tigre, idealista de la manteca, cascanueces marcial, socialista con casas, amantes y cintura de duelista romántico; Ábalos, en fin, está más listo que nunca para luchar contra el fascismo, lucha a muerte como la lucha contra la ensaladita y la pitopausia. Y es que el héroe español está siempre ahí, agazapado, con su excusa o su disfraz de perezoso que no lo es, porque cuando hace falta para ganar la batalla por la democracia, los derechos, el feminismo o la mordida igualitaria, ataca como el Algarrobo de Curro Jiménez, todavía con la boca llena y la hebilla desabrochada. En la acometida, con algo de carrera de sacos, también le acompañará, codillo a codillo, como casi siempre, Koldo García, que yo creo que es el que convirtió el Peugeot en tanqueta democrática o en leñera del progresismo, bajo la tapadera de un club de flecos, culos y gabelas. Irán los dos, por los paradores y los aeropuertos, por las administraciones y las embajadas, por los países amigos o chungos, derrotando a la fachosfera como al Gordo de Minnesota (El buscavidas).
El asunto se pone delicado, desde luego. Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado o sólo de Sánchez, se comenta que va a protagonizar en Tele Pedro una serie que se llamará Lawfare (víctimas especiales), o quizá Todos los hombres del presidente
Aunque otros hablan de que presentará uno de esos programas con polígrafo y sobresalto, él que ya va un poco con su toga y su muceta como con sotana de polvo o mandil de acetato, entre científico, confesor y verdugo. Yo apostaría por lo del polígrafo, que es mucho más pedagógico enseñar que la verdad (o el relato, en terminología sanchista) está por encima de la ley y del deber del funcionario. Su guion, su defensa, siempre ha sido ésta, más que negar la filtración, y yo creo que aquí hay mucho material para el suspense y el dilema moral. Además, yo le veo una cosa entre estrella modesta, como el Quique de Verano azul, y bandolero estudiante, o sea muy televisiva la cosa en todo caso. También se anuncia a Óscar Puente con otro programa de turismo, en el que se centrará sobre todo en las vacaciones y paseos en barca de Feijóo, eternos como los de El holandés errante. Ni el tren, caballo de hierro invento del Diablo, ni el avión, cacharro contra natura, ni la electricidad, tan traicionera, aparecerán, y todo el mundo irá en velerito, en calesita o en borriquito. Yo, la verdad, lo veo la mar de ecofriendly.
Se presenta la cosa complicada, ciertamente. En la SER hemos visto misas como de Wyoming por el alma ultra de Charlie Kirk, así igual que exorcismos con hisopazo. A Puigdemont lo vemos vestido de concordia como el que se viste del cobrador del frac. A los de Bildu los vemos, especularmente, hablando de derechos humanos y de odio. A Zapatero lo vemos dialogando con Maduro sobre el socialismo del siglo XXI, con Delcy sobre los trucos de viaje de Marie Kondo, y con China sobre libertad, privacidad y protección de datos. Y, para nuestra tranquilidad, nuestro capitán, Pedro Sánchez, lo dirige todo, la agenda internacional y la agenda moral, el carrusel deportivo y la temporada de zarzuela, la salvación del mundo y la fontanería creativa, la lucha contra la ultraderecha y el sexamiento de jueces como de gallináceas, la máquina de luz y la máquina de fango. Está la cosa regular, ya digo, pero no olviden lo que de verdad importa: al menos tenemos asegurado ganar la Eurovisión de nosotros solos, igual que Sánchez tendría asegurado el poder en una democracia de él solo, que por ahí va la táctica festivalera. Y es que está la actualidad y luego está lo importante.
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