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Xiaomi: algo más que móviles

Xiaomi: algo más que móviles

Móviles de Xiaomi.

El año 2018 ha pasado a la historia como el peor para la industria de los smartphones. El retroceso del 4,1% que experimentaron las ventas de teléfonos inteligentes supuso un destacado revés para una industria acostumbrada a protagonizar crecimientos acelerados.

Este imprevisto ha marcado, sin duda, el rumbo bursátil de algunas de las grandes firmas del sector, como Apple o Samsung, que registraron fuertes recortes en sus valoraciones en la segunda mitad del año pasado, en un entorno caracterizado por las crecientes preocupaciones sobre la salud de la economía mundial.

Ese difícil entorno fue en el que Xiaomi se aventuró el pasado ejercicio a dar sus primeros pasos en bolsa. Y el fabricante chino salió también mal parado. Desde su estreno, el pasado 9 de julio, sus títulos arrastran unas pérdidas que superan el 35%. Lo cierto es que la compañía que dirige Lei Jun fue una de las pocas grandes firmas del sector que pudo presentar números positivos en 2018: sus ventas de smartphones aumentaron cerca de un 30%.

Desde su estreno en bolsa el pasado julio, las acciones de Xiaomi han sufrido una caída superior al 35%

Pero esto no significa que el grupo chino haya salido indemne de tan complejo entorno de mercado. De hecho, como resaltan en Goldman Sachs, en el último trimestre de 2018 los dispositivos vendidos se redujeron un 12% respecto al mismo periodo del año anterior. Y aunque en parte se pueda explicar esta situación por el nuevo enfoque de Xiaomi en los terminales de gama media o alta, no cabe duda de que el frenazo de la economía china está pasando una factura cara al grupo.

Además, lo peor es que nada hace prever que la situación cambiará a corto plazo. A falta de innovaciones tecnológicas que den un nuevo impulso al mercado de teléfonos inteligentes, la consultora IDC pronostica que 2019 verá un nuevo retroceso en el número de unidades vendidas a nivel global. Y siendo la debilidad económica de China una de las claves de estas perspectivas tan poco halagüeñas, parece difícil que Xiaomi escape a la quema.

Sobre todo porque, como advierten en JPMorgan, el mercado chino de smartphones se enfrenta a un escenario de creciente competencia, con la renovada presencia de Samsung en el negocio de los móviles de gama media y la agresiva estrategia comercial de Huawei. Así, el banco estadounidense pronostica que, tras ver un crecimiento de sus ingresos por móviles del 41% en 2018, esta tasa se desacelerará de forma significativa, hasta el 19% en el presente ejercicio y a solo el 7% en 2020.

Con estas cifras sobre la mesa, parece difícil entender cómo hasta un 67,7% de los analistas que cubren el valor aconseja comprar sus acciones, mientras que solo un 6,5% es partidario de vender. Ni que el precio objetivo que le otorgan se ubique un 28,5% por encima de su cotización actual. Pero no puede olvidarse que Xiaomi esconde mucho más detrás de su negocio de smartphones.

La propia compañía lo resaltaba la pasada semana, durante su presentación de resultados del cuarto trimestre de 2018, cuando subrayaba que 2,3 millones de usuarios de la firma cuentan ya con hasta cinco dispositivos Xiaomi (excluyendo teléfonos inteligentes y ordenadores portátiles). La compañía ha hecho un gran esfuerzo en los últimos tiempos en el desarrollo de electrodomésticos dotados de inteligencia artificial. Y "2018 fue el año en que los grandes electrodomésticos de Xiaomi emergieron de una unidad vertical emergente a una robusta unidad de negocios", presumía el grupo chino. La división del IoT (el denominado Internet de las Cosas) cerró el año con un crecimiento del 75%.

Productos como el Mi Band, Mi Electric Scooter o el Mi Robot Aspiradora registraron notables crecimientos, aunque eclipsados por el notable impulso de las televisiones inteligentes de Xiaomi, que experimentaron un crecimiento del 225,5%, hasta los 8,4% millones de unidades. Y los analistas de Nomura esperan que en 2019 vuelvan a expandirse más de un 50%, alcanzando los 13 millones de dispositivos.

Los expertos resaltan el potencial de la unidad de servicios por Internet, pero advierten de su escasa importancia en el conjunto del grupo

El desarrollo de esta gama más diversa de productos, que además empiezan a ganar fuerza en los mercados internacionales, multiplica, asimismo, las oportunidades de la división de servicios por Internet de Xiaomi, hasta ahora muy ligada al negocio de los smartphones. Esta división, que creció más de un 60% en 2018, presenta, según JPMorgan, un importante potencial de desarrollo futuro -con crecimientos esperados del 35 y el 25%, respectivamente, este año y el próximo-, y con unos márgenes de beneficio muy superiores a los del resto de áreas del grupo.

Estos pronósticos parecen justificar la visión de Nomura de que, "a largo plazo, creemos que Xiaomi será más como una empresa de Internet y puede monetizar su enorme base de usuarios a través de la prestación de servicios".

Sin embargo, desde el banco japonés advierten de una cuestión que, sin duda, también ha tenido mucho que ver en la negativa acogida que ha dado el mercado a los resultados de Xiaomi -sus acciones han caído un 10,6% en las cuatro sesiones posteriores. Y es que "antes de que llegue ese día, Xiaomi aún necesita depender del envío de hardware para que crezcan usuarios activo", señalan.

Y es que, a pesar del crecimiento previsto, los ingresos de la unidad de servicios por Internet seguirán representando en 2020 menos del 10% del total del grupo, mientras que los provenientes de la venta de teléfonos inteligentes supondrán aún el 56%, según las estimaciones de JPMorgan. Por eso, desde el banco estadounidense remarcan que "IoT es la única área de fortaleza continua, con ganancias de cuota de mercado en televisión y un aumento de la tracción en los mercados extranjeros, pero aún no es suficiente para compensar el deterioro de los teléfonos inteligentes".

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