Con mucha frecuencia a los grandes grupos empresariales les resulta muy difícil trasladar a la opinión interesada la verdadera dimensión de sus negocios. Detrás de una o dos actividades dominantes se ocultan, con frecuencia, un sinfín de divisiones muy variadas que complementan y diversifican el perfil de la compañía.

El enmascaramiento de estas actividades secundarias no es un asunto menor, ya que, en no pocas ocasiones, da lugar a que los mercados no sean capaces de apreciar el valor oculta en ellas. Y esta es la razón que lleva a algunas empresas a plantearse la conveniencia de colocar -ya sea en bolsa, ya sea dando entrada a un socio- parte de su capital en el mercado.

ACS ha sido una de las últimas en apuntarse a esta tendencia. La compañía presidida por Florentino Pérez se encuentra estudiando la posibilidad de agrupar sus activos de energías renovables con la intención de sacarlos a cotizar próximamente, tal y como reconoció el pasado jueves. Según la información adelantada por la agencia Bloomberg, el vehículo alcanzaría una valoración cercana a los 2.000 millones de euros, lo que representaría alrededor del 16% de la capitalización del grupo.

Estos activos se encuentran actualmente englobados en la división de Servicios Industriales, bajo la marca de su filial Cobra, y entre los analistas que cubren el valor las primeras lecturas de la operación han sido claramente positivas. "Noticia positiva para ACS que podría servir para poner en valor un negocio como el de renovables que cotiza a múltiplos claramente más altos (PER 30 veces frente al actual PER 12,5 veces de ACS) debido a su perfil de crecimiento y al enorme apetito inversor que existe en la actualidad por este tipo de activos", consideran en Bankinter.

En las tres últimas sesiones, sus acciones han repuntado un 3,3% hasta registrar nuevos máximos

El mercado también parece haber hecho una lectura positiva de la noticia. En las tres últimas sesiones las acciones de ACS han registrado un pleno de avances, en los que ha sumado un 3,3% que le ha valido para marcar nuevos máximos.

Para el grupo español de infraestructuras la jugada no es del todo nueva. Ya en 2015 sacó a cotizar a bolsa Saeta, la filial en la que había agrupado sus activos energéticos, y solo tres años después terminó por vender toda su participación, con unas plusvalías de unos 200 millones de euros.

La posibilidad de que ACS repita ahora aquel éxito está, sin duda, en la mente de los inversores. Sobre todo, porque el momento parece el ideal. "Actualmente hay bastante interés por parte de los fondos de inversión de este tipo de activos que aseguran unas rentabilidades establecidas", afirma Ángel Pérez, analista de Renta 4, quien subraya que compañías como Acciona se han beneficiado mucho en bolsa, en los últimos meses, de la notable revalorización de los activos de energías renovables.

ACS señaló al cierre de 2018 que contaba, en su división de Servicios Industriales, con unos 2.000 megavatios de renovables y una cartera potencial de proyectos de hasta 10.800 megavatios, lo que se traduce en amplias posibilidades de crecimiento en un negocio en expansión. Desde Sabadell advierten que la falta de información disponible provoca que, a día de hoy, estos activos no estarían convenientemente incluidos en las valoraciones de las casas de análisis.

Y parece que su puesta en valor de estos activos ofrecería bastante potencial al recorrido bursátil de ACS. No en vano, los analistas de BPI/CaixaBank se han aferrado a ella para elevar el precio objetivo que otorgan a la empresa de Florentino Pérez un 9%, hasta los 46,7 euros. Y aún ven margen para más:

Estas perspectivas están, sin duda, muy presentes en la decisión de los analistas de BPI/CaixaBank, quienes han elevado el precio objetivo que otorgan a la compañía más de un 9%, hasta los 46,7 euros. Y aún habría margen para más: "En un ejercicio de cálculo somero, si usamos algunos múltiples comparables nuestra valoración podría incrementarse por 8,7 euros por acción a 55,4 euros", lo que supondría casi un 36% de potencial frente al precio actual, advierten.

El grupo celebra el 24 de abril un día del inversor en el que se espera ofrezca más detalles sobre su negocio de renovables

Este refuerzo no es un asunto menor para una compañía como ACS que, tras escalar más del 55% en los últimos 13 meses, se mueve ya en unas valoraciones que no pocas firmas empiezan a considerar demasiado exigentes. "Sus niveles actuales son algo exigentes, aunque aún le vemos algo de potencial. Pero si consigue dar más visibilidad al negocio de renovables puede soponerle un plus", corrobora Ángel Pérez.

En cualquier caso, y con independencia de lo que signifique de cara a su valoración a ojos del mercado, lo que está claro es que vender en el mercado una parte de su negocio de renovables supondría para ACS una entrada de efectivo nada desdeñable en un momento en el que el grupo constructor ha ido encadenando una serie de importantes proyectos de infraestructuras que requerirán un importante esfuerzo inversor a la compañía.

Sea de un modo o de otro, pocas son las dudas que existen en el mercado sobre los beneficios posibles del paso planteado por el grupo constructor. Aunque, eso sí, como siempre en los mercados, serán las valoraciones finales las que permitan juzgar los méritos del mismo. Por eso, la mayor parte de los analistas pone ya su vista en día del inversor que ACS celebra el próximo día 24, que estará centrado, precisamente, en su división de Servicios Industriales.

Será entonces cuando, con todos los datos sobre la mesa, los analistas podrán decir si lo que esconde en su balance la compañía española es un tesoro oculto aún por descubrir.