La dirección de la Fundación Donostia 2016, que durante todo el año acoge la capitalidad cultural europea, ha decidido vetar tres obras de dos presos de ETA en una muestra que este jueves se inaugurará en San Sebastián por considerar que se debía anteponer “la sensibilidad de las víctimas”. La muestra, Sin lugares, sin tiempo, incluye obras de 76 autores que han vivido o viven experiencias de privación de libertad por encontrase presas, ingresadas en hospitales psiquiátricos o por cualquier otra razón. Gran parte de las obras de la exposición, que se muestra en el Koldo Mitxelena de la capital guipuzcoana, procedían de Italia y a ella se le sumaban en Euskadi varias obras, entre ellas las firmadas por dos presos de la banda terrorista. Se trataba de dos cuadros y una obra audiovisual que finalmente no se incluyen en la exposición por decisión expresa de la dirección de la Fundación.

La medida ha sido calificada por los comisarios de la muestra como “censura”

La medida ha sido calificada por los comisarios de la muestra como “censura”. Sin embargo, el director general de Donostia 2016, Pablo Berastegi, ha justificado su decisión por “la falta de respeto” hacia las víctimas de ETA que supondría incluirlas. Ha dicho ser consciente de que en situaciones complejas como la actual se pueden vivir circunstancias que revelan una contradicción, un tensionamiento “o incluso una colisión” de derechos pero que en este caso se ha optado por “anteponer la sensibilidad de las víctimas” a la libertad de expresión de los autores. Berastegi ha apuntado que respeta la libertad con la que han obrado los comisarios de la muestra pero que “en esta disyuntiva” había que adoptar una decisión.

Desde la Diputación de Gipúzcoa se ha respaldado la decisión de Berastegi asegurando que la presencia de estos autores, presos de ETA, no puede en ningún caso “herir la sensibilidad” de las víctimas. De hacerlo, ha asegurado su diputado de Cultura, Denis Itxaso, se caminaría en sentido contraria a la “cura de heridas” que pretende la sociedad vasca y que en el caso de una muestra pública cómo está se debe impulsar de modo especial.

Por su parte uno de los comisarios de la muestra, Pablo Marte, ha asegurado que con esta “censura” de una parte de la exposición se desvirtúa el fin último que se pretendía. Ha tildado de “inadmisible” la medida que en su opinión hace “vulnerable una exposición cuyo discurso queda mermado, es como un cuerpo al que le han extirpado varios órganos”.