El delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona y presidente de su Comité Ejecutivo, Jordi Cornet, podría ser sustituido en los próximos días por el economista Antón Costas al frente de una de las entidades públicas más jugosas compartidas por Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento en la capital catalana.

Fuentes del PP reconocen que Cornet debería haber sido ratificado ya en su cargo si el Gobierno tuviera clara la continuidad del actual delegado en la Zona Franca. Y apuntan al hasta ahora presidente del Círculo de Economía como su sustituto, dentro de los cambios de nombres de la “operación diálogo” que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría dirige en Cataluña.

Costas cedió la presidencia del Círculo a Juan José Bruguera hace apenas dos semanas, pese a que podría haber optado a un segundo mandato. Una decisión en la que muchos ven la prueba de una oferta mejor para el catedrático de Economía. Tras convertirse en el primer académico ajeno al mundo de la empresa que asumía las riendas del Círculo, Costas se ha distinguido por mantener con firmeza y ductilidad a la vez la postura de la entidad, en contra de vías unilaterales y evitando alinearse con el Gobierno pero también con la Generalitat.

Con el nombramiento de Costas se sustituiría a un perfil exclusivamente político, ya que Cornet es también el secretario general del PP de Cataluña, por uno eminentemente técnico con el que Sáenz de Santamaría estaría ofreciendo una nueva mano tendida a las instituciones catalanas. Así lo interpretaron los asistentes a la reunión de la ponencia de programas del PP en Barcelona el pasado 17 de diciembre, en la que Santamaría y Cornet hicieron un aparte.

Peso pesado del PP catalán

Pero Cornet es uno de los pesos pesados del partido en Cataluña y no será fácil descabalgarlo de una plataforma de poder como el Consorcio, cuyas cuentas ha conseguido sanear en los últimos cuatro años. Antes que él, Enrique Lacalle convirtió el Consorcio en la plataforma desde la que lanzó el primer salón inmobiliario de España. En sus manos está, entre otros, la gestión de uno de los principales parques industriales de Cataluña, estratégicamente situado entre el Puerto de Barcelona, los nudos de comunicaciones viarios y ferroviarios y la propia capital catalana.

Con un presupuesto anual en torno a los 45 millones de euros, el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona ha comprometido inversiones en los dos últimos años por valor de 24,3 millones, la inversión más alta de la última década. Un impulso inversor que llega después de años de ventas para sanear los balances de la entidad pública. El plenario del Consorcio está formado por representantes del Gobierno de España, del Ayuntamiento de Barcelona y de las principales entidades económicas que operan en Barcelona, mientras que su Comité Ejecutivo está presidido por Jordi Cornet, delegado especial del Estado en el Consorcio.

Los ingresos de la entidad pública provienen básicamente de los arrendamientos que gestiona en el polígono industrial de la Zona Franca, así como de la gestión del resto de sus activos, entre los que se encuentran edificios y desarrollos urbanos en la ciudad de Barcelona.

Así, el presupuesto del 2015 supuso una expectativa de descenso de los ingresos respecto al 2014, como consecuencia del descenso en 9,5 millones de euros de los arrendamientos de la entidad, debido básicamente a la venta de activos inmobiliarios que aportaban una parte importante de los ingresos recurrentes en concepto de alquiler, –caso de la Torre Diagonal 00, vendida a Telefónica por 107 millones de euros; o del edificio sede del Banco de Sangre y Tejidos, vendido por 36 millones-.