Finalmente, los Reyes visitarán a Isabel II. Viajarán a Londres con un mes de retraso sobre la fecha programada, pero lo harán, al fin y al cabo, pese a que la premier británica, Theresa May, dio al traste con los planes al elegir para su sorpresiva convocatoria electoral la misma jornada en la que Felipe VI habría de hablar ante el Parlamento de Westminster. 

A través de un escueto comunicado de la Oficina de Información Diplomática y con todas las bendiciones oficiales, el Gobierno español ha comunicado que entre el 12 y el 14 de julio, Don Felipe y Doña Letizia serán recibidos por la reina de Inglaterra y por las nuevas autoridades que surjan de los comicios del 8 de junio. 

El silencio de La Zarzuela y de las autoridades españolas ante el feo diplomático que había representado el anuncio de May se ve, pues, justificado con este nuevo acuerdo. Un acuerdo que constituye ya el tercer intento de los soberanos españoles de cumplir con tan simbólica cita, dado que ya fue suspendido el año pasado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy por el bloqueo político que vivía España.

El encuentro del joven monarca español con la titular de la casa real europea de mayor empaque y tradición -con la que guarda relación de parentesco a través de su bisabuela, la reina Victoria Eugenia- representa un simbólico espaldarazo para el nuevo reinado. Se trata, además, de una rara ocasión para la Casa Real española, dado que han pasado 30 años desde que Juan Carlos I y la reina Sofía fueron agasajados por Isabel.

Pero además, el mantenimiento de la visita de Felipe VI a Reino Unido permitirá al jefe de Estado español tomar contacto directo con el país en el que viven y trabajan miles de españoles, pendientes del resultado del Brexit. Se tratará de la primera visita de un jefe de Estado europeo a Londres desde la activación del artículo 50 del Tratado de la Unión.