Los servicios de inteligencia de Estados Unidos alertaron a los Mossos d'Esquadra el pasado 25 de mayo de que el Estado Islámico planeaba un atentado este mismo verano en "zonas turísticas muy concurridas" de Barcelona, "específicamente en La Rambla". Así lo desvela en su edición de hoy El Periódico de Cataluña, cuya web informó el mismo día de la matanza, 17 de agosto, de que la policía catalana había recibido esta advertencia hacía "dos meses", y lo confirman fuentes de la lucha antiterrorista, que aseguran que tanto los Mossos como a las fuerzas de seguridad del Estado y el CNI recibieron el aviso.

Esta información fue desmentida en días posteriores por la Generalitat y por la jefatura de los Mossos y hoy ha vuelto a serlo por el consejero de Presidencia y portavoz del Govern, Jordi Turull.

La nota enviada por el organismo que aglutina a las agencias federales de información estadounidenses, el National Contraterrorism Center (NCTC), señalaba: "Información no corroborada de veracidad desconocida de finales de mayo del 2017 indicaba que el Estado Islámico de Irak y ash-Sham (ISIS) estaba planeando llevar a cabo ataques terroristas no especificados durante el verano contra emplazamientos turísticos muy concurridos en Barcelona, España, específicamente en la calle La Rambla".

La comunicación, según detalla El Periódico, fue transmitida ese mismo 25 de mayo a la policía catalana, a la Policía Nacional, a la Guardia Civil, al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) y al Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Los servicios de inteligencia estadounidenses contactaron directamente con los Mossos porque, según puntualizaba el NCTC, la información sólo podría usarse "con fines de inteligencia" o para "desarrollar potenciales pistas de investigación", no en "procedimientos judiciales extranjeros o nacionales" ni para "fines legales, judiciales o administrativos". Sólo resultaba de utilidad para extremar las medidas de seguridad ciudadana en Barcelona, competencia de los Mossos.

El director del diario, Enric Hernández, ha asegurado que fuentes del Gobierno catalán le informaron a principios de junio de la existencia de esta nota, si bien ha señalado que el Ayuntamiento de Barcelona no tenía constancia de ella.