El presidente de la Generalitat y su vicepresidente, esto es, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, respectivamente, están "descalificados democráticamente" para ser interlocutores del Ejecutivo tras el 1-O, según han señalado fuentes gubernamentales. Defiende Moncloa, y así lo ha dicho desde la sala de prensa el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, que estas personas "han actuado deslealmente" con "añagazas y tretas" para mantener el espejismo de una consulta ilegal, que no por ello irrealizable.

La imagen de Junqueras junto a los consejeros Raúl Romeva y Jordi Turull presentando en una comparecencia periodística de pago los detalles del referéndum ilegalizado, no ha sentado nada bien en Moncloa, sobre todo habida cuenta de que Junqueras fue, durante mucho tiempo, un interlocutor privilegiado de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, convencidos de que el líder de ERC acabaría poniendo freno al desafío independentista.

El ministro portavoz, después de decir por activa y por pasiva que no va a haber una consulta con efecto político alguno, ha insistido en que el Gobierno "hará cumplir las leyes y quien las vulnera deberá enfrentarse a las consecuencias", lo que apunta tanto a Puigdemont como a Junqueras, que confiaba hasta hacer poco salir indemne de todo el proceso para mantener intactas sus opciones políticas de futuro.

Moncloa hará un seguimiento de la jornada del domingo

Respecto a quién o quiénes podría dirigirse el gobierno central tras este domingo, todo son incógnitas. En buena medida no se despejarán hasta saber los pasos siguientes de los cabecillas del desafío, esto es, si piden diálogo al Ejecutivo central, como han dicho algunos dirigentes del PDECat, o se va a una declaración unilateral de independencia tras pasar por un nuevo pleno tumultuoso en el Parlament.

Moncloa hará un seguimiento de la jornada el domingo sin descartar alguna comparecencia pública, incluso del propio Mariano Rajoy, en función de cómo se desarrollen los hechos. Casi asumiendo que puede haber un 9-N una vez que las organizaciones independentistas han llamado a ocupar los "colegios electorales", incluso con niños, y han aparecido unos contenedores a modo de urna, el mensaje está centrado en descalificar un acto "que no será un referéndum".

También ha recordado el ministro portavoz que los Mossos deben cumplir el mandato del TSJ, que les ordena actuar para impedir el 1-O, al tiempo que ha hecho un llamamiento "a mantener las serenidad y la cabeza fría" petición que hacen extensiva a unas autoridades catalanes dispuestas a jugarse el todo por el todo.