Euskadi alcanzará el próximo año su objetivo de desempleo inferior al 10% según ha avanzado este martes el consejero de Economía y Hacienda vasco, Pedro Azpiazu. Durante la presentación del proyecto de presupuestos de 2018, el consejero ha señalado que el próximo ejercicio el País Vasco crecerá a un ritmo del 2,4% y será capaz de crear 15.500 nuevos empleos. Una cifra que le permitirá reducir la tasa de desempleo por debajo del 10%, el objetivo que el Ejecutivo de PNV y PSE se había marcado para el final del mandato.

En parte lo hará gracias al buen comportamiento de la economía vasca que ha permitido mejorar los ingresos vía recaudación y que facilitan que el Gobierno de Iñigo Urkullu presente hoy el mayor presupuesto de su historia: 11.486 millones de euros, un 3,9% más que en 2017. El proyecto también plantea establecer el déficit de la Comunidad Autónoma Vasca por debajo del 13% del PIB.

Euskadi contempla el mayor presupuesto de su historia y un crecimiento del 2,4% del PIB para el próximo año

Sobre la posibilidad de que el proyecto de presupuestos puede salir adelante y esté forzado a una prórroga, Azpiazu ha confiado en que el resto de formaciones accedan a negociar y no impidan las inversiones y actuaciones que en él están proyectadas. Este pasado fin de semana el presidente del PP, la formación que en 2017 respaldó a PNV y PSE para sacar adelante las cuentas, advirtió a Urkullu que no contaría con su apoyo si dedica las cuentas a alimentar apuestas como las aplicadas en Cataluña. Alonso aseguró que hoy en Euskadi sedan “todos los ingredientes” para que se produzca un efecto “contaminación” con el procés catalán.

Proyecto sin mayoría

El PNV y el PSE necesitan de al menos el respaldo de una formación más para poder sacar adelante sus cuentas. Su peso en el Parlamento Vasco les deja a sólo un voto de la mayoría absoluta de la Cámara de Vitoria. Parece complicado que tanto EH Bildu como Podemos puedan dar su apoyo al Ejecutivo vasco, con lo que la mirada de nuevo estaría puesta en el PP, al que le bastaría una abstención para dar luz verde al proyecto de Urkullu.

Una jugada que ya el pasado ejercicio se jugó de modo paralelo al proceso llevado a cabo por Gobierno de Mariano Rajoy, a quien el PNV facilitó su apoyo a cambio de un sustancioso acuerdo que se tradujo en el impulso de proyectos como el Tren de  Alta Velocidad o el desbloqueo del Concierto y Cupo vascos, entre otras contrapartidas. La aplicación del 155 ha roto cualquier posibilidad de que el PNV pueda reeditar su respaldo presupuestario de cara a un proyecto de presupuestos para el próximo año.