Llevan mes y medio en el Líbano pero no volverán a casa hasta mayo. Los militares españoles destinados en el país de Oriente Medio pasarán las Navidades en la localidad de Marjayoun, y la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, se ha desplazado hasta allí para agradecerles su labor. “Es un orgullo compartir estas dos jornadas con ustedes y estar en estas tierras donde la Navidad se vive de una manera distinta”, ha señalado.

La ministra ha agradecido el papel de los militares, que cumplen en Marjayoun su compromiso con la ONU. Un total de 630 hombres y mujeres participan en la misión de Naciones Unidas para vigilar el cese de hostilidades entre Israel y Líbano, colaborar con las Fuerzas Armadas libanesas y proporcionar ayuda humanitaria. El 85% de ellos son de la brigada Extremadura XI. La base Miguel de Cervantes, al sur del país, acoge a la mayor parte del contingente en la operación Libre Hidalgo, que trabaja en este lugar desde 2006, tras la guerra entre Israel y Hezbolá. Entonces, la ONU decidió aumentar los cascos azules en la zona.

Los militares españoles trabajan codo con codo con las fuerzas libanesas en la denominada Blue Line, una frontera virtual por la que los militares patrullan las 24 horas del día para evitar la escalada de tensiones entre ambos países que dé lugar un nuevo enfrentamiento. Recorren los 12 kilómetros de esa línea virtual que separa un pueblo en dos mitades. Una, al sur, más rica, pertenece a Israel. La otra, más árida, es libanesa. Y alrededor, un campo de minas.

Actualmente, la situación es de “calma”, según los militares que vigilan la Línea Azul, pero “en cualquier momento puede encenderse la mecha”, aseguran, y hay que estar preparados. No obstante, no hay miedo ni dentro ni fuera de la base. “Esto nos gusta”, aseguran. “Es como el futbolista que está entrenando toda la semana y el día de partido se queda en el banquillo. Para nosotros el entrenamiento está en España y quedarnos allí es seguir en el banquillo. Aquí salimos a jugar”, explican.

La ministra Cospedal visita a las tropas en la frontera entre Líbano e Israel.

La ministra Cospedal visita a las tropas en la frontera entre Líbano e Israel. EFE

Y cuando salen, los niños les saludan con la mano. Familias de refugiados sirios están asentados en la zona huyendo de la guerra de su país. Las armas que portan los militares no asustan a los más pequeños, que juegan descalzos cerca de la carretera con fusiles de juguete. “Lamentablemente los españoles sabemos muy bien lo que es la amenaza terrorista y cualquier acción que lleven a cabo nuestros militares para garantizar la concordia es muy importante”, ha señalado la ministra.

Desde la base Miguel de Cervantes se puede ver Siria a lo lejos, a menos de 50 kilómetros, mientras que la Línea Azul se vigila desde la llamada posición 4.28. La misma en la que hace casi tres años falleció el cabo Soria por fuego israelí. Le alcanzó cuando estaba en la torre de control. De él también se ha acordado la ministra en su visita, así como de los otros 13 militares que han perdido la vida en los 28 contingentes que han pasado por El Líbano desde 2006. Están desplegados en dos sectores, el Este y el Oeste, bajo mando español e italiano, respectivamente.

España, uno de los países más contribuyentes

España es el tercer país contribuyente de la Unión Europea en la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas (UNIFIL), solo superado por Italia y Francia, y octavo a nivel global. En la actualidad, forman parte de la misión 10.587 personas de 40 naciones.

Nuestro país es uno de los países más generosos en cuanto al envío de efectivos a misiones internacionales. Concretamente, participa en 16 misiones. La ministra ha aprovechado su visita para anunciar el aumento de militares desplegados en Irak, que sumará otros 30 efectivos a los 450 que ya están allí; 65 en Afganistán, que sólo contaba con 30; y 152 en Mali, que tiene ahora 139 españoles.

Cospedal ha destacado el “buen hacer” de las Fuerzas Armadas españolas, que se han “ganado el respeto” del resto de ejércitos que participan en la Operación Hidalgo, así como el de la población libanesa, y les ha dado un último mensaje: “Terminen su misión llegando a casa”.