Las familias belgas ya pueden sumar a los medicamentos básicos de su botiquín pastillas de yodo para protegerse ante un posible accidente nuclear. Este martes, las farmacias han comenzado a distribuir de forma gratuita tabletas de yodo a todas las personas que lo soliciten como parte del sistema de seguridad nuclear aprobado por el Gobierno y que ya ha entrado en vigor.

Ya disponen de estas píldoras las familias que residen en un radio menor a los 20 kilómetros de las dos centrales activas del país -la de Tihange, en Valonia, y la de Doel, en Flandes-. Pero el nuevo plan del Gobierno, aprobado el pasado mes de noviembre, amplía su distribución a toda persona que lo solicite, aunque su uso solo está recomendado a la población de riesgo como niños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y profesores de escuela.

Esta nueva medida permite que los residentes en las localidades fronterizas a Holanda o Francia también puedan protegerse de un posible accidente nuclear en las centrales de Borssele (Holanda) y Chooz (Francia). Además, el Gobierno impulsará una campaña de información sobre seguridad nacional.

La seguridad de las centrales nucleares en Bélgica ha sido motivo recurrente de polémica y tensiones con los países vecinos que, como Alemania y Luxemburgo han llegado a plantear el cierre de reactores belgas. También desde Países Bajos y Francia ha habido contactos con las autoridades belgas en los últimos años para trasladar la preocupación por las garantías en materia de seguridad en las centrales belgas.

La planta de Tihangue permaneció cerrada durante dos años por problemas de seguridad, aunque fue reabierta en el año 2015. Ambas centrales llevan funcionando desde la década de los 70 y su envejecimiento ha provocado alarma dentro y fuera de sus fronteras. De hecho, Alemania ya comenzó a repartir yodo entre sus habitantes como protección antes un posible desastre nuclear originado en las plantas belgas.