Fue inaugurada el pasado domino y retirada poco después. La escultura ‘Arbolaren Egia’ (La verdad del árbol), en la que se representa un hacha invertida de cuyo mango brota la copa de un árbol, y con la que se quiso conmemorar el primer aniversario de la escenificación del desarme de ETA en Bayona el 8 de abril de 2017, ya no está en la explanada Roland Barthes. El acto, con presencia de dirigentes de EH Bildu, representantes de los denominados ‘artesanos de la paz’ y miembros del Ayuntamiento de Bayona, entre ellos el alcalde, Jean Renè Etchegaray, se llevó a cabo sin las pertinentes medidas de anclaje previstas inicialmente para una obra de estas características.

La obra del escultor guipuzcoano Koldobika Jauregi es de grandes proporciones -ocho metros de altura por tres de ancho y 2.600 kilos de peso- se había ubicado sobre el césped de la explanada situada frente al recinto universitario de la localidad vascofrancesa. Al parecer, la instalación se hizo de modo precipitado para poder inaugurarla el 8 de abril, coincidiendo con el aniversario del desarme de ETA. Pese a su gran peso y volumen, la escultura de acero y hierro se colocó sin que previamente se hubieran realizado las pertinentes catas del suelo. ‘Arbolaren Egia’ se inauguró sobre una cimentación provisional.

Ahora se procederá a realizar una cata y no se descarta buscarle otra ubicación. El proyecto definitivo contempla que la cimentación esté soterrada “para crear una mayor aproximación al público”, según asegura a El Independiente su autor, Koldobika Jauregi. Añade que la retirada de su obra no se ha producido “por las presiones”, en referencia a las duras críticas que ha recibido la obra desde diversos sectores políticos y de víctimas, sino a razones técnicas.

Su autor asegura que la retirada no responde a cuestiones políticas tras las críticas sino a razones técnicas

Las referencias al anagrama de ETA que incluye la escultura habían sido cuestionadas tanto por la Fundación de Víctimas del Terrorismo como por Covite. El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco incluso había reclamado al Gobierno de Mariano Rajoy que mediará y “desplegara su aparato diplomático” para que la escultura no fuera instalada en Bayona. La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Mari Mar Blanco, denunció que autorizar una escultura como ésta supone un menosprecio a las víctimas de la banda al mismo tiempo que “normaliza” a la banda terrorista. Cuestionó el papel jugado por el primer edil de Bayona de quien apuntó que “ya participó en el desarme de hace un año y en todo este tiempo ha actuado prescindiendo de la más mínima sensibilidad hacia las 856 personas asesinadas por ETA y a los miles de heridos y extorsionados”.

Ante el alcalde de Bayona

Precisamente el pasado domingo, minutos antes de su inauguración, un grupo de ciudadanos de Biarritz expresó su rechazo ante la obra asegurando que era un “insulto” y una “vergüenza” hacia las víctimas. Lo hicieron portando paraguas en los que se hacían referencias a 829 asesinatos de ETA y se mostraban dibujos de un hacha ensangrentada bajo el lema “Hacha=ETA”.

Los trabajos de colocación fueron complejos dadas las características del monumento, su peso y altura. Fue inaugurada en presencia de algunas de las más altas instancias municipales y en un suelo embarrado y bajo una lluvia incesante. En el desarrollo del acto intervino el alcalde de Bayona. Ni él ni ninguno de los intervinientes hizo referencia alguna a un posible traslado del monumento a otra ubicación. Tampoco en la información que el Consistorio aporta en su página web oficial se hace referencia a la retirada de la obra de Jauregi, si bien tampoco a su inauguración.

La obra, de ocho metros de alto y 2.600 kilos de peso, se instaló sobre una base y sobre un suelo de barro y sin que se hicieran las pertinentes catas

En el acto del domingo el alcalde de la localidad vascofrancesa se felicitó por instalar en el municipio un símbolo que recuerde “todas las violencias” sufridas durante décadas y un modo de guardar la memoria del "sufrimiento y el dolor” de todas las víctimas. Etchegaray afirmó que ‘Arbolaren Egia’ debería ser entendida como una “apología de la paz, la unidad y la reconciliación”.

Posteriormente, el autor de la escultura subrayó que la intención de su obra era destacar, con un hacha invertida, -la de ETA-, que la violencia debía ser enterrada y que el mango de madera de la misma regresar al lugar desde el que surgió, el árbol, “para no salir de él nunca más”. Destacó cómo en torno a los árboles, en referencia al Árbol de Gernika, es donde durante siglos se han alcanzado los acuerdos y el diálogo. Jauregi confió en que la polémica provocada se supere con el tiempo y que la escultura, “aquí, delante de la universidad” sea un recuerdo para futuras generaciones de lo que sucedió.

Críticas de PP, PSE y PNV

En el acto estuvo presente Arnaldo Otegi, quien a los pies de la escultura, ante la cual se hizo numerosas fotografías acompañado de la delegación de EH Bildu, lo definió como “un monumento a la paz, a la reconciliación de este país y a los relatos de este país”. Junto a ella también señaló que en las próximas semanas se conocerán nuevos pasos “en términos constructivos” -la disolución de ETA se prevé para antes del mes de junio-. Otegi concluyó su intervención ante los medios arremetido contra los “sectores muy poderosos del Estado español” que en su opinión “no tienen interés en que la paz ni se construya ni se estabilice, pero sus esfuerzos serán baldíos”.

Por último, el portavoz de los 'artesanos de la paz’ (los mediadores civiles elegidos por ETA para su desarme), Michel Berhocoirigoin, se refirió a ‘Arbolaren Egia’ como un “símbolo de la transición” de los tiempos del sufrimiento “en todos los lados” a la actual: “Es un arma (el hacha) enterrada en el suelo, ¿hay un símbolo más bello? Les desearía esa suerte a todas las armas”.

La inauguración de 'Arbolaren Egia' en Bayona ha sido criticada por víctimas de ETA, el PP, el PSE e incluso el PNV

La inauguración en cambio ha sido cuestionada no sólo por el PP y su entorno sino incluso por el PSE, quien critica que el entorno de la izquierda abertzale quiera dotar de “una imagen de cierta épica” el final de ETA con la inauguración de este tipo de obras en “actos propagandísticos”.

Incluso desde el PNV, su presidente Andoni Ortuzar, se ha mostrado crítico con ella al asegurar que los actos que se llevan a cabo desde movimientos y formaciones con presencia en el País Vasco francés quizá no son los más adecuados para traer la convivencia al País Vasco, “se debe ser cuidados”: “Iparralde no nos puede sustituir. El proceso de desarme estuvo bien pero no se puede pensar que eso es lo que nos traerá la reconciliación a la sociedad vasca. Eso tenemos que trabajarlo donde esté el problema de manera más aguda plantado, en Hegoalde (Euskadi) y no en Iparralde”. Reprochó a los impulsores del proceso en el País Vasco francés que “quieren cumplir un papel pero a te das cuenta de que no son conscientes de que allí hay una realidad distinta que donde se ha vivido de otra manera el conflicto político y las consecuencias y las heridas son diferentes”.