“Lo más importante en mi vida es la honestidad. Hemos hecho de nuestra vida pública una línea recta”. Andrés Manuel López Obrador (AMLO), candidato a la Presidencia de México por tercera vez consecutiva, se ampara en su autoridad moral como principal credencial para ser finalmente elegido este domingo 1 de julio.

Juntos haremos Historia se llama la coalición en la que se integra su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). “Morena es como México, la esperanza y el cambio en paz”, dice la canción de campaña. Con amplia trayectoria como líder social y activista político, AMLO, a sus 64 años, promete ahora un cambio radical pero tranquilo. Al depositar su voto, López Obrador dijo el domingo: "Los mexicanos deciden entre más de lo mismo o el cambio". Y los mexicanos parecen hartos de lo ya conocido.

El abarrotado Estadio Azteca de la capital federal, el mayor de Latinoamérica, donde ha puesto fin a su campaña el miércoles ante 100.000 personas, anticipa que López Obrador tiene la victoria al alcance del calendario.

En ese foro se presentó como el paladín de la cuarta transformación de México (las otras tres serían la independencia, las reformas liberales del XIX y la Revolución mexicana). Su objetivo prioritario es acabar con "la mafia del poder" y combatir la corrupción, principal causa de la desigualdad y germen de la inseguridad y la violencia.

En México grandes fortunas como la de Carlos Slim, séptimo más rico del mundo, y ciudades como Monterrey con una renta per capita de 30.000 dólares conviven con 50 millones de pobres.

Los sondeos sitúan a AMLO claramente en cabeza, aunque unos le dan una ventaja de seis puntos y otros hasta de 20. La incógnita será si logra superar el 50% de los apoyos y lo amplio de su ventaja sobre el segundo competidor. Los rivales de AMLO por la Presidencia de México son el independiente José Antonio Meade, ministro de Hacienda en el gobierno saliente del PRI, Ricardo Anaya, del PAN, integrado en la coalición Por México al Frente, y el independiente Jaime Rodríguez El Bronco.

Anaya, conocido como chico maravilla por sus 39 años, sería el segundo, según las encuestas, con un 27% de apoyos, y Meade, el tercero por debajo del 20%. A Anaya le hizo daño que se postulara también hasta su reciente retirada Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón, del PAN. El independiente Jaime Rodríguez Calderón El Bronco apenas llega al 3%.

Las elecciones en México serán las mayores jamás celebradas. Están convocados a las urnas unos 89 millones de mexicanos, entre ellos 12 millones votarán por primera vez. No sólo se elige presidente en única vuelta para los próximos seis años, también se renueva totalmente el Congreso (500 diputados) y el Senado (128 senadores), la jefatura del gobierno del distrito federal, ocho gobernaturas, 29 congresos locales, 1.596 ayuntamientos, en total, 3.406 cargos en todo el país.

La victoria de Juntos Haremos Historia, una extraña alianza entre Morena y los evangélicos del Partido Encuentro Social, puede incluso trasladarse a contar con la mayoría en las Cámaras. La transversalidad de las opciones electorales marca esta convocatoria. Hay casos singulares como el candidato de Morena de los envangélicos, el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco.

Morena sería de izquierdas y en principio poco tiene que ver con los postulados de los evangélicos, en especial, sobre derechos de los homosexuales o el aborto, pero han forjado esta unión contra natura. Lo mismo sucede con la alianza del conservador PAN con el izquierdista PRD, que encabeza Anaya.

Su gestión ha sido siempre caudillista pero habrá que ver si paga peajes por sus alianzas y cómo lo hace", señala Carlos Malamud

“Esta elección a tres (López Obrador, Anaya y Meade) favorece a López Obrador porque el voto en su contra se dispersa. Su gestión ha sido siempre muy caudillista, individualista, pero habrá que ver si paga los peajes por sus alianzas con evangélicos y empresarios de Monterrey y cómo lo hace”, señala Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano.

López Obrador es un superviviente político con una tenacidad fuera de lo común. Elocuente, culto y apasionado, estuvo al frente del gobierno del distrito federal de 2000 a 2005. Los periodistas recuerdan cómo les convocaba a ruedas de prensa a las seis de la mañana en su afán por dar cuentas y aprovechar al máximo el día. Promovió unas ayudas mínimas a los mayores de 70 años sin ingresos. Su gestión fue bastante centrada.

En 2003 era el político más popular del país y todo hacía prever que ganaría las presidenciales en 2006 pero se impuso la maquinaria y venció Felipe Calderón del PAN, por un estrechísimo margen, un 0,1%. No reconoció los resultados, se declaró presidente legítimo y convocó protestas durante varias semanas. Si bien los resultados eran cuestionables, su actitud le hizo parecer un líder excéntrico. Volvió a intentarlo en 2012 y entonces ganó el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto.

En noviembre Enrique Peña Nieto deja el cargo con gran hartazgo de la población por su falta de eficacia a la hora de enfrentarse a la corrupción, la violencia que ni siquiera ha respetado a los políticos en campaña (más de 50 candidatos muertos y varios cientos se han retirado por presiones), y la hostilidad manifiesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En México el presidente no puede optar a la reelección.

Víctimas de la violencia han sido un centenar de personas relacionadas con la campaña, entre ellas unos 50 candidatos a distintos cargos. De un tiro en la nuca murió el 8 de junio el candidato del PRI Fernando Purón en el distrito norte de Coahuila. El ritual es siempre el mismo: condenas, luto y de nuevo se regresa a la aparente normalidad.

México es el país con más periodistas muertos después de las naciones con guerras declaradas. Las bandas criminales, ligadas al narco en muchos casos, actúan con total impunidad. La ley del silencio se impone. Solo un 2% de los crímenes que se comenten en el país se resuelven.

Demasiado cerca de Trump

“López Obrador ha aprovechado el gran vacío que deja el PRI, hasta el punto de que su candidato es el peor situado de los tres. También ha tenido la virtud de lanzar un mensaje ambiguo. Ni siquiera ha sido preciso sobre la relación con Estados Unidos, salvo insistir en la importancia del mercado interior. Pero está claro que no hay ganas de conflictos con Estados Unidos. Dependerá en gran parte de la actitud de Trump”, señala Jordi Bacaria, director del CIDOB y editor de la versión latinoamericana de Foreign Affairs.

Ha tenido la virtud de lanzar un mensaje ambiguo, ni siquiera ha sido preciso sobre la relación con EEUU", afirma Bacaria

En este caso ya no es lo malo estar lejos de Dios y cerca de Estados Unidos, como decía Porfirio Díaz, sino estar junto a un presidente tan imprevisible como Trump. “Ha integrado un equipo económico formado en universidades americanas que conoce bien EEUU. La duda es si les dejará actuar”, añade Bacaria. Sobre Trump, López Obrador ha escrito un libro, Oye Trump, publicado hace un año en defensa de los migrantes mexicanos.

"Trump tiene en sus manos a 10 millones de inmigrantes mexicanos indocumentados y las remesas. El daño a México en caso de choque puede ser brutal", afirma Malamud.

Si su cercanía a Hugo Chávez en 2006 jugó en su contra, en esta ocasión ha tenido cuidado en mantener claras distancias con el régimen de Nicolás Maduro. En realidad, según Bacaria, “si en otros momentos tuvo cierta simpatía con el movimiento bolivariano, ahora no tiene referentes. En todo caso quiere serlo de otros”. AMLO alude siempre a líderes mexicanos y dice querer emular a Lázaro Cárdenas por su vocación social y a Benito Juárez en lo político.

Nieto de cántabro y de sangre tabasqueña

Originario de Villa Tepetitán, un pueblito de 1.500 habitantes en Tabasco, López Obrador es nieto de un emigrante cántabro, José Obrador. El abuelo del candidato, procedente de Ampuero, abrió un comercio y prosperó en la pequeña localidad tabasqueña. Incluso hacía las veces de médico por sus conocimientos sobre las propiedades de las hierbas.

Su madre, Manuela Obrador, siguió con la tienda, La Revoltosa, y se casó en 1952 con Andrés López, un trabajador petrolero. Al año siguiente nació Andrés Manuel, a quien le conocen como Peje por el pejelagarto, típico pez tabasqueño.

Dicen sus allegados que lo que más le gusta a AMLO es hablar sobre Tabasco y el béisbol. Incluso acepta sin rechistar que su hijo menor, Jesús, de 10 años, sea fan de la liga americana de este deporte. Sin embargo, apenas hace comentarios de fútbol, cuando los mexicanos están entusiasmados con su clasificación para octavos en Rusia, tras vencer a la actual campeona el mundo, Alemania.

El historiador y ensayista Enrique Krauze se refería al candidato tabasqueño como el “mesías tropical” en un perfil que publicó en 2006 en Letras Libres. Su origen tropical, como su mentor político e intelectual el poeta Carlos Pellicer, explica en parte que sea rara avis en política. Hasta ahora ningún tabasqueño ha llegado a la Presidencia.

López Obrador está convencido de que su destino es la Presidencia de México desde muy joven. Krauze apunta un suceso que puede explicar ese sentido providencial, o esa vocación expiatoria en vida, esa misión redentora por el servicio público. En julio de 1969 en un suceso poco claro discutió con su hermano José Ramón, quien quería meter miedo a otra persona y en el intento de disuadirle el hermano disparó y murió en el acto. Es ese ambiente “tropicalmente vital de Tabasco, cargado de pasiones tempestuosas”, al que se refiere el escritor Andrés Iduarte.

Carlos Pellicer, el llamado poeta de América, decía que Tabasco era “bárbaramente fértil y locamente tropical”. También su origen le marca esa cercanía con los que padecen por la desigualdad. Es en las comunidades chontales de Tabasco, en centro norte del estado, donde le llaman el lijenjiado (pronuncian j por c), tiene más seguidores. Algunos tan fervientes que pareciera que le consideran un mesías. López Obrador ha cultivado este mesianismo laico.

La familia se trasladó a la capital, Villahermosa, y allí estudió secundaria con fama de ser muy peleón en el aula. Licenciado en Políticas, conoció a Pellicer, ya mayor, quien le puso en contacto con la cultura Olmeca. Tras morir el poeta, López Obrador fue nombrado coordinador del Instituto Nacional Indígena en Tabasco. En esa época trabajó codo a codo con los chontales y les ayudó a hacer cultivables tierras pantanosas.

Fue entonces cuando participó en un plantón histórico en Tabasco para detener la entrada y salida de camiones de Petróleos Mexicanos, en defensa de los indígenas chontales. Allí le descalabraron.

En 1982 el gobernador de Tabasco, Enrique González Pedrero, le descubrió y el encomendó la dirección del PRI del estado. Quiso acometer una reforma democrática interna y le acabaron destituyendo. Entonces dio el salto a México DF y poco después forjó una coalición de partidos de izquierdas, junto a Cuauthémoc Cárdenas. Fue el hombre del Partido Revolucionario Democrático (PRD) en Tabasco y en 1991 encabezó un éxodo por la democracia.

El periodista mexicano José Ignacio de Alba señala en un perfil titulado AMLO, el largo camino a la Presidencia, que “ningún político en la historia reciente de México ha hecho tanta política de calle como López Obrador, en los últimos 30 años ha encabezado plantones, campamentos, mítines, marchas, campañas y hasta una presidencia legítima. Es un político que sabe movilizar masas”. Es tenaz, constante y tiene una fe ilimitada en sus propias fuerzas.

Lo ha vuelto a demostrar en esta campaña electoral, que ha puesto a prueba su condición física a sus 64 años. Ha sido larga y bronca, con gran profusión de noticias falsas. De López Obrador se dijo que había recibido el apoyo de Maduro o que su segunda esposa, la periodista Beatriz Gutiérrez Müller, estaba emparentada con un general nazi. La plataforma Verificado 2018 desbarató estos bulos y muchos otros.

AMLO tiene cuatro hijos varones, tres de su primera esposa, Rocío, fallecida en 2003, y el menor con Beatriz Gutiérrez, a quien conoció en una entrevista.

Los jóvenes están apoyando al candidato de más edad... Saben que representamos la modernidad", dice López Obrador

Su campaña ha sido muy templada, ha logrado controlar sus pasiones tabasqueñas, y ha tenido muy presente a la gente joven. “Los jóvenes están apoyando al candidato de más edad”, decía AMLO en su último mitin, “su frescura, su imaginación y su rebeldía les dice que representamos la modernidad”. Esa despedida de la campaña con cantantes de moda y una puesta en escena espectacular en el Estadio Azteca estaba pensada para ellos.

“Atinó al identificar cuáles son los problemas de México, aunque concretó poco sobre las soluciones. Para los jóvenes tiene un gran atractivo. Habrá que ver si logra hacer historia. Mover un país como México no es sencillo, aunque López Obrador ponga de su parte”, explica Malamud.

Ha aprendido en su largo peregrinaje que para llegar al poder debía de centrar su mensaje y templar su carácter. A muchos les inspira temor su visceralidad y ese populismo de izquierdas, ahora revestido de pragmatismo. Sin embargo, otros tantos aseguran que es leal y honesto.

La escritora Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013 y una de sus firmes defensoras, decía de López Obrador: “Es muy querible. Tiene una cosa como interrogantes en los ojos. Hay una gran interrogación en su mirada que te hace quererlo”. Laura Esquivel, autora de Como agua para chocolate, está convencida de que "le interesa de verdad la gente, creo en él y en que le interesa mucho hacer todo por México".

Tras su derrota en 2012, pensó seriamente en retirarse de la política. Asegura que imaginó su despedida y lo que iba a decir. “Quise ser como Juárez, como Madero, como el general Cárdenas, y no pude o no quiso la gente”. Este domingo 1 de julio es su última oportunidad de hacer historia con mayúsculas. Será como López Obrador. Si la gente así lo quiere.