Ada Colau volvería a ganar las elecciones municipales, según el último barómetro municipal, con un 16,2% de intención de voto directo. El sondeo muestra de echo una leve caída de Barcelona en Comú (BComú) de una décima, pero la caída todavía mayor de sus contrincantes, y el crecimiento de los indecisos hasta el 30%, permiten a la alcaldesa volver a superar en intención de voto al republicano Alfred Bosch. Colau no despierta entusiasmo, pero sus rivales no consiguen desbancarla por falta de un discurso claro, como ha reconocido el número dos del Ayuntamiento, Gerardo Pisarello.

Los vaivenes de los últimos meses, con la presentación de candidaturas alternativas con la pretensión de aglutinar el voto constitucionalista -Manuel Valls- e independentista -Jordi Graupera- han castigado a los líderes de Esquerra y C's en el Consistorio, que ven como se solidifica la posición de Colau frente al desconcierto del electorado por la crisis política catalana. El sondeo, realizado justo después del cambio de Gobierno en España y la concreción del Govern en la Generalitat, ambos con el apoyo más o menos explícito de los comunes, ofrece a Colau una aprobación del 68% de los consultados a su gestión.

Esquerra (12,4%) pierde cuatro puntos respecto a diciembre, cuando se situó como primera fuerza en intención de voto, en plena resaca de la declaración de independencia y las elecciones del 21D. Lo mismo le sucede al PSC, que pierde 3,2 puntos, hasta el 6,1 y a C's que se deja 1,4 y se queda con un 5,2% de intención de voto. El PDeCat se mantiene estable en el 5,6% muy lejos de los resultados que le convirtieron en segunda fuerza de Barcelona hace tres años.

Los datos de conocimiento apoyan a la alcaldesa, conocida por prácticamente el 100% de los barceloneses, frente al índice del 30% de la líder naranja en el Consistorio, Carina Mejías. Aun así, el ex alcalde Xavier Trias supera por una centésimas a Colau en valoración personal y ambos obtienen una probación superior al 60% -del 68% en el caso de Colau, lo que ha llevado a Gerardo Pisarello a destacar repetidamente que 7" de cada diez vecinos aprueban" a la alcaldesa-.

Barcelona presiona con la vivienda

El número dos del Ayuntamiento se ha centrado, sobre todo, en el problema de la vivienda, que BComú ha decidido convertir de nuevo en ariete de su larga precampaña electoral en Barcelona. El Consistorio ha dedicado en esta oleada una pregunta ad hoc a esta cuestión -pese a que el principal problema para los barceloneses sigue siendo el del encaje de Cataluña en España-. El 48,1% de los consultados lo considera un problema muy grave, y el 39% un problema grave, lo que ha llevado a Pisarello a señalar que "cuando hablamos de emergencia habitacional no exageramos".

"La ciudadanía reclama la regulación del precio del alquiler y más vivienda pública" ha señalado Pisarello tras preguntar a los consultados directamente si creen que "debe regularse el precio del alquiler" o "dejar el precio libre", opción esta última que solo apoyó el 20%. "Es un mensaje claro" para el Gobierno y la Generalitat, ha asegurado Pisarello, cuya candidatura ganó las últimas elecciones con la promesa, precisamente, de solucionar el problema de la vivienda.

Al Gobierno de Pedro Sánchez le ha reclamado una reforma de la LAU que no sólo amplíe de tres a cinco años los contratos de alquiler, sino que permita regular el precio de los alquileres. Y a la Generalitat que dedique vivienda social las viviendas intestadas, a las puertas de una subasta de la Administración autonómica fuertemente contestada por grupos como el Sindicato de Arrendatarios. Pisarello ha defendido además la obligación para los promotores privados de dedicar el 30% de la obra nueva a VPO, una nueva norma del Consistorio que, ha asegurado, "es lo que pide la ciudadanía".