El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha reunido hoy a portavoces de todos los grupos de la cámara catalana para intentar rebajar la tensión que se vivió en el último pleno, en el que el president Quim Torra protagonizó un duro enfrentamiento con el socialista Miquel Iceta, y el republicano Jorge Wagensberg acusó al portavoz de C's, Carlos Carrizosa, de retarlo a "vernos en la calle".

Torrent ha convocado este encuentro después de que PSC, C's y JxCat se dirigieran a la presidencia de la cámara para reclamar medidas contra los insultos personales que aseguran haber sufrido todos los grupos, en un ambiente de crispación que todos los partidos reconocen y que ha ido en aumento desde los plenos del 6 y 7 de septiembre del año pasado, cuando se aprobaron las leyes de ruptura.

El propio Torrent ha recordado a los portavoces de C's, PSC, JxCat, ERC, PP y CatEC -la CUP no ha acudido a la convocatoria alegando que ninguno de sus diputados se encontraba en el Parlament- que si se mantiene el nivel de crispación podría verse obligado a expulsar a algún diputado del hemiciclo, pero ha dejado claro que no quiere llegar a este extremo, una situación que no se ha dado nunca en el Parlament.

La línea roja: los ataques personales

El presidente de la cámara ha fijado el límite, en este sentido, en los ataques personales "con nombres y apellidos" pronunciados dentro del hemiciclo, un límite que todos los grupos han compartido. Y ha llamado a rebajar la tensión y ha evitar expresiones que resultan ofensivas "en un ambiente de especial sensibilidad de todos por la existencia de presos".

Fuentes presentes en la reunión han apuntado que todos han reconocido un ambiente de crispación que excede el normal debate parlamentario. "Hay opciones políticas que defienden ideas políticas muy diferentes. Eso es el pluralismo. Pero hay una línea roja que es la descalificación personal. Hay que autocontrolarse", han sostenido.

"Si la mesa no actúa con neutralidad, también genera conflicto, hemos transmitido a Torrent, al que también le hemos dicho que estaba en su mano y que éramos conscientes de la dificultad de gestionar estas situaciones", han expresado las mismas fuentes.

El presidente de la cámara ha emplazado a los grupos a mostrar empatía, pero no se ha creado un código de buenas prácticas ni nada parecido ya que "no se puede prejuzgar una situación de crispación y, si los grupos incumplen el compromiso, el presidente deberá actuar en cuestión de segundos".

El presidente sí se ha remitido al código de conducta de Cataluña aprobado por unanimidad que exige "que las relaciones entre los diputados se basen en el respeto y la cordialidad".

Torrent ha recordado que, cuando esto no se cumple, le corresponde a él, de acuerdo con el reglamento, adoptar las medidas necesarias para hacer compatible el derecho a la libertad de expresión con las mínimas normas de respeto que son exigibles en un parlamento democrático.

La opción extrema es la de expulsar a un diputado del hemiciclo durante la sesión, que debe ir precedida de tres llamadas al orden. Pero los grupo se han conjurado para evitar que la divergencia política, derive en la descalificación personal que será "la línea roja" para la actuación del presidente.

"No podemos seguir con este tono en los plenos. En esto hemos coincidido todos", han concluido fuentes de todos los grupos presentes en la reunión, que han agradecido a Torrent la reunión y que han distinguido entre calificar una actuación, un documento o un artículo y descalificar a una persona.