El Papa Francisco, durante la bendición Urbi et Orbi del Domingo de Resurrección, ha mostrado su "afecto cercano" a la comunidad cristiana "golpeada" en Sri Lanka. Y ha asegurado que reza por todas las víctimas "de esta violencia cruel". "Deseo manifestar mi afectuosa cercanía a la comunidad cristiana, golpeada mientras se encontraba en oración, y a todas las víctimas de esta cruel violencia", ha asegurado.

Además, el Papa ha pedido que los políticos pongan fin a la "preocupante" carrera de armamentos y ha instado a abrir los corazones a los indefensos, los pobres, los desempleados, los marginados, los que llaman a la puerta en busca de pan, de un refugio o del reconocimiento de su dignidad.

"Que haga de nosotros constructores de puentes, no de muros. Que Él, que nos da su paz, haga cesar el fragor de las armas, tanto en las zonas de guerra como en nuestras ciudades, e impulse a los líderes de las naciones a que trabajen para poner fin a la carrera de armamentos y a la propagación preocupante de las armas, especialmente en los países más avanzados económicamente", ha implorado el Pontífice.

Atentado en Sri Lanka

Al menos 185 personas han muerto y al menos 499 han resultado heridas este Domingo de Pascua en Sri Lanka por una cadena de seis atentados con bomba, ocurridos en un lapso de media hora, contra tres iglesias y tres hoteles de cinco estrellas, estos últimos en la capital del país, Colombo, según han confirmado fuentes médicas a la agencia DPA. Entre los fallecidos hay 12 extranjeros, según fuentes oficiales al mismo medio.

Al menos 105 personas han muerto solo en una explosión, la ocurrida en la iglesia de San Sebastián, en la ciudad de Negombo, al norte de la capital. Otras 27 han fallecido otra de las explosiones, en la iglesia de Sión, en Batticaloa (provincia Oriental del país). La tercera detonación ha ocurrido en la iglesia de San Antonio, en el distrito de Kotahena, en la capital, Colombo, y ha dejado al menos 46 fallecidos.