Política

Del 'chófer de la coca' al conseguidor que tenía dinero "para asar una vaca": las cuentas pendientes de los ERE

La sentencia condena a los juzgados en la pieza principal del caso, pero quedan por juzgar otras 186

EFE

La sentencia del caso ERE hecha pública este martes por la Audiencia de Sevilla contra los ex presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán y otros 17 juzgados era la más esperada de una macrocausa que cuenta con cerca de 200 piezas de investigación.

En el fallo se aborda la trama principal del caso, en la que los magistrados han considerado que altos cargos de la Junta de Andalucía permitieron y mantuvieron un sistema ilegal de ayudas por "necesidad política", por clientelismo político. Unas prestaciones sociolaborales para prejubilaciones o empresas en crisis de la consejería de Empleo que, en realidad, "permitía el enriquecimiento de empresas, a través del ahorro de gastos, y de terceros, ajeno a cualquier interés social o público debidamente acreditado", según considera probado la Sección Primera de la Audiencia de Sevilla. Es la pieza principal y política del caso, aunque no la única.

La Justicia andaluza todavía tiene pendiente llevar a juicio otras partes de la investigación, en las que se abordan algunas de las escenas más obscenas y escandalosas del caso, y que afectan a actores secundarios pero necesarios para la actuación de los responsables políticos.

El chófer de la coca

Las ayudas públicas andaluzas tuvieron fines muy distintos a ayudar a los prejubilados. Con ellas se pagaron, incluso, kilos de cocaína. Juan Francisco Trujillo Blanco, chófer de Javier Guerrero, ex director general de Trabajo y Seguridad que recibe la mayor condena en la sentencia, contó en sede judicial que él mismo figuró como administrador en dos empresas ficticias a las que se adjudicaron subvenciones que sirvieron para "comprar cocaína para su jefe y para él".

Entre 20.000 y 25.000 euros al mes llegaron a recibir durante algún tiempo las sociedades Iniciativas Turísticas Sierra Morena y Lógica Estratégica Empresarial de Trujillo Blanco, según contó él mismo y sacaron a la luz los periodistas Sebastián Torres y Antonio Salvador, quienes publicaron las primeras noticias del escándalo. Ambos recogen el capítulo de las presuntas compras de cocaína con fondos públicos en el libro El saqueo de los ERE.

Dinero para "asar una vaca"

Otro de los capítulos de los ERE que pasará a la historia de la prensa española es la del conseguidor de la trama, Juan Lanzas, ex sindicalista sobre el que su propia madre dijo que "mi hijo tiene dinero para asar una vaca".

Según la instrucción de la juez Mercedes Alaya, Lanzas se habría embolsado hasta 13 millones en comisiones ilegales por llevar empresarios a la red clientelar, motivo por el que ingresó en prisión provisional en 2013.

Un vecino de Albanchez de Mágina (Jaén), localidad natal de Lanzas, contó algo que ya se ha convertido en una de las anécdotas más sonadas del caso. La madre del investigado, ya fallecida, habría contado a sus vecinos antes de que el escándalo saliera a la luz que "mi hijo tiene dinero para asar una vaca".

El prófugo en Burkina Faso

Como todo caso de corrupción de alcance, en los ERE andaluces tampoco podía faltar un prófugo de la Justicia. Eduardo Pascual Arxé, ex banquero catalán y comisionista de los ERE fraudulentos que estuvo en prisión preventiva 15 meses, trató de eludir esta y otra investigación por el caso Eurobank en la Audiencia Nacional en Uagadugú (Burkina Faso) donde estuvo 20 meses en búsqueda y captura internacional.

El 11 de mayo de 2018 fue finalmente localizado en la capital africana, donde vivía con una identidad falsa dedicado al cultivo del cannabis medicinal. Según publicó El Independiente, se movía por el país como Marcelino José Monasterios Arce, identidad boliviana que consiguió tras contraer matrimonio con una mujer del país latinoamericano.

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