Un "rugido histórico" de casi 60.000 personas. La manifestación de este domingo en León ha pintado en color las imágenes históricas, aún en blanco y negro, de las movilizaciones de los años 80 a favor de la autonomía de la región. León salió a la calle para reclamar inversiones, atención institucional y, también, para ahondar en la causa de su independencia. Uno de los momentos más altisonantes de la jornada se produjo cuando el líder de UGT, Pepe Álvarez, mencionó a "Castilla" durante su discurso: sonorísima pitada.

La manifestación del hastío en León la respaldaron todos los partidos, incluido Vox, cada uno con sus particularidades. Pero ha sido el socialista José Antonio Díez, alcalde de la capital provincial, quien la patrimonializó este lunes. "Le pese a quien le pese, lo quiera leer como lo quiera leer, o lo quiera mirar como lo mire, realmente la manifestación deja clara una cosa: sigue la lucha iniciada en el año 84 por la autonomía de esta región", declaró el alcalde leonés, para quien no hay futuro ni desarrollo que no esté "ligado al autogobierno y la autonomía para nuestra región".

Fue precisamente el ayuntamiento de León el que reanimó la lucha por la autonomía cuando aprobó, para sorpresa nacional, la moción leonesista el pasado mes de diciembre. El movimiento ha tenido un efecto cascada en el resto de la provincia y son ya 20 los consistorios que han respaldado el texto que reclama la Comunidad Autónoma número 18.

Al movimiento leonesista empiezan a darle los números. El artículo 143 de la Constitución establece que, toda vez iniciado el proceso por parte de la Diputación o las corporaciones locales, la 'secesión autonómica' puede prosperar con el apoyo de dos tercios de los municipios involucrados, siempre que representen por lo menos al 50% del censo. El paso adelante de León, que aglutina casi al 27% de los habitantes de la provincia, ha sido correspondido por otros ayuntamientos de su área de influencia como Villaquilambre, que recientemente apoyó la moción en nombre de sus 18.666 vecinos.

En resumen, la moción a favor de la autonomía leonesa necesita el apoyo de 159 ayuntamientos de la provincia, representativos de al menos 234.000 habitantes aproximadamente. A día de hoy ya han votado a favor 20, respaldados por un total de 163.559 personas. Sólo quedarían, por tanto, poco más de 70.000 habitantes para cumplir el objetivo de población, tras el que sería previsible una cascada de apoyos en pequeños ayuntamientos que terminarían de cimentar los requisitos para que el proceso eche a andar en las Cortes.

¿Qué camino queda por recorrer? La manifestación de este domingo da la pista más relevante: mientras en León se manifestaban casi 60.000 personas, otras 20.000 lo hacían en Ponferrada y Villablino para extender el mapa del descontento a la comarca histórica de El Bierzo y a la región de las cuencas mineras.

En estas dos manifestaciones, convocadas por UGT y Comisiones Obreras y con un toque más laboralista que la de la capital, el mensaje independentista estaba más escondido. Predominaban las reclamaciones laborales. Las galerías fotográficas son prolijas en imágenes de niños sujetando las banderolas de los sindicatos. Y la reclamación autonómica quedaba maquillada por la peculiar geopolítica local: parte del biercismo apoya la provincialidad propia dentro de una autonomía leonesa, mientras otros sectores más o menos mayoritarios la reclaman por libre, dentro de Castilla y León o incidiendo en los lazos con Galicia.

La importancia de Ponferrada, donde viven más de 65.000 personas, es capital para el éxito de la moción. Tanto por números como por cohesión interna. Sin El Bierzo y sus núcleos (no sólo Ponferrada, también Bembibre o La Bañeza), el leonesismo quedaría en manos del apoyo unánime de otras poblaciones importantes como San Andrés del Rabanedo, Valverde de la Virgen, Sariegos, Cacabelos o Valencia de Don Juan, cada una con su propio ecosistema político.

El futuro político de la región queda ahora en manos de la 'Mesa por el futuro de León', constituida al albur de la manifestación y que echará a andar el próximo 3 de marzo, mientras el Gobierno intenta poner parches a un problema larvado durante décadas de sordina.

"Desde el Gobierno habrá inversión y una atención específica para León acorde con la situación y las necesidades de esta provincia", dijo al acabar la movilización del domingo Pablo Fernández, líder de Podemos en Castilla y León, mientras el socialista Javier Cendón se marcaba el objetivo de recuperar el medio millón de habitantes en una provincia lastrada por el abandono minero y la desindustrialización.