A las 9.30 de hoy se ha producido la muerte del primer funcionario de prisiones de España por culpa del coronavirus. Se trata de un varón de 66 años que trabajaba en las oficinas del Centro Penitenciario Fontcalent en Alicante. Según ha podido saber El Independiente el funcionario estaba de baja desde el pasado miércoles.

El deceso se ha producido en la vivienda del funcionario, que habitaba una de las residencias cercanas al centro destinadas a albergar a trabajadores del la cárcel. El funcionario se encontraba con su familia confinado en su vivienda desde el miércoles. "Era persona de riesgo y oficialmente es COVID-19", aseguran fuentes sanitarias del centro. Desde prisiones subrayan que el fallecido estaba en casa por síntomas compatibles por COVID-19: "Pero estamos a la espera de confirmación de la causa de la muerte por parte de la la autoridad sanitaria, porque no se le hizo prueba". El fallecido se había reenganchado al servicio para seguir trabajando hasta los 70.

Según denuncian los propios trabajadores del centro penitenciario, no se han hecho test a los funcionarios de la cárcel, ni siquiera en el caso de los que como el fallecido presentaban síntomas. La tensión en las cárceles del país aumenta según avanzan los días durante la alerta. La posibilidad de que se produzcan contagios entre la población reclusa preocupa a las autoridades sanitarias de los centros dada la gran población de riesgo existente entre las personas privadas de libertad, muchos de ellos con inmunodeficiencias y con edades avanzadas. Los presos de Fontcalent protagonizaron hace dos semanas un amago de plante ante los funcionarios por su preocupación por la expansión del coronavirus, que a fecha de 24 de marzo contaba con 38 funcionarios confirmados como positivos en COVID-19.