La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha considerado que el deterioro "muy grande" que durante años ha sufrido la sanidad pública madrileña ha quedado "al descubierto" ahora con la crisis del coronavirus.

En su comparecencia en el Congreso, Calvo no ha querido hablar explícitamente de Madrid hasta su última intervención y lo ha hecho, según ha explicado, porque le ha sacado el tema la diputada del PP Edurne Uriarte.

Tras negar que haya razones políticas en las decisiones que está tomando el Gobierno en la desescalada, en la que Madrid es la única comunidad que sigue en su totalidad en fase cero, ha subrayado que lo que el Ejecutivo busca es "darle tranquilidad a la gente".

Una tranquilidad que suponga, ha añadido, que cuando se les diga a los ciudadanos de Madrid que pueden salir a trabajar, a comprar, a pasear o a comer a un restaurante pueden hacerlo con las mismas garantías que los que están en Toledo, Málaga o Granada, lugares que se encuentran ya en fase uno.

"Si no lo enredáramos más, nos lo agradecerían mucho los ciudadanos", le ha dicho Calvo a Uriarte en su última intervención en esta comparecencia.

Por otro lado, la vicepresidenta primera ha asegurado, en su respuesta al diputado de Vox, que el Gobierno de coalición con Podemos "va bien".

"No se preocupe por el estado de salud del Gobierno de coalición", le ha dicho a Sánchez García, a quien también ha comentado que lo que a ella le preocupa son los avisos de Vox de que habrá más manifestaciones como las de la calle Núñez de Balboa.

Protestas que ha calificado de "insolidarias y egoístas" con las que quienes las protagonizan "ponen en riesgo a todos los demás".

Por otra parte, la vicepresidenta ha negado que la reforma de la ley sanitaria que quiere impulsar el Ejecutivo pretenda recentralizar competencias, y ha asegurado que lo que busca es "preparar al país" por si la crisis del coronavirus va para "largo" o por si surgen otras en el futuro.

Ha recordado que tanto la ley que regula el estado de alarma como la ley general sanitaria son muy antiguas y por eso Gobierno y partidos tienen la "obligación" de revisarlas y ponerlas al día.

Y en su respuesta sobre todo a los portavoces nacionalistas, ha recalcado que esta reforma no tiene "nada que ver con recentralizar el modelo o alterar marcos competenciales ni saltarse estatutos de autonomía".

El objetivo, ha insistido, es el de "preparar el país por si esto va más largo" de lo que se espera o "por si vuelve a ocurrir algo que se le parezca, en este formato o en cualquier otro".

La vicepresidenta ha explicado que el Ejecutivo quiere que la reforma se haga lo más rápido posible y por eso lo habló ya con Pablo Casado la semana pasada, y encontró en el líder del PP "la mejor de las disposiciones".

Ha añadido que según cree ya se ha producido otro contacto entre el Gobierno y una persona del PP que lleva temas sanitarios, cuyo nombre no ha citado.