Gabriel García Márquez la consideraba su mejor novela. Un viejo coronel que participó en la llamada Guerra de los mil días, un enfrentamiento civil entre conservadores y liberales que tuvo lugar en Colombia entre 1899 y 1902, y que vive pobremente en un pueblo de la costa, baja cada día a la estafeta de correos con la esperanza de recibir la carta con la confirmación de una pensión que nunca llega. El coronel no tiene quien le escriba es la narración de una injusticia lacerante que, sin embargo, no logra quebrar ni la moral ni los valores de un buen soldado.

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