
Niños levantan la mano en un aula.
Una vez más, en España el asunto de la educación es algo secundario. Siempre ha sido así, excepto cuando se emplea como un arma arrojadiza por los partidos políticos para enfrentarse por cuestiones ideológicas.
Niños levantan la mano en un aula.
Una vez más, en España el asunto de la educación es algo secundario. Siempre ha sido así, excepto cuando se emplea como un arma arrojadiza por los partidos políticos para enfrentarse por cuestiones ideológicas.