Comeback Bannon. ¿Recuerdan al estratega-en-jefe de Donald Trump? Ese gigantón que ayudó al excéntrico magnate dueño de la Trump Tower a convertirse en presidente de Estados Unidos en 2016? Trump lo echó en 2017 por bocazas (habló de más y gracias a sus testimonios el periodista Michael Wolff vendió miles de ejemplares de Fuego y Furia: en las entrañas de la Casa Blanca). Pero en este convulso 2020 es posible que retomen su matrimonio de conveniencia.

La cuenta atrás en la carrera hacia la Casa Blanca avanza imparable y el presidente Donald Trump ve peligrar su reelección. De cara a la galería, desprende optimismo, pero entre bambalinas hay nerviosismo porque la crisis sanitaria del coronavirus sigue sin contenerse, las consecuencias económicas aún son imprevisibles, pero nada halagüeñas, y las movilizaciones al hilo del crimen que sufrió el afroamericano George Floyd parecen imparables, si bien su tono ahora es pacífico. Plantean una enmienda a la totalidad al presidente Trump.

Recientemente, Steve Bannon, que se apartó de la escena pública estadounidense tras su despido, ha elogiado a su antiguo jefe en Fox News, la cadena de televisión preferida del presidente. "Trump ha potenciado la economía: acción, acción y acción. Y ha beneficiado a los de abajo", sentenciaba Bannon.

"Cuando la gente vea la diferencia entre el orden de Trump y el caos de Biden, su elección será muy clara y Biden va a tener que explicarse ante la gente y presentar su plan", decía Bannon el pasado 20 de junio. "Es el mejor en crear empleo y luchar contra el globalismo".

En otra entrevista en el programa de radio de John Fredericks, Bannon dijo que Trump debería presentarse como un presidente en ejercicio y lo que hace es aparecer como un candidato que pelea por el puesto desde fuera. "Si actúas como presidente de Estados Unidos, decides como presidente y gobiernas como tal. Así es como eres reelegido", decía Bannon.

La aventura europea

Después de perder su puesto en la Casa Blanca y en Breitbar News, Bannon puso sus ojos en Europa, donde quiso que su Movimiento echara raíces. "Bannon se ve como parte de un movimiento más allá de Trump, un movimiento populista internacional", confesaba a El Independiente uno de los periodistas que mejor le conoce, el periodista

El objetivo de Bannon era dinamitar la Unión Europea desde dentro, y contaría para lograrlo con las elecciones europeas de 2019. Confesó que en ese momento se escenificaría el choque entre populistas y globalistas. Y para ello ha querido poner en marcha el Movimiento. Con la ayuda del think tank, el instituto católico Dignitatis Humanae, fundado por Benjamin Harnwell, pretendía difundir sus políticas ultraconservadores con sede en la cartuja de Trisulti, a 130 kilómetros de Roma.

El Ministerio italiano de Cultura revocó la concesión de la cartuja pero finalmente esta primavera Harwell y Bannon han ganado la batalla y la cartuja podrá ser sede de esta Academia Judeo Cristiana para Occidente, donde se impartirán clases de filosofía, teología, historia y economía. El 1 de junio se empezaron a admitir solicitudes de acceso.

Su gran referente en Italia es el líder de la Liga, Matteo Salvini, quien fuera ministro del Interior en un gobierno contra natura con el Movimiento 5 Estrellas. Hace poco más de un año, Bannon aseguraba que Italia era "el epicentro del universo político de Europa", todo gracias al ultranacionalista populista Matteo Salvini, que entonces parecía imparable en los sondeos. Llegó hasta tal punto su empuje, que el verano pasado lanzó un órdago para anticipar elecciones y así lograr su meta de ser primer ministro. No lo logró.

Sobre Vox, Bannon ha reconocido que en el verano de 2017 ya hubo contactos con el partido político de la ultraderecha española. "Su logro más importante ha sido empujar al resto de los partidos de derecha hacia el bando del populismo nacionalista y soberanista... Ha tenido un impacto extraordinario en la política española". Rafael Bardají es quien conectó a Bannon y Vox.

De la conquista de América a la toma del imperio europeo. El sueño del populismo carece de límites, como Steve […]