Las familias infelices lo son cada una a su manera, como nos descubrió Tolstoi en Ana Karenina, y la sobrina de Trump nos ha confirmado en el libro que acaba de presentar a los medios sobre las intimidades domésticas del presidente de Estados Unidos. La obra, bajo el título Too Much and Never Enough: How My Family Created the World's Most Dangerous Man (Demasiado pero nunca suficiente: cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo), editado por Simon & Schuster, deconstruye el hogar de los Trump: Donald habría sido víctima de un padre sociópata y una madre ausente por enfermedad.

Mary Trump, psicóloga clínica, de 55 años, es hija del hermano mayor del presidente Trump, Fred, piloto de aviación, que murió a los 42 años de un ataque al corazón. Era alcohólico. La familia tiende a las adicciones. Pero de distinto tipo. Donald es abstemio, y lo aduce a la enfermedad de su hermano mayor.

En este caso es el hermano menor de los Trump, Robert, quien ha tratado de impedir, sin éxito, la publicación del ensayo de Mary, doctor por la Universidad Adelphi de Nueva York. Sin embargo, la editorial, la misma que ha publicado las memorias de John Bolton y el libro sobre Melania Trump, ha distribuido ejemplares entre los principales medios de comunicación de Estados Unidos.

Desde la Casa Blanca, la secretaria de prensa, Kayleigh McEnnay, ha señalado que la obra está llena de "falsedades", y una de las portavoces, Sarah Matthews, ha recordado que aquí no se trata de interés público, sino de ganar dinero. Es algo muy Trump, por cierto.

Portada del libro escrito por la sobrina del presidente de EEUU, Mary Trump, sobre su disfuncional familia.

Alta tensión doméstica

El retrato que hace Mary Trump de la familia del presidente es brutal. "La atmósfera de división que creó mi abuelo es el agua en el que solía nadar Donald, y ala división continúa beneficiándole a costa de lo que sea", señala Mary en el texto. Interpreta la psicóloga que el padre de Donald, Fred, empresario inmobiliario, es la razón por la que el presidente es polarizador, y es incapaz de ser empático o capaz de perdonar.

Fred Trump, hijo del alemán Friedrich Drumpf (se cambió el nombre por Frederick Trump), que llegó a Estados Unidos en 1885, se casó con Mary Anne MacLeod, la madre del presidente, en 1936. Mary Anne había nacido en la isla de Lewis, en el norte de las Hébridas, Escocia. Llegó a Estados Unidos con 18 años.

Hace años, el propio Trump, según la CNN, recordaba de sus orígenes: «Mi abuelo Frederick Trump vino a Estados Unidos en 1885. Se unió a la fiebre del oro y luego decidió abrir hoteles en Alaska. Lo hizo bien. Amaba este país, al igual que mi padre, y como yo». Hay quienes apuntan a que en realidad el abuelo de Trump se hizo rico con el negocio de los burdeles.

Fred y Mary Anne tuvieron cinco hijos, tres varones (Fred, Donald y Robert) y dos mujeres (MaryAnne y Elizabeth). Los varones eran competencia del padre, la madre se ocupaba de las mujeres. La madre, que pasó tiempo enferma, desatendió a sus varones, sobre todo.

Fred Trump con su hijo Donald, en su graduación.

Mary Trump describe a su abuelo Fred como un "sociópata en grado sumo", cuyas reglas eran "no muestres nunca debilidad" y "nunca pidas perdón ni perdones". Según la psicóloga de los Trump, Fred los educó para ser unos auténticos killer (matones).

Al padre de Mary, el mayor, pero más débil de carácter, el padre lo machacaba, y también lo hacía Donald. Tanto Freddy como su hermano Donald solían mentir a su padre. El primogénito lo hacía por supervivencia, pero Donald lo que pretendía era "engrandecerse con el fin de convencer a los otros de que era mejor de lo que realmente era".

De esta forma, Mary Trump explica cómo las mentiras de Trump tienen una razón profunda. "Su habilidad para controlar situaciones desfavorables con el recurso a la mentira, le ha llevado al extremo de ser incapaz de entender las tragedias que sufren los otros", escribe la psicóloga.

El primogénito salió huyendo del padre, que pretendía que sus hijos trabajasen en el negocio familiar, una empresa inmobiliaria. Fred se hizo piloto, mientras que Donald seguía los pasos de su padre. "Vale diez veces más que tú", solía gritarle Fred padre a Fred hijo, en referencia a Donald Trump.

A Donald Trump su padre no le acosó como al padre de Mary, Freddy. "Su personalidad servía a los intereses del patriarca. Es lo que hacen los sociópatas: captan a otros y los usan para sus propios fines, de forma brusca y eficaz, y no toleran la disidencia ni la resistencia", señala la sobrina del presidente.

A Mary Trump le duele el abandono que sufrió su padre, a quien no le acompañó nadie cuando ingresó en el hospital tras sufrir un ataque al corazón. En lugar de trasladarse al hospital, Trump se fue al cine.

Narcisista con dificultades de aprendizaje

En este último libro sobre Trump, la autora asegura que el presidente responde a los criterios del narcisista clínico. El patrón que persiste es el de grandeza, necesidad de adulación y falta de empatía. Este comportamiento responde a un sentido exagerado e infundado de la propia importancia y talentos; preocupación por fantasías de logros ilimitadas, influencia, poder, inteligencia, belleza o amor perfecto; creencia de que son especiales y únicos y que solo deben asociarse con personas del más alto nivel; necesidad de ser admirado incondicionalmente; explotación de los demás para lograr sus propios objetivos; falta de empatía; envidia de los demás y creencia de que los demás le envidian; arrogancia y soberbia.

A su vez Mary Trump subraya que el presidente sufre un trastorno de personalidad que le afecta a sus relaciones sociales y una incapacidad manifesta para el aprendizaje que "durante años le ha impedido procesar información".

También cree la sobrina de Trump que el presidente es adicto a la cafeína (bebe sin parar coca-cola light).

En resumen, Mary Trump mantiene que "las patologías de Donald Trump son tan complejas y su comportamiento tan inexplicable a veces que elaborar un diagnóstico certero necesitaría una batería de test psicológicos y neurológicos a los que él nunca se sometería".

Este retrato del presidente sale a la luz cuando apenas faltan cuatro meses para que se celebren las elecciones en las que Donald Trump se juega su reelección. Su rival será el ex vicepresidente Joe Biden y el pasado fin de semana anunció que se postularía como independiente el rapero Kanye West, novio de una Kardashian.

La encarnación del fraude

En su obra explica Mary Trump cómo su tío pagó a un compañero para que realizara por él la prueba de acceso a la Universidad (SAT, en inglés). "Era mucho más fácil que ahora en aquella época en la que no se precisaba foto y no se había digitalizado el proceso.

La hermana mayor de Donald Trump, Maryanne Trump Barry, también le ayudaba mucho con los deberes en el colegio. No es de extrañar que años más tarde, en 2015, Mary, cuando Donald anunció su candidatura su hermana daba por hecho que perdería y que solo lo hacía por llamar la atención.

En su casa nunca le premiaron por trabajar honestamente, al contrario. "Nunca le exigieron ser honesto. No importa si fracasaba porque siempre era recompensado", ha subrayado Mary Trump.

Según la autora, "Donald no es que sea débil, sino que su ego no puede permitirse ninguna señal de fragilidad. Sabe que no es nada de lo que finge ser. Sabe que nunca ha sido amado".

Misoginia extrema

Son conocidos los comentarios de Trump sobre las mujeres, a quienes ensalza siempre y cuando sean amables con él. Considera a las mujeres como adornos que han de ser bellas sin más. En cuanto son críticas con él, son difamadas sin piedad. También en el plano personal: pasan a ser feas, gordas y desagradables.

Ni siquiera respeta los lazos familiares para mostrar un mínimo respeto. Cuando Mary Trump tenía 29 años coincidió con su tío Donald en su residencia Mar-e-Lago. Mary estaba en bañador y Donald Trump no pudo contenerse: "Dios mío, estás maciza". Lo dijo incluso ante su esposa de entonces, Marla Maples, quien sí se dio cuenta de que Donald había dicho una barbaridad. Mary confiesa que se sintió muy intimidada.

Desde los años 70, al menos 25 mujeres han acusado a Donald Trump de acoso y comentarios misóginos. Ni siquiera se da cuenta de lo inapropiado que resulta que asegure que su hija Ivanka no se ha operado el pecho: "No se ha operado. Lo sabría. ¿Por qué lo dicen, se ve más maciza?"

Obsesionado con la victoria

Trump se siente bendecido por los dioses. Cree que ha nacido para ganar. Primero, considera que triunfó como empresario. Se convirtió en un magnate que se codeaba con la jet set estadounidense. Luego, contra pronóstico, logró la Presidencia en noviembre de 2016.

"Incluso cuando juega con niños pequeños, tiene que ganar", apunta Mary Trump, quien también señala que su tío no tiene sentido del humor.

La sobrina del presidente asegura que ha revelado los secretos familiares porque ve la democracia amenazada.

Al comprobar que había ganado en 2016, cuando Mary Trump, apoyaba claramente a Hillary Clinton, su rival demócrata, la autora escribió: "Parece que 62.979.636 votantes han elegido llevar este país a la macroversión de mi familia malignamente disfuncional".

Las familias infelices lo son cada una a su manera, como nos descubrió Tolstoi en Ana Karenina, y la sobrina de Trump nos ha confirmado en el libro que acaba de presentar a los medios sobre las intimidades domésticas del presidente de Estados Unidos. La obra, bajo el título Too Much and Never Enough: How My Family Created the World's Most Dangerous Man (Demasiado pero nunca suficiente: cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo), editado por Simon & Schuster, deconstruye el hogar de los Trump: Donald habría sido víctima de un padre sociópata y una madre ausente por enfermedad.

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