La historia de La Mercedes, hundida por la Armada británica, en 1804, con 249 marineros a bordo se recuperó cuando Odyssey, una compañía de cazatesoros, expolió en 2007 el cargamento de 595.000 monedas y lingotes de oro y plata que se encontraba entre los restos del barco en el pecio localizado cerca del estrecho de Gibraltar. Entonces España dio una pésima imagen al ser incapaz de recuperar su propio patrimonio, pero la batalla legal que obligó a que el tesoro se entregara al Reino de España recompuso su honor. Desde entonces, la arqueología submarina ha despuntado en España superando tecnológicamente a la tecnología de los piratas contemporáneos que quieren expoliar sus tesoros del pasado. 

Esta historia fue recogida en un cómic El tesoro del Cisne Negro (Astiberri) con dibujos de Paco Roca y guion de Guillermo Corral, un diplomático español que participó en la batalla legal de recuperación del tesoro de La Merecedes y que reconvirtió en novela gráfica con elementos de ficción. El cómic de Roca enamoró al cineasta Alejandro Amenábar que ahora ha convertido en una serie que estrena ahora Movistar. 

“Esto puede ser como lo del teléfono estropeado con tanta adaptación. Cuando fuimos a adaptar el cómic hicimos el ejercicio de pensar si nos íbamos a ceñir a hechos reales o nos íbamos a separar de la realidad. Es un ejercicio que ya he hecho en anteriores películas como Mar adentro o Mientras dure la guerra, donde sabes que tienes que hacer dramatización, tienes que transformar cosas pero ser fiel al espíritu”, explica Alejandro Amenábar a El Independiente. “Decidimos distanciarnos del hecho real, pero mantener el espíritu del cómic. Decidimos no tener cortapisas con la realidad y desarrollar los personajes libremente y las situaciones”, añade.

“En el caso de La Mercedes se tomaron las decisiones correctas y se hizo lo que se debía hacer”, afirma Amenábar. Así que si la realidad nos hizo mejores el cineasta nos reconcilia para sacar lo mejor del país. De esta manera pone carga ideológica a los protagonistas de la historia, el joven diplomático Álex Ventura (Álvaro Mel) y la pertinaz funcionaria de Cultura, Lucía Vallarta (Ana Polvorosa). Él conservador y ella progresista, dos pinceladas tópicas para montar un equipo con el que salvar el tesoro de España. 

Álvaro Mel interpreta al joven diplomático.
Álvaro Mel interpreta al joven diplomático.

“Es una aportación que no nos fue demasiado difícil de incluir, date cuenta que yo tengo un apellido vasco, nacido en Chile y criado en España,  mi co-guionista es ex militar cubano que reside en España.. Creo en la mezcla en general y en estos dos personajes era muy fácil presentar esta connotación política que vivimos en nuestra realidad constantemente. Conocemos  o, deberíamos, conocer a gente que no tiene nuestras ideas”, explica Amenábar. “Es bueno al menos hablar de eso, porque cuando ves en los medios  el Congreso y esos discursos cerrados a cal y canto donde solo hay discrepancia y agresividad con el otro, es bueno hablar de que no todo es así”, añade.

Pero el equipo imposible de conservador y la progre no salva un tesoro de oro, si un tesoro que tiene España y que la serie reitera machaconamente. “La cultura es nuestro petróleo”. “Es una frase que comparto, define nuestra identidad y, sobre todo, la cultura no es sólo un montón de monedas o un valor mercantil con el que especular. En esta historia hay un debate sobre qué es lo que se puede proteger aunque eso no suponga un rédito económico” afirma el director. 

Stanley Tucci interpreta al cazatesoros Frank Wild.
Stanley Tucci interpreta al cazatesoros Frank Wild.

Sin Tintín pero con Spielberg 

Si el cómic de Corral y Roca era un homenaje a Tintín la versión de Amenábar se ha hecho más cinematográfica. “El homenaje terminó en el cómic, nosotros nos movimos más en las referencias del cine de aventuras que me han gustado de niño y adolescente, que van desde Steven Spielberg a James Cameron o Oliver Stone”, reconoce el realizador. “Son los referentes con los que yo jugaba para articular una historia que se movía entre el thriller político, el drama romántico o el drama judicial. A la hora de abordar el comic no pensé en hacer una serie tintinesca”.