Sociedad

Madrid activa un "plan de choque" contra la plaga de la oruga procesionaria

El Ayuntamiento quiere eliminar, sobre todo en zonas infantiles, un insecto que afecta a los más pequeños y que puede ser letal en animales

Orugas procesionarias

Orugas procesionarias EFE

El Ayuntamiento de Madrid ha activado un "plan de choque" destinado a frenar la proliferación de la oruga procesionaria en una operación para la que se han destinado equipos de operarios a todos los distritos que retiran los bolsones de los árboles y las procesiones de orugas del suelo "para evitar su enterramiento y frenar así su ciclo de reproducción".

El calor, la falta de lluvias y la escasez de productos de tratamientos para frenar la proliferación de este insecto han contribuido a que se multiplique en la Comunidad de Madrid.

Según el consistorio, el plan fue puesto en marcha este miércoles y estará activo hasta el próximo 10 de abril, actuando en zonas con pinos y cedros, con especial incidencia en las zonas infantiles y entornos de centros escolares.

En la actualidad, los trabajos que se realizan son fundamentalmente manuales y mecánicos, como la retirada de bolsones de los árboles y procesiones de orugas en el suelo. Pero además de estas actuaciones diarias en los parques de la ciudad, el Ayuntamiento tiene un banco de pruebas en una finca situada en Fuencarral-El Pardo donde está experimentando con varios tipos de trampas, todas ellas ecológicas, para poder implantar estos sistemas en las zonas urbanas de la ciudad.

El Ayuntamiento recuerda que hay que evitar la manipulación de las orugas e incluso acercarse a ellas, especialmente en el caso de menores, y los animales de compañía, porque son urticantes y pueden producir intoxicaciones. Si un ciudadano ve procesionaria, además de no entrar en contacto, puede llamar al 010 para que el Ayuntamiento actúe sobre la zona, en el caso de que sea de titularidad municipal. Si el parque es privado, contará con sus gestores para que actúen.

Se trata de un insecto que posee pelos urticantes con una sustancia, la histaminoliberadora, que provoca reacciones en la piel de las personas en forma de sarpullidos que pueden durar varias semanas e, incluso, causar problemas respiratorios.

Además, la procesionaria puede resultar letal para los animales de compañía, ya que perros y gatos pueden llegar a ingerirlas tragando también todo su contenido tóxico, lo que podría causarles la muerte.

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