Fueron 15 minutos decisivos para salvar la catedral de Notre-Dame. Así lo ha confirmado el secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, que ha dado detalles sobre el operativo desplegado para apagar el fuego que se declaró en la tarde del jueves en esta obra emblemática de la capital francesa.

Una veintena de bomberos se desplegó por el interior del edificio para luchar contra las llamas desde el interior a riesgo de sus vidas. "Son unos héroes. Quince minutos más y todo habría quedado destrozado", ha declarado el secretario de Estado.

Su labor, como la de los 400 efectivos que durante horas combatieron el fuego, ha sido decisiva para que la catedral no se convirtiera en un montón de cenizas.

"La principal preocupación", según ha explicado, "es la seguridad del edificio. Se han detectado elementos vulnerables en la bóveda y en el transepto norte. La supervisión se prolongará durante 48 horas", ha añadido Nuñez, que ha visitado la catedral. El ministro del Interior, Christophe Castañer, lo ha hecho a primera hora de la tarde.

A su vez, se ha sabido que se organizó una cadena humana para sacar de la catedral las principales obras de arte. Muchas de ellas están en el Ayuntamiento de París.

Entre las joyas recuperadas figuran una corona de espinas de siglos de antigüedad, hecha de juncos y oro, y la túnica que se cree que llevaba San Luis, rey de Francia del siglo XIII, según monseñor Patrick Chauvet.

La Fiscalía ha iniciado una investigación pero los primeros indicios apuntan a que se trató un acto involuntario. Los interrogatorios de los testigos ya han comenzado. "Nada por ahora va en la línea de un acto voluntario", ha destacado el fiscal de París, Rémi Heitz, que es el responsable de la investigación.

Las labores de restauración se realizarán gracias a una suscripción popular. "Esta catedral la vamos a reconstruir entre todos", aseguró el presidente, Emmanuel Macron. Desde millonarios como Pinault hasta el BCE o el Parlamento Europeo han anunciado donaciones.