Moria era el mayor campo de refugiados de Europa. Unas 13.ooo personas que huían de la guerra estaban atrapados en la isla de Lesbos ante la incapacidad de Europa de darles una entrada digna entre sus estados miembros. Pero el pasado 15 de septiembre un fuego convirtió el conocido campo de la vergüenza en un montón de ceniza.

La organización Save the Children, a través de las fotografías de Pedro Armestre, denuncia que tras el incendio la vida de los refugiados no ha hecho más que empeorar. Y el campo de la vergüenza se ha vuelto a levantar, en peores condiciones si cabe, sin instalaciones adecuadas para albergar familias. Las organizaciones sociales que les apoyan, como Save the Children, piden que no se su situación no se cronifique. Un primer campamento no funcionó y un segundo sólo puede ahondar el la vergüenza de Europa.