En los medios de comunicación, muy a menudo, se habla de medicina estética solo cuando los informativos informan de accidentes, muertes o juicios por malas praxis. Sin embargo en ninguna época como la nuestra belleza e imagen han importado tanto.

Cuantas veces hemos escuchado frases, con tono malicioso, cuando no ofensivo como: "¿Qué guapa está, seguro que se ha hecho algo?", “no puede ser que a su edad no tenga arrugas”, “estaba mucho mejor antes, más natural”, “esos labios no son naturales”, “esos pómulos no son suyos”. Todavía hay un estigma enorme sobre la medicina estética y los “retoques” no están bien vistos por una gran parte de nuestra sociedad. Por no hablar de los tapujos tremendo que hay entre los hombres. Estos tapujos y la falta de una comunicación clara y realmente didáctica sobre este tema aumenta las dudas sobre un sector que mueve cada año más millones. Por esta es mas cuestiones he decidido entrevistar a uno de los directivos clave en España y Europa, David Fernández, Director General de TEOXANE.

Pregunta.- ¿Quién es David Fernández?

Respuesta.- Soy el Director General de laboratorios TEOXANE en España y Portugal, el especialista mundial en rellenos faciales de ácido hialurónico.

P.- Cuando escuchamos hablar de medicina estética podemos caer en el error de pensar que hablamos de pasar por el quirófano, pero cuéntanos qué abarca realmente el concepto de "medicina estética”?

R.- La Medicina Estética del siglo XX era reparadora, es decir, corregía los “defectos” y el paso de la edad. A menudo, esta medicina exigía un quirófano y arrastraba un modelo de belleza rígido, lleno de estereotipos y cánones establecidos. Y dentro de ese modelo la Medicina Estética parecía indicada para un segmento mayor y muy limitado de la población.

La macrotendencia de consumo del autocuidado personal y de la salud ha estado presente en nuestras vidas desde que comenzó el nuevo siglo. La pandemia, junto con la digitalización que nos obliga a ver nuestra imagen más que nunca en RRSS y en las pantallas de reuniones online, nos ha llevado a acelerar esta pauta de consumo e incorporar las rutinas de una nueva Medicina Estética que te acompaña en el proceso de envejecimiento, y que te permite ser tu mejor versión de los 30, los 40, los 50, los 60…

El desarrollo de nuevos productos más similares a los que el propio organismo humano produce, como el ácido hialurónico, ha permitido que se desarrollen técnicas poco intervencionistas y que permiten una recuperación casi inmediata.

Cada vez más, la Medicina Estética del siglo XXI es una disciplina médica profesionalizada cuyo objetivo es cuidarnos y hacernos sentir bien en todas las etapas de nuestras vidas. Una nueva belleza en la que un doctor especialista realiza el diagnóstico y define el abordaje adecuado en función de las características anatómicas y las demandas propias del paciente y elige un producto específico para obtener el resultado esperado. Es una Medicina Estética libre de tabúes a no decir que te has realizado un tratamiento estético. Es una nueva Medicina Estética mucho más formada, más profesionalizada, en la que los productos son cada vez más específicos para áreas faciales concretas.

P.- ¿Qué es la belleza para tí y qué importancia crees que tiene para llegar al éxito en nuestra sociedad?

R.- Para mí la belleza en el siglo XXI ha roto los estereotipos del pasado y se redefine como la diversidad, la autenticidad, la aceptación y el empoderamiento. No se trata de unas medidas o unos cánones, sino de potenciar la belleza propia de cada individuo para hacernos especiales y únicos.

Vivimos en una sociedad muy visual, donde nuestra imagen externa es nuestra tarjeta de presentación. En este tipo de entorno, la belleza y el atractivo propio de la persona son factores claves de éxito y en el que podemos ver cómo se vuelcan los profesionales como factor de diferenciación.

P.- Teoxane lleva más de 20 años innovando en el ámbito de la medicina estética y es el mayor experto en ácido hialurónico a nivel global. ¿Cómo ha evolucionado el sector a lo largo de estos años en cuanto a tendencias y a cifras?

R.- El sector se ha transformado radicalmente, pasando de ser un mercado minoritario, para unas élites, con un nivel de conocimientos científico relativamente bajo, a un sector profesional que bordea el gran consumo pero jugando con la sofisticación del sector médico.

Las cifras hablan de cómo el sector ha crecido exponencialmente y se ha multiplicado por 5 en los últimos 10 años. La pandemia ha jugado un proceso de aceleración, tanto por parte de los pacientes (se ha multiplicado x2 la demanda de tratamientos), como en la oferta de clínicas de medicina estética (según el Ministerio de Sanidad, el número de clínicas de Medicina Estética certificadas ha crecido +20% en estos últimos años).

P.- ¿Cómo entraste tú en este sector? ¿Vocación, casualidad o actitudes perfectas para ser líder en un sector tan complejo?

R.- Yo entré en el sector desde la oftalmología atraído por el gran potencial de desarrollo que tenía el sector. Es realmente apasionante participar en este crecimiento mundial de la Medicina Estética, que hace vivir mejor a las personas, sentirse más seguras cuando se miran al espejo o cuando aparecen detrás de las cámaras en una reunión online.

P.- Desde Teoxane prestáis además servicios en más de 90 países. ¿Existen diferencias notables entre unos u otros países o entre continentes en cuanto al comportamiento de los pacientes y sus peticiones?

R.- Partimos de una realidad y es que en los conceptos de belleza existen diferencias interculturales notables que están basadas no sólo en las diferentes maneras de entender el concepto de belleza, sino en realidades anatómicas en función de la etnicidad.

En algunas áreas del mundo, llevar a cabo tratamientos de medicina estética está relacionado con el estatus social, y por ello se busca la sobre proyección de unos labios, mientras que en Europa se busca generalmente la sutilidad y la naturalidad.

La medicina estética en España

P.- Tradicionalmente se ha considerado la medicina estética como un lujo no al alcance de todos, pero las cifras dicen que cada vez recurrimos más a ella: El 40% de la población española ha recurrido a ella en alguna ocasión. ¿Ha llegado ya la hora de la democratización de la medicina estética?

R.- El proceso de democratización ha comenzado. De manera tradicional se acudía a un médico estético en procesos avanzados de envejecimiento que requerían una intervención con mayores cantidades de producto y que suponían muchas veces una transformación del individuo. Esto llevó a que el miedo a un resultado final artificial fuera uno de los mayores frenos para que los pacientes debutaran en Medicina Estética.

La tendencia en este momento es hacia una medicina de la prevención del envejecimiento, que es la enfermedad crónica por definición de la humanidad. Una medicina que te acompaña en ese proceso y que no te transforma, sino que te permite ser tu mejor versión. De igual manera, este tipo de medicina permite reducir la cantidad de producto que se usa y abaratar relativamente los tratamientos ya que la arruga más fácil de tratar es la que nunca llega a aparecer. Según las investigaciones, los pacientes tratados correctamente con rellenos faciales de ácido hialurónico, se sienten más seguros de sí mismos, más felices y eso se transmite en todos los ámbitos de su vida.

P.- ¿Qué medidas se están tomando en este sentido encaminadas a lograr que casi cualquier persona, aunque no tenga un alto poder adquisitivo, pueda ver mejorado algún aspecto de su físico, con los beneficios que eso puede tener también para su mente, a través de tratamientos de medicina estética?

R.- No sólo se trata de la investigación, que permite obtener productos cada vez más similares a los que de manera natural desarrolla el organismo, que actúan de manera más eficiente, obteniendo mejores resultados con menos cantidad de producto, sino se trata de que los profesionales médicos están cada vez más preparados para obtener resultados más naturales. La tendencia es a usar productos desarrollados específicamente para las áreas que se van a tratar, lo que permite ser más eficiente y obtener precios más competitivos.

Pero no nos engañemos, no todos los profesionales médicos son iguales, ni los productos que se usan tampoco. Es clave asegurarse que se trata de un médico correctamente formado y cuyo sentido estético se ajusta al nuestro propio. En estética, lo muy barato debería de hacer sospechar al consumidor.

P.- El sector mueve más de 3.500 millones al año en España, una cifra muy importante. ¿Cómo es la relación de un sector fundamentalmente privado como este y con un volumen tan alto de facturación con las administraciones públicas?

R.- Desgraciadamente, al tratarse de un sector privado, la relación con las administraciones públicas es casi inexistente, a pesar de que existen desafíos muy importantes, como el intrusismo profesional de actores poco cualificados o las importaciones ilegales de producto, entre otras muchas. La cara es la tarjeta de presentación del individuo y debería prestársele más atención por parte de dichas administraciones, ya que se trata de actos médicos cuya seguridad debería estar garantizada.

P.- Los españoles buscan una belleza natural y temporal, es decir, que los cambios no se noten mucho y no duren para siempre. ¿Por qué, en cambio, son los grandes errores médicos, que son una minoría, o los resultados estéticos muy llamativos los que siempre aparecen en los medios de comunicación? ¿Cuánta responsabilidad tenemos los medios y cuánta el sector y su capacidad de comunicación?

R.- Evidentemente, es una culpa compartida derivada de que la industria del sector estamos regulados por la ley del medicamento, lo que impide comunicar directamente con el paciente, y que las clínicas están extremadamente fragmentadas, con lo cuál no tienen capacidad para realizar inversiones en medios.

Por otra parte, y esto es una apreciación personal, el miedo y las malas noticias venden. Por ello, es absolutamente sensacionalista sacar esos malos resultados en los medios y hablar de ellos. Además, es un sector donde los buenos resultados precisamente, no se ven, lo que impide comparar. Por último, los tabúes llevan a que las generaciones por encima de los treinta nos cuesten hablar en público de los tratamientos que nos realizamos. 

P.- Los datos nos dicen que cada vez empezamos a realizarnos tratamiento más pronto: la media de edad ha bajado de los 35 a la década de los 20 años. ¿Cuáles son las peticiones de los menores de 20 años, incluso de personas mejores de edad, en relación a su aspecto físico? ¿Es necesario en estos casos autorización de un adulto si hablamos de menores?

R.- El debut en medicina estética en la década de los veinte suele estar relacionado con el tratamiento de labios, que es la mayor demanda en este grupo de edad en mujeres. Si hablamos de hombre, el tratamiento más demandado es el ángulo mandibular, para proyectar la masculinidad del rostro. Los doctores suelen denegar los tratamientos en menores aunque exista el consentimiento del adulto. En realidad, no hemos de olvidar que nuestra cara será el resultado de todos los tratamientos que nos realicemos a lo largo de nuestra vida.

P.- Tú tienes hijos. ¿Cuéntame tus conversaciones con ellos sobre este sector y tu trabajo?

R.- Mis hijos me enseñan muchísimo respecto a mi vida en general. Ellos han crecido con la medicina estética como conversación habitual en casa e, incluso te diría, que son grandes entendidos.

Durante la pandemia en casa fueron testigos de un gran número de formaciones, incluso de anatomía. Tanto es así que mi hija dice desde hace años que quiere ser médico estético.

Ven la TV y me preguntan por los diferentes tratamientos que se han realizado las celebrities viviéndolo de una manera natural y sin limitaciones. Son poco fans de lo exagerado y viven de una manera mucho más natural y respetuosa que nuestras generaciones los tratamientos realizados, la orientación sexual o el caleidoscopio que existe a la hora de entender la vida.

P.- Muchos siguen considerando todo esto una frivolidad. ¿Cómo puede afectar realmente a la autoestima o a la autopercepción de una persona el hecho de mejorar la forma de su mentón, por ejemplo, o eliminar esas arrugas indeseadas? Porque vosotros hacéis que las personas sean más felices en definitiva.

R.- Realmente la medicina estética ha pasado a convertirse en un acto de autocuidado personal, igual que el entrenamiento físico, la odontología estética, la peluquería, la moda…

La liberación de endorfinas que se produce al mirarte al espejo y verte bien transfiere una seguridad y energía que no sólo permite ser más feliz, sino enfrentarte a la vida con más seguridad. No se trata de frivolidad o de inseguridad, se trata de ser la mejor versión de ti mismo.

Las diferencias entre mujeres y hombres

P.- De ese 40% de españoles que recurren a la medicina estética y que apuntábamos antes, casi un 72% son mujeres. ¿Por qué? ¿A qué obedecen esos prejuicios de los hombres a la hora de realizarse tratamientos estéticos y también a la hora de confesarlo? Porque muchos de los que se los realizan no lo reconocen...

R.- Evidentemente, las mujeres nos llevan unas cuantas décadas por delante respecto al cuidado personal a los hombres, y esta ventaja se nota en los números. Pero los hombres ganamos por goleada en tabúes y prejuicios a las mujeres.

Este temor a no ser aceptados y que se mine su seguridad, lleva a que no se hable en público de los tratamientos que se realizan, a pesar de que el sector masculino es el mercado con mayor crecimiento en nuestro país.

P.- ¿Qué está haciendo Teoxane para cambiar esa imagen social de la medicina estética como algo más propio de la mujer y menos del hombre?

R.- Mostrar la realidad sociológica de los pacientes masculinos, incluyendo sus frenos, miedos a través de la realidad que muestran las investigaciones de mercado que estamos llevando a cabo. Rompiendo mitos sobre la masculinidad estereotipada del hombre de mentón cuadrado y barbilla pronunciada a través de publicaciones científicas que guíen al médico para mejorar los tratamientos. Y haciendo público de que la única manera de combatir esta imagen tan desfasada dela masculinidad es compartir los miedos e inseguridades a las que todos los hombres nos enfrentamos.

P.- ¿Cómo podemos desde los medios o la publicidad concienciar a los hombres de que recurrir a ella les puede ayudar mucho a nivel físico, mental, de autoestima, etc.?

R.- Hablando y rompiendo el mito de que eres menos hombre por realizarte tratamientos estéticos. Permitiendo que los hombres que confiamos en la medicina estética para que nos acompañe a ser nuestra mejor versión permita mostrar que es una opción válida, transgénero, normalizada. Creo que estos moldes tan aburridos y obsoletos sobre lo que eres y no eres dependiendo de si te realizas tratamientos de medicina estética, han de romperse. Cada uno somos únicos, especiales, y la medicina estética sólo ha de ayudarte a sacar lo mejor de ti, sin hablar de tu condición mental u orientación sexual.

P.- Un dato destacado es que alrededor del 50% de los hombres que recurren a la medicina estética son homosexuales. ¿Es cierto entonces ese mito de que los gais nos preocupamos por lo general más por nuestro aspecto físico?

R.- Bueno, yo creo que esto es un tópico, porque el otro 50% no son homosexuales. Creo que los gays se sienten más libres al hablar públicamente de los tratamientos que se hacen o dejan de hacer, al menos en medicina estética.

P.- ¿Hay diferencias entre las solicitudes de tratamientos de los hombres homosexuales y los heterosexuales, o en ese sentido buscamos más o menos lo mismo?

R.- Es muy interesante una publicación que acabamos de realizar al respecto, porque te diré que la respuesta es que la orientación sexual no marca lo que buscamos a nivel estético. No determina necesariamente nuestra percepción de belleza.

Los médicos y la seguridad de los tratamientos

P.- Los médicos en España no tienen ocasión de terminar la carrera habiéndose especializado en medicina estética. Es cierto que más de 6.000 han cursado posteriormente un máster en este sentido. ¿Hacen falta más médicos especializados?

R.- En Medicina Estética el conocimiento siempre ha sido muy costoso de obtener debido a la falta de una especialidad médica propia. A pesar de que en los últimos años se ha avanzado gracias a la creación de un gran número de Másteres Universitarios en Medicina Estética, lo cierto es que los Doctores se enfrentan a retos muy importantes en sus consultas relacionados con el aprendizaje de técnicas de inyección avanzadas, manejo de efectos adversos y desarrollo de negocio. Para nosotros, la formación médica es la clave para obtener excelentes resultados en los tratamientos estéticos. Sólo un doctor con los correctos conocimientos anatómicos, una depurada técnica de inyección y un conocimiento empírico de los diferentes productos, puede llevar a cabo un tratamiento estético adecuado.

Cada uno de los pacientes deposita su confianza en el doctor que le va a realizar su tratamiento. Lo cierto es que, sin embargo, los niveles formativos son muy diferentes, lo que impacta directamente en el diagnóstico y tratamiento que va a recibir a posteriori. El número de médicos está directamente ligado con la demanda de tratamientos. Pero de igual forma que nadie se realizaría una cirugías cardiovascular sin tener la certeza que el cirujano sabe lo que hace, nadie debería debería de jugarse su tarjeta de presentación, que es su cara, sin saber la pericia del doctor que realizará su tratamiento.

P.- ¿Estás a favor de que haya una especialización en medicina estética? ¿Porqué no la hay todavía?

R.- En realidad desde el punto de vista la administración, tanto la cirugía plástica como la dermatología son las dos especialidades vía MIR que cubren la estética. Pero lo cierto es que la realidad es bien diferente, ya que tanto dermatólogos como cirujanos plásticos son minoritarios en la práctica clínica de la estética.

El hecho de ser un sector privado y la banalización de los actos médicos que se realizan en medicina estética, han llevado a que no se cree la especialidad. Todavía.

P.- Desde Teoxane apostáis por esa formación. ¿Qué echáis de menos por parte de las universidades en este sentido y del Gobierno?

R.- Una visión integral de la Medicina Estética. No se trata tan sólo de realizar tratamientos, sino de realizar el correcto diagnóstico para cada paciente. Tanto la anatomía facial como el proceso de cada paciente es casi único, y requiere de un profesional correctamente formado que determine qué es necesario para ese paciente, pero de manera individualizada y específica.

P.- ¿Cómo podemos los pacientes asegurarnos de que la persona en cuyas manos nos ponemos tiene la capacidad y certificaciónn necesarias para realizarnos ese tratamiento en concreto?

R.- En primer lugar, desconfiando de precios muy baratos, tratamientos ambulatorios, profesionales no médicos, o clínicas que no tienen a la vista el certificado sanitario correspondiente.

En segundo lugar, aprovechando el fenómeno de la digitalización para ver las redes sociales del doctor, dónde normalmente cuelgan antes y después de pacientes y podremos ver si el gusto estético del doctor coincide con el nuestro.

Y en último lugar, desde mi punto de vista, la visita diagnóstico es la clave donde sabremos si confiamos o no confiamos en él. Es un acto clave en dónde se evalúan nuestras expectativas con la realidad clínica y dónde tiene que existir química. Nuestra cara es nuestra tarjeta de presentación. Habla de cómo somos y se nos juzga muchas veces por ella sin necesidad de conocernos. Depositarla en las manos de un doctor no puede ser banal y requiere de que se establezca una relación de confianza bidireccional más allá del coste del tratamiento.