Lo tiene casi todo. Una ‘orden religiosa’ a su medida y de la que es la máxima autoridad, sacerdotes y fieles dispuestos a seguirle, una teología reescrita ‘ad hoc’ y sobre la que sustentarla y, aparentemente, mucho dinero para mantenerla. Sólo le falta disponer de una Iglesia propia, de un templo que lleve su nombre y un complejo espiritual en el que desarrollar el proyecto religioso que fundó en 2005 en Bilbao. Desde este lunes su discurso ha encandilado a 15 monjas clarisas -una se habría desmarcado- dispuestas a abandonar la Iglesia de Roma, a renunciar a la autoridad del Papa Francisco para sustituirla por la obediencia al “ilustrísimo y reverendísimo Señor Don Pablo de Rojas Sánchez Franco”, fundador de la Pía Unión de San Pablo Aposto

La operación podría denominarse ‘Palmar de Orduña’. Es evidente que existen similitudes y diferencias con la ‘Iglesia Palmariana’ que se asentó en el Palmar de Troya y fue fundada por Clemente Domínguez, quien se autoproclamó papa, ‘Gregorio XVII’. En la descripción de la ‘Pía Unión’ que el propio De Rojas realiza se pueden encontrar parecidos: tradicionalistas, ultraconservadores, al margen de la Iglesia de Roma, con fieles laicos y religiosos… Sin embargo, el ‘falso obispo’ al que ahora anuncian obediencia las religiosas de Belorado asegur que su organización “nada tiene que ver con la secta del Palmar de Troya ni con otras parecidas”. 

Si el falso papa ‘Gregorio XVII’ levantó su iglesia en la localidad sevillanas, el ‘falso obispo’ De Rojas habría elegido el municipio alavés de Orduña, mediante la utilización de las clarisas, para emular el proceso seguido por la ‘Iglesia Palmariana’. Manuel Gómez-Tavira es vicario para la vida consagrada de la Diócesis de Vitoria. Afirma con rotundidad que la organización que lidera De Rojas es “una secta”: “Así está calificado por la Iglesia. No es ni un cisma ni otra Iglesia. Lefebvre sí era un cisma, era un obispo válidamente ordenado y después excomulgado, pero en este caso no es así. Él fue ordenado por un obispo del Palmar de Troya. Por eso la ordenación no es válida”, declara a El Independiente.

La operación para adquirir un monasterio lleva tiempo fraguándose. Lo ha hecho entre silencios, medias verdades, ausencias para no dar explicaciones y pulsos de las clarisas de Belorado con la Diócesis de Vitoria. La sospecha de que el objetivo sería poder contar con una gran sede donde asentar y sobre la que pivotaría la Pía Unión de San Pablo Apóstol ha tomado fuerza en las últimas horas.

Monasterio con su nombre

El proceso parecía estar cerca de cerrarse hasta que las dudas y sospechas se dispararon en la diócesis de Vitoria. Después de que las clarisas comunicaran en un escrito su deseo de abandonar la Iglesia de Roma y jurar obediencia a De Rojas, en la diócesis de Vitoria ya no tienen dudas de que él, Pablo De Rojas, es el misterioso comprador a las que se referían las clarisas de Belorado durante las negociaciones para comprar el monasterio alavés y cuya identidad se resistían a desvelar.

Se trata de un complejo monástico de 1296, sin uso y en venta desde 2002 y cuya adquisición requería algo más que la venta de dulces. Inicialmente la pretensión era pagar la operación con la venta de otro monasterio de las clarisas ubicado en Derio (Bizkaia) y también propiedad de la comunidad de Belorado desde 2013 –cuya comunidad había sido previamente trasladada al monasterio de Orduña-. A día de hoy, pese a haber tenido intentos de compra, ese monasterio sigue vacío y en venta.

En marzo de este año se activa el ‘plan B’. Lo presentaron las religiosas de Belorado a la clarisas de Vitoria para comprarles el monasterio de Orduña. Afirmaron que tenían un comprador misterioso que sólo exigía ponerle su nombre al monasterio y que cedía su uso en usufructo a las clarisas. El convento volvería a ser vendido a la comunidad de Belorado una vez vendido el monasterio de Derio. La insistencia de la diócesis para conocer la identidad nunca fue desvelada. Ni siquiera las visitas del obispo de Vitoria logró romper el mutismo absoluto de las religiosas.

La operación de compra no era baladí: 1,2 millones de euros. Ante las sospechas de que quien fuera a adquirir el complejo fuera “una persona ajena a la Iglesia católica”, el 7 de mayo la Comunidad de las Clarisas de Vitoria convocó a una reunión ante notario a las clarisas de Belorado para rescindir el contrato de compra-venta que tenían suscrito desde 2020 y cuyos pagos comprometidos apenas se habían realizado. “La rescisión no fue una cuestión de dinero, pese a que llevaban cuatro años sin pagar, sino a que todo era muy extraño y había sospechas de que algo no iba bien”.

"Menos mal que rescindieron el contrato"

Hasta ahora la sede de la Pía Unión que encabeza De Rojas es su casa. Una amplia vivienda de lujo situada en la Gran Vía de Bilbao y en la que además de salas con una decoración recargada, elementos de lujo y una capilla privada, el falso obispo se hace ayudar de una suerte de ‘mayordomo’ y sirvienta de cofia y uniforme. Es a esa dirección a la que se remite como dirección oficial de la organización.

Pero en la Diócesis de Vitoria no tienen dudas de que el siguiente paso era dar el salto para contar con un centro de mayor entidad y envergadura y el monasterio de Orduña reunía todas las condiciones. Para ello, las monjas clarisas de Belorado parecían la vía más fácil. “Menos mal que finalmente se rescindió el contrato, cuando algo empezó a oler mal. Si se llega a firmar, al día siguiente ese monasterio sería el de Pablo de Rojas y llevaría su nombre”, asegura Gómez-Tavira.

El lunes las religiosas incluso informaron al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, de que el propio Pablo De Rojas había visitado al menos en tres ocasiones el Monasterio de Belorado los últimos días. También uno de sus ‘sacerdotes’ y más estrechos colaboradores lo habrían hecho “en repetidas ocasiones”. Incluso le informaron de que a partir del lunes, una vez comunicado su deseo de abandonar la Iglesia de Roma, será este sacerdote, identificado como ‘José’, el único que celebrará misa en el monasterio. “Ahora hemos visto que era él el comprador misterioso. 1,2 millones de euros no es algo que se pueda sacar de debajo de las piedras. El maneja mucho dinero”.

Es el propio De Rojas quien reconoce la buena posición económica de su familia, el origen acomodado del que procede. En la biografía que de él se muestra en la página web de la Pía Unión de San Pablo Apóstol se recuerda que “durante siglos” su familia se dedicó a la orfebrería, después a la joyería y finalmente a los negocios inmobiliarios. En las imágenes que exhibe se puede descubrir el alto nivel de la vivienda en la que ha situado la sede de su organización o incluso la utilización de vehículos de alta gama.

Relevo en el monasterio

Por el momento, tan sólo la abadesa, Sor Isabel de la Trinidad, figura como firmante del manifiesto que aboca a la excomunión a toda la comunidad de clarisas de Belorado. El resto de religiosas, con las que la Diócesis ha intentado hablar, no se han pronunciado: “No es posible ponerse en contacto con ellas. De las 16, varias, unas cinco son muy mayores y el resto entre 45 y 60 años. Personalmente no me creo que todas estén de acuerdo con todo esto. Según vaya pasando el tiempo esperemos que todo se reconduzca y que este castillo de naipes se va a ir cayendo”, asegura Gómez Tavira.

El vicario para la vida consagrada de la Diócesis de Vitoria apunta otro dato relevante que puede explicar lo sucedido en este caso. Recuerda que las comunidades de clarisas son autónomas en la gestión y la propiedad de sus monasterios. Es lo que permite a cada comunidad tomar decisiones sobre el futuro de su monasterio, sin depender de niveles superiores de la orden a la que pertenecen. También en la elección de la abadesa que encabeza la comunidad y que en el caso de Belorado Sor Isabel agotaba su último mandato, “no podía presentarse a la reelección”: “No es de las mayores, tiene unos 60 años y lleva 12 años como abadesa. Ahora había elecciones para relevarla y ella, probablemente ha querido perpetuarse de esta manera. Esto es un claro abuso de poder de la madre Isabel”.