Con la llegada de la temporada de calor, pocas cosas resultan más refrescantes que una buena rodaja de esta fruta. La sandía, una fruta con un gran protagonismo estival, no es solo rica, sino que también sienta muy bien gracias a su alto contenido de agua y sus importantes vitaminas. Pero no todas las sandías que encontramos en el supermercado son iguales; elegir una buena sandía puede marcar la diferencia entre la experiencia refrescante que aporta su jugo o una decepción muy poco sabrosa. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha recopilado una serie de claves para no errar en nuestra compra de la mejor sandía.
Cómo identificar una sandía madura y jugosa
Elige el color correcto
Una sandía que se considere buena no brilla. La OCU destaca que hay que elegir la sandía que tenga un color verde oscuro y mate, ya que esas suelen ser las maduradas, mientras que las más brillantes son las que están inmaduras y su sabor podría ser incluso más insípido. También las franjas muy marcadas en la piel nos indican que hay una buena maduración.
Revisa el pedúnculo
El extremo donde se encontraba unida a la planta la sandía dice mucho. Para la OCU el pedúnculo ha de tener un olor fresco y no estar seco. Si va limpio y vegetal indica que se ha cosechado hace poco y conserva sus cualidades. Si ese área huele mal o está seca y marchita mejor no cogerla.
Trucos para saber si tu sandía está en su punto
Tócala y golpéala
Uno de los trucos más famosos para detectar si la sandía está en buen estado —y que sigue manteniendo su validez— es el de golpearla con los nudillos. Si te suena hueca, es una buena señal, significa que está madura. También puedes comprobar su firmeza presionando suavemente la corteza. Si cede o tiene partes blandas, es que puede estar pasada o haber sufrido golpes.
Observa su posición en la frutería
Puede parecer algo trivial, pero en realidad no lo es. Las sandías que están en la parte superior de las pilas suelen estar en mejor estado que las de la base, ya que han sido objeto de menos golpes y presión. La OCU recuerda que las frutas que están blandas o presentan algún tipo de abolladuras no sólo pierden calidad, sino que también se estropearán más rápidamente.
Qué tener en cuenta si compras media sandía
Hoy en día las mitades y cuartos de sandía son cada vez más comunes en los establecimientos de alimentación. Aunque pueden ser de utilidad, sobre todo en el caso de que no se necesite la fruta entera, hay que tener en cuenta que su conservación puede ser errónea. La fruta que ha sufrido un corte tiene que ser mantenida en frío. Si la fruta se encuentra a temperatura ambiente, hay un incremento en el riesgo de contaminación debido a la manipulación o por el uso de utensilios en malas condiciones de higiene.
Evalúa el aspecto del corte
Asegúrate de que la superficie del corte quede limpia, brillante y sin signos de oxidación. Una sandía conservada adecuadamente presenta el color rojo intenso, sin trazas blanquecinas, ni partes secas. No compres aquellas sandías que tienen la pulpa deshidratándose y que están alteradas en el color.
Escoger una sandía buena puede parecer cuestión de azar, pero gracias a estos consejos de la OCU sabrás en qué aspectos fijarte. Desde el tono, el olor o el sonido que hace, cada pista es un indicativo de una fruta más refrescante y dulce. Aprovecha el verano y adéntrate en el camino hacia la mejor sandía.
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