El aguacate pasó de ser un alimento gourmet a transformarse en un alimento básico en la cocina saludable de nuestros días; actualmente se encuentra presente en desayuno, comida y cena gracias a su flexibilidad y a la riqueza en nutrientes que brinda; desde las tostadas de la mañana, hasta ensaladas, hummus, guacamole y sopas frías han hecho de esta fruta un alimento que ocupa un lugar importante en la dieta mediterránea y en la alimentación en general. Pero hay un pequeño detalle crucial para degustar todo su sabor y propiedades, saber escogerlo en el supermercado y no elegir una pieza inmadura o pasada, las cuales podrían arruinar tu receta.

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Cómo reconocer un buen aguacate

El color como primer indicio

El color del aguacate es un buen indicador de su maduración. Un aguacate con un verde intenso tiende a ser todavía inmaduro, en cambio, el verde oscuro indica que nos aproximamos al punto justo. La fruta se debe seleccionar evitando las que tengan un brillo excesivo y optar por las que tienen una piel lisa sin ninguna mancha y sin golpes ni zonas hundidas que puedan ser el signo de un mal estado o de un deterioro prematuro.

La importancia del tacto

Si se aprieta suavemente con los dedos el aguacate la pulpa debe ceder de manera sutil y uniforme; si es particularmente dura necesitará algunos días para alcanzar su buen estado. En contraposición si el aguacate cede demasiado y su textura es blanda significa que se ha pasado y la pulpa puede tener un sabor un poco agrio e incluso pequeñas hebras oscuras. Cuando se logran reconocer estas características será más sencillos conseguir el mejor aguacate.

El truco del rabito

Uno de los sistemas más seguros consiste en retirar el pequeño rabito que aparece en la parte superior. Si se suelta con facilidad y el hueco que le queda muestra un tono verde amarillento, la pieza está lista para su consumo. En cambio si se ve un tono marrón muy oscuro o casi negro, la pieza está pasada y no mantendrá la misma calidad gastronómica ni nutricional; este simple gesto ha acabado siendo el gran truco para acertar en la frutería.

El mantenimiento en casa

En ocasiones, el supermercado solo ofrece aguacates duros y aún verdes. Para acelerar la maduración es posible guardarlos junto a aquellas frutas que son capaces de liberar etileno, como manzanas o plátanos, dentro de una bolsa de papel. En un par de días se encuentra listo para cualquier elaboración, desde una guacamole hasta una ensalada bien fresca. Si se desea seguir un ritmo más lento simplemente hay que dejar la pieza sobre la encimera y permitir que siga a su ritmo su proceso normal.

El aguacate perfecto

El aguacate ya maduro puede conservarse en el refrigerador si no se va a usar de inmediato, ya que este proceso conservará por varios días su estado. Una vez abierto el aguacate es interesante rociar su pulpa con unas pocas gotas de limón o de lima para frenar su proceso de oxidación, cubrirlo con film transparente y consumirlo lo antes posible.

Garantía del sabor y nutrientes

Elegir la pieza adecuada no solo garantiza una buena experiencia en la cocina, también evita que se pierdan nutrientes. El aguacate se caracteriza por contener un alto número de grasas sanas, fibra, vitaminas y minerales que contribuyen al bienestar general del organismo. Consumirlo en su punto ideal es llevarse a boca el mejor aguacate posible, tanto para el sabor como para las propiedades que pueda tener, siendo ese uno de los alimentos estrella para quienes buscan una dieta equilibrada, sabrosa y beneficiosa.

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