La Policía Nacional ha registrado esta mañana decenas de pisos y habitaciones de supuestos hoteles en el madrileño Paseo de las Delicias en una operación contra la prostitución coactiva y la explotación de mujeres, han confirmado a Europa Press fuentes policiales.
En estos pisos desmantelados, situados entre los números 127 y 133 de esa calle, vivirían mujeres a las que mafias organizadas las obligarían a prostituirse casi todo el día, negándoles las salidas del edificio, con el objetivo de quedarse con el dinero que recauden para pagar supuestos deudas contraídas con estas bandas por traerlas a España.
En noviembre de 2018 la Policía Nacional ya practicó una redada en la misma zona, arrestando a una quincena personas y rescataron a una veintena de prostitutas retenidas por una red "muy peligrosa" dedicada a la trata de personas y a la explotación sexual de mujeres. Se trataba de los edificios situados en los números 127 y 133, inmuebles enteros de cinco plantas dedicados casi en exclusiva a la prostitución.
El primero era frecuentado por clientes extranjeros y el segundo por españoles, este con persona de seguridad incluida. Los policías descubrieron que las chicas liberadas, que además vivían allí, eran observadas por un sistema de videovigilancia a través de un móvil por los jefes proxenetas, que las obligaban a ejercer sexo las 24 horas del día.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Gaslow, la petrolera con vínculos con 'Los Miami' y que sirvió para delatar a Koldo
- 2 Quiénes son 'Los Miami', el clan condenado de la Reina de la Coca
- 3 Marlaska nombrará a dedo a los policías que investiguen asuntos judicializados
- 4 La Oreja de Van Gogh, un despido por burofax y una cita con Amaia en el Bernabéu
- 5 La ministra de Vivienda salta contra Iglesias y Montero: "Con mis tres propiedades no tengo ni para pagar la mitad del chalet de Galapagar"
- 6 Denuncian enchufismo en los procesos de selección de personal en la embajada de España en Mauritania
- 7 KIA EV3, un eléctrico con mucha chispa
- 8 No, los votantes de Trump no son imbéciles
- 9 La poderosa máquina del contrarrelato