Las botellas Cupisnique son un referente de la artesanía del Perú precolombino y no es raro encontrar llamativos y recargados ejemplos descansando en las vitrinas de prestigiosos museos. Esta arcaica pieza de menaje, cuyo nombre procede de la cultura que desarrolló el modelo original entre 1.500 y 1.100 años A.C., ha inspirado al artista peruano Erick Valdivieso para reinterpretarlas según los gustos modernos. “En casa de mis abuelos había tres ejemplares antiguos y siempre que iba, me las quedaba mirando imaginándome historias”, recuerda Valdivieso. Cuando llegó a Europa, aquellos frascos volvieron a su memoria y “Decidí recuperar el diseño del olvido porque, si en algún momento una botella tan peculiar tuvo sentido, era el momento apropiado para volver a explorar con ella y, si alguna vez Zara Home me las copia, seré el hombre más feliz del mundo”, comenta con ironía el ceramista que, además, dirige Galería Factoría uno de los pocos espacios centrados en arte en cerámica y porcelana en España.

El recipiente, en forma cilíndrica y con capacidad para 1 litro, tiene un gollete con forma de estribo del que surge, en el eje vertical, un pequeño cuello que Erick, rematacon tapones de corcho o de madera sujetos con cinta de cuero o cuerda. A la hora de decorar cada unidad Erik los trata como un lienzo y se deja llevar por la creatividad con dibujos y colores brillantes. Eso sí, las Cupisnique mantienen el agua, el vino o el cava tan frescos a como lo hacían en la antigüedad.

  • La Botella Cupisnique de Erick Valdivieso se puede encontrar en Galería Factoría (Churruca, 15. Madrid). A partir de 30 euros.
  • Aunque la oferta de Cupisniques es amplia (hay múltiples colores y dibujos) también se pueden personalizar.