Todas las grandes historias de amor terminan de manera trágica. ¿Quién no ha deseado alguna vez, por peregrino que parezca, que Margarita Gautier, La dama de las camelias, hubiera tenido un final feliz? Con toda seguridad la obra no habría soportado el óxido del tiempo de la manera que lo ha hecho el libro de Alejandro Dumas  y, por supuesto, Verdi no habría invertido ni un minuto de su vida en La Traviata. Las cosas son como son. Valiente y apasionado, Julio Bravo presenta en el Teatro Fernán Gómez Addio del passato, su particular versión de este drama creado para las tablas que permanecerá en la sala Jardiel Poncela hasta el próximo 16 de abril.

La función toma el título del aria Addio del passato, que canta Violetta en el último acto de la ópera de Verdi. Se trata de una de las más bellas y melancólicas piezas de la literatura operística creada para una soprano. En ella, la protagonista de La Traviata, a punto de morir, se lamenta de la vida descarriada y llena de excesos, así como de su amor perdido. "Me siento muy raro aquí", confiesa Bravo, periodista, dramaturgo y amante de la ópera, al verse al otro lado de la mesa. Julio Bravo ha trasladado la acción a la década de los años 70 del siglo XX, una etapa en la que la modernidad empezaba a florecer. Addio del passato recrea la emocionante y pasional historia de amor y sacrificio, columna vertebral de La Traviata, y la enmarca en el elegante y cosmopolita mundo de la ópera, que era, en aquellos años, símbolo del lujo y del glamour en la sociedad occidental. "Me he ceñido al libreto de la ópera, con la misma estructura, en cuatro actos", matiza.

La función toma el título del aria Addio del passato, que canta Violetta en el último acto de la ópera de Verdi

Para su segunda incursión en el teatro, Bravo le ha encargado la dirección de su gran apuesta teatral a Blanca Oteiza. “Me pareció una reto tan valiente que cuando me pidió que la dirigiera sentí el peso de la responsabilidad”, comenta la actriz. La obra narra la historia de Margarita Gauthier, una célebre cantante de ópera. Una noche, después de obtener un gran éxito en el estreno de La Traviata y de saber que apenas le quedan pocos meses de vida, conoce a Armando Duval, un joven admirador que la sigue por todos los teatros del mundo. Entre ambos surge una arrebatada pasión. Margarita y Armando deciden dejarlo todo para poder pasar juntos el máximo tiempo posible... Hasta que aparece la hermana de Armando.

Para la protagonista de El diario de Adán y Eva o Por el placer de volver a verla, una de las grandes virtudes de Addio del passato es el respeto que Julio ha mantenido por la ópera de Verdi. "Los diálogos me parecen brillantes y el resultado es un melodrama absoluto, pero muy bien adaptado para el teatro".

Julio Bravo ha tenido que recrear desde la nada los diálogos de la historia de la ópera

Se trata de la segunda obra del dramaturgo tras Oficina de patentes. “La primera era microteatro", aclara. Julio Bravo ha tenido que recrear desde la nada los diálogos de la historia, “las óperas apenas tienen diálogos y en el teatro el argumento es fundamental", explica.

Blanca Oteyza aceptó el guante que le ofrecía su amigo, pero sólo puso una condición, poder trabajar con el mejor reparto posible. Así, el tándem Oteyza-Bravo cuenta con actores de la talla de Lola Baldrich y Fran Calvo en los papeles de Margarita y Armando, acompañados por Noemí Rodríguez, Orencio Ortega, José Emilio Vera, Carolina Herrera y Ruth Rubio. "Tengo la suerte de encarar, con mi trayectoria y edad, uno de los personajes de mi vida", añade Bladrich sobre su papel, una "gran heroína del amor, de la pasión y de lo sublime".

Siguiendo el deseo del autor, Oteyza no ha querido "apartarse de la ópera, ni de esa última pieza, Addio del passato, y quería que el último movimiento en concreto estuviese muy presente".

https://youtu.be/vlSjTq5J9PU