Es la esencia de la vida. Con sus victorias y sus sinsabores, sus regates y encontronazos, con la amargura del esfuerzo sin resultado y la satisfacción del logro de la constancia. Todo en torno a un balón, un estadio y una pasión que lo alimenta, en ocasiones sin explicación razonable. El fútbol nunca fue sólo un juego. Tampoco un mero deporte. Le acompaña la épica y la miseria y una naturaleza humana que puede convertirlo en la mejor y peor lección de vida. Es eso, la vida al fin, surgida a su calor la que estos días se muestra en Bilbao con todos sus matices en el Thinking Football Film Festival organizado por la Fundación Athletic Club.

El balón y sus pasiones humanas como elemento de reivindicación social, de justicia, de dolor desgarrador o de fraternidad entre diferentes. Todo discurre en torno a un deporte que acumula un siglo de historias a su alrededor y con las que se quiere hacer reflexionar al espectador, al deportista, al hooligan. Thinking Football Film Festival acumula ya cinco ediciones contando vivencias y así lo hará hasta el próximo martes 28 cuando se dará por concluida esta edición del certamen en el que se exhibirán 11 largometrajes, una decena de documentales y una película de ficción con el fútbol y el complejo mundo social que viaja con él.

Subrayar los pequeños logros del fútbol alejado de las grandes estrellas es una constante en este Festival

Historias humanas detrás de un negocio y un deporte que moviliza a masas en todo el planeta y que es capaz descubrir que el football puede servir para algo más que lograr un título deportivo. Sus organizadores aspiran a hacer “reflexionar” en torno al potencial que un deporte como éste puede llegar a tener para transformar si no el mundo, sí la vida de millones de personas. “Es lo que pretendemos, hacer pensar. El Athletic Club dio un paso adelante en su apuesta cultural con una iniciativa como esta en la que se suma a la sociedad en la que está inmerso para caminar juntos”, señala Galder Reguera, responsable de actividades de la Athletic Fundazioa.

Confía en que en esta edición, en la que se abordan cuestiones que abarcan desde la homofobia, la xenofobia o el apartheid hasta la violencia en el fútbol, historias procedentes de todo el mundo que se podrán ver en Thinking Football Film Festival que permiten no sólo hacer más valioso el deporte sino lo que le rodea. “Recuerdo especialmente el impacto que tuvo una historia que mostramos en una edición anterior en la que se contaba la vida de un grupo de niñas del Nepal que en aquellas altas montañas jugaban al fútbol. A través de este deporte lograron el reconocimiento y respeto del pueblo y con él evitar, por ejemplo, algunos matrimonios concertados”, recuerda Reguera. Subrayar los pequeños logros del fútbol alejado de las grandes estrellas es una constante en este Festival. “Existe una película que se llama ‘El que mete gana’ en la que se narra la historia de la selección de fútbol de la Samoa americana, que tiene el récord de partidos perdidos”, relata.

Un récord que cosecharon contra Australia con una derrota de 31-0. “Sin embargo, en esta película se cuenta la historia de cómo un nuevo entrenador de EEUU logró que el equipo evolucionara hasta lograr la primera victoria de su historia. El Athletic les envío una camiseta con el lema ‘Vuestra actitud nos sirve de ejemplo’. Para ellos fue muy emocionante. Es este tipo de historias que existen en torno al fútbol son las que queremos poner en valor”, asegura.

Las que se muestran en esta edición tienen un cariz similar; mostrar la vida que rodea al fútbol fuera de sus estadios en los que no siempre espera la gloria. La tarde del 15 de abril de 1989 no la olvidarán jamás los hinchas del Liverpool. Menos aún los 24.000 que viajaron al campo del Sheffield. La trágica avalancha que acabó con la vida de 96 aficionados, mujeres, hombres y niños aún pervive en la retina y en la vida de cientos de familias. Saturday, el cortometraje que se exhibe en el Thinking Film Festival narra la historia de Liam, un niño de ocho años que descubre cómo la mayor pasión de su hermano, el fútbol, se lo arrebataría para siempre.

Matthews, el 'balón de oro' contra el apartheid

Dramas en torno a un deporte que a lo largo de su historia también se ha convertido en plataforma reivindicativa y de protesta ante injusticias. Matthews es sólo una muestra más de las historias en ocasiones desconocidas y de grandeza que acompañan al fútbol. Victorias sociales. El cortometraje que lleva por título el apellido de uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia, Sir Stanley Matthews, narra cómo tras abandonar la práctica profesional a los cincuenta años y tras deslumbrar al mundo, quien fue primer 'Balón de Oro' de la historia se embarcó en una batalla muchos más delicada. Afincado en Sudáfrica, Matthews decidió desafiar al sistema del apartheid y entrenó a jugadores negros en los suburbios de Johannesburgo. Fueron los Stan´s Men, el grito más valiente por la igualdad.

En la muestra de cintas se incluyen algunas de gran actualidad, como la denominada Club Frontera en la que se relata la capacidad de unir y convivir entre diferentes a la que puede contribuir el football. Mexicanos y estadounidenses unidos por un deporte y en una misma grada en torno a un equipo en uno de los lugares más peligrosos del planeta; Tijuana, en el corazón de la frontera México-EEUU.

Club frontera narra la historia de mexicanos y estadounidenses unidos en torno a un equipo en uno de los lugares más peligrosos del planeta: Tijuana

En cada rincón del planeta en el que se practique este deporte se pueden encontrar historias que merecen ser mostradas. En la república Checa, en la categoría más baja de su liga, el FC Roma es ejemplo evidente de que las injusticias se ocultan en el lugar más insospechado. Compuesto principalmente por jugadores de origen romaní, el equipo se ha proclamado líder de la liga, a su pesar. En realidad es líder en recibir ataques de xenofobia. De modo sistemático, en la mayoría de los partidos los equipos contrarios no comparecen por tratarse de un equipo de etnia gitana. Insultos y presiones que soportan con humor y deportividad y que finalmente podrían llevarles al ascenso empujados por la xenofobia de sus contrarios.

Por último, la homosexualidad en el fútbol tendrá un apartado en este certamen con la exhibición hoy del cortometraje I love Hooligans, una cinta holandesa en la que un aficionado radical que siente un amor incondicional por su club se ve obligado a ocultar su condición sexual para sobrevivir en un entorno que tanto ama. De igual modo, el martes de la próxima semana se exhibirá la única película de ficción, The Pass, en la que se narra la relación homosexual entre dos jugadores de élite y la dificultad para ‘salir del armario’ que pervive en el fútbol profesional.