TeleEspe: Televisión autonómica de la Comunidad de Madrid gobernada por Esperanza Aguirre, primero, y por Ignacio González, después; con la intención de privatizar la cadena, darse autobombo y dilapidar el presupuesto dando prioridad a sus colegas. Telemadrid: Televisión autonómica pagada por todos los madrileños (a 11 euros por barba), que lucha por recuperar el prestigio perdido durante los últimos 14 años. Dos etapas, dos definiciones.

La televisión autonómica de Madrid cuenta con un nuevo director general, José Pablo López, que desde el pasado 22 de febrero tiene entre manos probablemente uno de los mayores retos de su carrera profesional: recuperar la credibilidad perdida. Como carta de presentación, López puede presumir de ser el único director general elegido por consenso de la Asamblea (con la abstención de Podemos).

José Pablo López tiene entre sus manos recuperar la credibilidad perdida en Telemadrid

José Pablo López, en una entrevista concedida a El Independiente, considera que se encuentra ante dos retos importantes, uno hacia afuera y otro hacia dentro. “Lo principal es recuperar la complicidad con los madrileños. La televisión ha pasado por una etapa muy difícil y aunque pueda parecer duro al decirlo, creo que ha vivido de espaldas a lo que le pedía la ciudadanía, con unas cifras de audiencia muy bajas, de las más bajas dentro de las televisiones autonómicas. Para recuperar la credibilidad hay que dar pasos decididos, ofrecer un modelo de televisión y de información en el que todo el mundo se sienta representado. Telemadrid no tiene que expulsar a nadie. Estamos para informar, no para dar palos, pero tampoco para ocultar nada de lo que pasa”.

Telemadrid

José Carlos López, (en el centro con corbata), rodeado de los presentadores de los especiales de Telemadrid en el World Pride.

Cuatro meses después de su toma de posesión, José Pablo López afronta su primera prueba de fuego importante. Madrid alberga hasta el próximo 2 de julio el Word Pride 2017, un evento mundial que reunirá a millones de personas dispuestas a reivindicar sus derechos. La nueva dirección de Telemadrid considera que su deber es contar lo que sucede y por eso se ha convertido en la cadena oficial del Orgullo. Boris Izaguirre, Berta Collado, Emilio Pineda, Pablo Carbonell, María Gracia y Adriana Abenia son los rostros que presentarán los programas especiales que arrancaron este viernes con el pregón oficial desde la plaza Pedro Zerolo y continuarán con la multitudinaria manifestación del 1 de julio, los conciertos en directo, la gala Europride y la clausura oficial del 2 de julio.

Ni desde la Presidencia, ni desde el partido que la sostiene me han llamado para darme instrucciones"

Hay que leer entre líneas para ver qué es lo que se cuece entre las paredes de Telemadrid y cuál va a ser el camino para la recuperación. José Pablo López confiesa que le han dado carta blanca para todo. “Al llegar a esta casa me encontré  una situación muy complicada, no se puede negar, pero tengo que decir que ni desde la Presidencia Regional, ni desde el partido que sostiene a la Presidencia Regional, ni desde ninguno de los partidos que hay en la Asamblea de Madrid se me ha llamado para darme instrucciones, presiones, decirme que no ponga tal cosa o que oriente la otra de determinada manera. He hecho un equipo directivo compuesto única y exclusivamente por los profesionales que he considerado adecuados, no por ser de una adscripción política o por ser los jefes de prensa de fulanito o jefes de gabinete de peringanito”.

Un poco de historia

Para entender estas declaraciones es necesario refrescar la memoria. Telemadrid dio un vuelco de 180 grados en 2004, tras la llegada de Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad de Madrid. La cadena autonómica madrileña podía presumir de tener un 17% de cuota de pantalla, comenzó a perder audiencia de una manera brutal, hasta llegar al 4% de cuota de pantalla en 2016 (bien es cierto que el mercado televisivo no es el mismo un año que otro). Por si esta sangría de audiencia fuera poco, en aquella se firmaron contratos millonarios con periodistas como Ernesto Saenz de Buruaga (971.000 euros), Hermann Tertsch (1.005.000 euros) o Cristina Tárrega (765.000 euros) entre otros, al tiempo que se preparaba un expediente de regulación de empleo que dejó en el camino a 861 trabajadores. Por no hablar de los platós, camiones y activos que se han mantenido ociosos durante todos estos años hasta la llegada de José Pablo López. “No es bueno que unos activos que han sido pagados por todos los madrileños estén ociosos, hay que ponerlos en funcionamiento porque nos permiten rebajar la factura económica de la casa”, explica López.

Los informativos de la autonómica, bautizada como teleEspe, estaban absolutamente al servicio del Gobierno de la Comunidad.  Con el Gobierno y si no… a la calle. Como ejemplo basta recordar la entrevista que provocó la dimisión de Germán Yanke, director y presentador del informativo Diario de la noche de Telemadrid, después de hacer varias preguntas incómodas a la entonces presidenta.

Una nueva Telemadrid

¿Hacia dónde va la nueva Telemadrid? “Telemadrid necesita recuperar el directo porque el interés por la actualidad está presente en la sociedad. El pasado 15 de mayo fue el primer día que esta casa, después de cuatro años, volvió a contratar a personal afectado por el Expediente Regulador de Empleo. Esos técnicos produjeron el directo de la Liga del Madrid, la fiesta de la Champions y ahora van a producir el World Pride. Además estamos trabajando en la parrilla de la próxima temporada. La televisión es un animal de hábitos, cambiarlos cuesta mucho trabajo. Nos encontramos en un momento audiovisual que no tiene nada que ver con el momento que pudo vivir Telemadrid en los años 90 porque el contexto competitivo es completamente distinto. Tenemos que ofrecer algo distinto al espectador. En esta nueva etapa vamos a ofrecer un pelín de atrevimiento. Algo que en una pública no es habitual. Sé que el atrevimiento, a veces, se puede entender; otras, no se entenderá. Tendré enemigos, pero estoy convencido de que es el camino que hay que seguir con la televisión pública”.

No quiero copiar nada, pero me gustaría atrapar la capacidad de reacción y la inmediatez de La Sexta"

Confiesa el director general que sus ciclos profesionales son de siete años, los mismos que estuvo en La Sexta y en 13 TV. No quiere copiar nada, pero le gustaría atrapar la capacidad de reacción y la inmediatez de la cadena verde. “Es ahí donde un medio público debe jugar, tiene que ser lo suficientemente ágil para dar respuesta a lo que pasa en su entorno”.

Lo que no quiere replicar, ni de lejos, es el modelo de externalización. “He trabajado en dos modelos distintos, uno completamente externalizado que era La Sexta y otro completamente internalizado como era 13TV. Uno y otro son malos. Creo que la endogamia que a veces ha sucedido en las tv públicas de este país no es buena tampoco. Tenemos que llegar al equilibrio, dentro del modelo. Un modelo que saque lo mejor de sus profesionales, que utilice sus infraestructuras y que a la vez esté abierto a posibles colaboraciones con empresas que puedan aportar una idea o un formato que tenga un valor”.

Entre las paredes de Telemadrid hay capital humano que ha demostrado que sabe hacer televisión"

Su sueño es situar la cadena en un medio plazo en los índices medios que tienen las televisiones autonómicas, “en una media del entorno de 7 o 7,5%”. Telemadrid ha demostrado a lo largo de su vida que sabe hacer directo, “entre sus paredes hay capital humano que ha demostrado que sabe hacer una televisión cercana, pero estos últimos años no se le ha motivado lo suficiente”. Hay que crear sentimiento de pertenencia. “Para eso hace falta voluntad. A mí lo que más me importa es que de verdad se crea en el proyecto. Lo demás son problemas que irán surgiendo y que iremos resolviendo”.

Actualmente, Telemadrid recibe una asignación de 67,9 millones de euros del presupuesto público, ¿es suficiente? “Es el presupuesto que hay. ¿Se puede hacer una televisión mejor con más dinero? Pues claro. La tele es un bicho que todo el dinero que le eches, todo lo coge. Con estos 67,9 millones se puede hacer un servicio digno para los madrileños, siempre y cuando tengamos la capacidad de reordenar la asignación de nuestros recursos de manera distinta a la que se ha venido haciendo hasta ahora”, concluye.