De niño los monstruos le apasionaban, la fantasía le hipnotizaba y la curiosidad de los seres mitológicos vascos que leía en cuentos y escuchaba en historias populares no hacían sino suscitarle un interés interminable. Aún hoy es lo que más motiva a Paul Urkijo, un cineasta alavés que hace años que tenía claro que la temática de la que iba a ser su primer largometraje recorrería este camino.

Con muchos cortometrajes como rodaje anterior, Urkijo presenta ahora Errementari, la adaptación del cuento Patxi el herrero, que data de 1903 y que recuperó el ya fallecido antropólogo vasco, José Miguel de Barandiarán. En él se narra la historia de un malvado herrero cuyas andanzas malignas asustaban incluso hasta los demonios, que le cerraron las puertas del infierno, y terminó por entrar en el cielo. Urkijo ha decidido cambiar la historia, situarla en un tiempo, mediados del XIX, y en una localidad, su Álava natal.

Lo ha hecho atreviéndose a rodarla en un euskera casi desaparecido, el dialecto alavés de hace cerca de dos siglos, y que ha tenido que recuperar de la mano de filólogos y lingüísticas. El proyecto, al que ha dedicado siete años de su vida, logró enamorar a Alex de la Iglesia que accedió a producirla. Errementari cosecha ya, días antes de su estreno este viernes en nuestra carteleras, críticas muy favorables por la historia y por la singularidad en el modo de contarla.

P.- Errementari es una apuesta muy singular para su primer largometraje. Un cuento fantástico que combina mitología vasca, demonios y prejuicios en una aldea alavesa a mediados del XIX. ¿Por qué elige un relato así, qué le atrajo de él?

R.- Llevo muchos años haciendo cortometrajes y siempre en torno al género fantástico, basados en el folclore, la mitología y los monstruos. Es lo que me gusta. El cuento de Patxi Errementaria era un cuento que tenía de pequeño. Habla sobre un herrero que era tan malvado que hasta los demonios del infierno lo temen. Desde niño me hacía gracia cómo el herrero atormentaba a los demonios. Es muy conocido en el País Vasco y siempre pensé que tenía unas claves que merecían ser desarrolladas. Es un cuento sencillo que no está ubicado en ninguna época histórica ni tiene desarrollados los personajes. Todos esos elementos me parecían interesantes para hacer una película de género fantástico ambientada en un cuento de horror gótico sobre demonios con un nivel visual muy tradicional y que incluyera elementos de humor negro.

P.- Pero en el cuento de Patxi Errementari, que se remonta a 1903, el herrero termina en el cielo porque los demonios no le abren la puerta. No es lo que sucede en su película. ¿Por qué opta por alterar la historia?

Cartel de Erremetari

Cartel de Erremetari

R.- Creo que son dos formatos. Una cosa es el cuento y otra la película. Las estructuras narrativas de las películas a veces toman otros caminos. Por eso he tomado los elementos que me interesaban del cuento y he desarrollado la historia que a mí me gustaba. Yo quería, por ejemplo, indagar en por qué el herrero es tan malvado, o qué se pasa por la cabeza a los demonios, qué piensa un demonio cuando va a por el alma de un ser humano… Me interesaba ubicarlo en una época histórica concreta, en este caso el siglo XIX. He añadido personajes para meter el contexto de los prejuicios, uno de los elementos de la historia. En lo estructural, el final de la película esencialmente sí se parece al cuento. También aquí hay una redención, quizá no es en el cielo pero el camino del personaje de la película sí la tiene.

La mitología y los monstruos me encantan. Quería indagar qué pasa por la cabeza de un demonio cuando va a por el alma de un ser humano.

P.- La mitología vasca es muy inspiradora y rica. ¿Qué es lo que más le atrae de ella, lo que le ha motivado para sumergirse de esta manera en ella?

R.- Todo folclore y mitología me fascina, es una cosa que siempre me ha encantado, desde niño. Siento pasión por la miología. En el caso de la vasca, al ser mía, aún más. Lo especial diría que es que de alguna manera aquí las deidades paganas de esa zona han sabido convivir y mantenerse con el cristianismo y por eso es muy bonito que en los cuentos de la mitología vasca encuentras situaciones en la que conviven seres paganos con la propia Iglesia. En esos casos, no necesariamente esas son criaturas malas y las de la Iglesia buenas, en ocasiones ocurre todo lo contrario. Pueden ser situaciones como que por el tañido de una campana de una ermita en un bosque pagano las ninfas mueran o que ciertos demonios sufran. Hay un universo muy bonito que lo siento muy mío y que es parte del legado que quiero transmitir al mundo. Por eso, en parte, he hecho esta película

P.- En Errementari explora campos como la fe, las creencias paganas, la superstición, el bien y el mal, la redención. Todos ellos son elementos muy presentes y unidos por los demonios.

R.- Lo que tenía claro era que quería hacer una película de demonios, de demonios arquetípicos que beben de una mitología cristiana. Aunque sea un cuento vasco se puede decir que es un compendio de cuentos de demonios europeos o mundiales, el demonio existe en todas las culturas. Más que una cuestión de fe yo quiero plantear que los demonios pueden existir, pero que sobre ellos juego más el prejuicio. Si presentamos la figura arquetípica del mal, que es el demonio, deberíamos preguntarnos, ¿realmente es malvado? O si te acercas a él y rasgas un poco el velo de prejuicio puedes encontrarte con otra cosa. Ocurre también con el herrero, se dice de él que es tan malvado pero quizá no lo es tanto, sólo necesita ser escuchado y conocer el tormento que tiene en su interior. La película va de eso, del prejuicio que tenemos hacia lo establecido como malo. Es algo que pasa en la sociedad.

En la mitología vasca las deidades paganas se han mantenido con el cristianismo. Es bonito ver cómo conviven seres paganos con la propia Iglesia

P.- Y a la historia le añade la complejidad de rodarla en un ‘euskalki’ o dialecto del euskera casi desaparecido, el alavés, y propio al que se hablaba en el siglo XIX. Un reto que ha requerido de una labor de investigación lingüística.

R.- Tenía claro que la haría en euskera. Es un cuento en euskera y era lo propio. Además, si la película la ambiento en el XIX debía ser un euskera antiguo para darle verosimilitud histórica. Como soy alavés decidimos recuperar el euskera que entonces se hablaba en Alava. Conversando con filólogos hemos  logrado rescatar la sonoridad de ese euskera y ha quedado muy bonito. Más allá del interés histórico, a la película le aporta una textura muy bonita, exótica, lejana. Gana mucho en textura. Estoy muy contento con este aspecto. A la gente que no sabe euskera se le hará también exótico, como de leyenda y lejano, le aportará el punto de una lengua arcana.

P.- La historia transcurre en torno a 1843, años después de la primera guerra carlista, y en un pueblo rural. ¿Qué la atraía esa época como para situar una historia de demonios y prejuicios en ese punto histórico?

Deberíamos preguntarnos, ¿realmente el demonio es malvado? O si te acercas a él y rasgas un poco el velo de prejuicio puedes encontrar con otra cosa.

R.- A nivel estético es una época visualmente muy poderosa. Es lo coetáneo de la época victoriana, donde tantos relatos de horror gótico se escribieron como Drácula, Frankenstein, Jack el destripador. Tiene ese punto de cuento lúgubre y gótico del que yo también quería beber. Quería hacer mi versión vasca de demonios. El contexto histórico de esa época era interesante. Nacía un movimiento de pensamiento ilustrado, más revolucionario en las urbes y que chocaba con un tipo de pensamiento y mundo más  tradicionalista de los pueblos, donde los curas mandaban y hablaban del diablo y había mucha superstición. Todo eso era muy interesante para contar un cuento de demonios.

Rodarla en un euskera alavés casi desaparecido le aporta una textura muy especial a la película

P.- ¿Cuál es la pregunta que le gustaría suscitar en el espectador al terminar de ver ‘Errementari’? ¿Si existe el demonio y el infierno? ¿Si vivimos rodeados de prejuicios?

R.-  La pregunta sería si quizá, cuestionarnos si alguna vez te encuentras con algo que no comprendes o no conoces y si por prejuicio o tradición piensas que es malo. Quizá deberíamos preguntarnos el origen de ese mal, si es por alguna razón, saber por qué o qué le pasa a ese supuesto elemento malo, ese enemigo. Es posible que si te acerca a ese enemigo y hablas con él, te lleves una sorpresa y ese personaje esté viviendo el mismo infierno que tú.

P.- Es una película ¿más de prejuicios que de demonios?

R.- Sí, los demonios los creamos las personas, son proyecciones de nosotros mismos, de nuestros miedos y frustraciones.

P.- ¿La película se verá sólo en euskera y subtitulada o habrá copias dobladas al castellano?

R.- Habrá copias en versión original en euskera subtituladas en castellano y habrá copias con doblaje al castellano. Lo que me interesa es que la  historia llegue. Soy consciente de que el mercado de cada país manda a la hora de consumir las películas y en este caso, en este país hay tradición de doblaje y vamos a ofrecerlo al público.

Los demonios los creamos las personas, son proyecciones de nosotros mismos, de nuestros miedos y frustraciones

P.- Eso sacrifica un poco la textura de la que hablaba…

R.- Queda a la elección del público, por eso quizá recomiendo verla en versión original, es más bonita e inmersiva.

P.- En su cabeza circulan ya nuevos proyectos. ¿El más avanzado discurre también por estos mundos de la fantasía y la mitología?

R.- Lo que me gusta es el género fantástico y mi intención es seguir por el mismo camino. Me divierte mucho. Seguiré intentando compartir las historias de folclore y mitología que me encanta.