El próximo 25 de junio se cumple cuatro años de la muerte de Ana María Matute, por ese motivo desde hoy está en las librerías una edición especial de Olvidado Rey Gudú, con los dibujos al óleo pintados por la escritora y académica catalana cuando escribía este libro, al que consideraba su testamento.

Ana María Matute ( Barcelona, 1925-2014) decidió publicar Olvidado Rey Gudú en 1996, después de guardar los originales durante veinte años, una obra que consideraba como su "testamento" y su obra favorita, y que publicó a pesar de la superstición que sentía sobre ella, y que no era otra que sí sacaba este libro iba a morir.

"No se me va eso de la cabeza, que me voy a morir si sale este libro". Pero mira -decía-, tengo más de setenta años y me tengo que morir algún día, y prefiero que, si esto es un éxito, lo disfrute en vida y no a título póstumo", explicaba la autora en una entrevista con Efe, con motivo de la publicación del libro. Y vaya que sí se equivocó, y afortunadamente, porque Ana María Matute vivió 18 años más y escribió nuevas grandes obras como Paraíso inhabitado, Aranmanoth (2000), Paraíso inhabitado (2008) o Demonios familiares (2014).

El objetivo es llegar a las nuevas generaciones con está edición"

Además recibió toda clase de reconocimientos. Fue nombrada académica de la Lengua y recibió el Premio Nacional de las Letras. Fue finalista del Princesa de Asturias de las Letras y coronó su carrera con el Premio Cervantes en 2010. En esta edición especial que publica ahora Destino, cuyo objetivo también es "llegar a las nuevas generaciones" que disfrutan ahora con libros llenos de símbolos y mitología, como el rey Arturo, las aventuras de Tolkien en la Tierra Media o Juego de Tronos, se incluyen además de las reproducciones de las pinturas que realizaba la propia autora, los dibujos hechos por su hijo, Juan Pablo, cuando era pequeño sobre la obra con mapas, galeones, o soldaos medievales.

Y es que Olvidado Rey Gudú fue considerada por los críticos cuando salió como una de las grandes novelas del siglo XX y la obra maestra de esta autora. Ambientada en el siglo X, en plena Edad Media, la novela, de más de 800 páginas, narra, con el característico estilo fabulador y fantástico de la autora, el nacimiento, expansión, decadencia y caída en el olvido de un reinado imaginario.

Es la historia del ficticio Reino de Olar, surgido de la conquista de unas tierras arrebatadas brutalmente por el primitivo y salvaje Rey Gudú, que utilizaba la muerte para conseguir sus propósitos y culminar sus deseos.

Multitud de personajes, a los que Ana María Matute bautizó con nombres que marcan su personalidad, como los de los príncipes Soez, Furcio o Predilecto, o el de la princesa Tontina, protagonizan sucesos y anécdotas y conforman una trama en la que se desvelan las contradicciones de las reacciones humanas.

Elegió este territorio porque la inspiraba un mundo paradisíaco y tétrico a la vez"

Aunque ella no aclara en el libro, la región donde tienen lugar estos acontecimientos -en los que el odio, la venganza, la brutalidad y la intriga son moneda común- se la imaginó Matute en la Europa central.

La autora explicó en su día a Efe que había elegido este territorio porque la inspiraba un mundo paradisíaco y tétrico a la vez. "Me devuelve a los recuerdos de los cuentos de hadas, esos cuentos que estaban escritos para niños, pero que eran terroríficos, inspiraron horrores a generaciones y les impusieron doctrinas férreas y no muy acertadas sobre el bien y el mal", decía.

Ana María Matute exprimió al máximo su fantasía, su imaginación, sus ensoñaciones "vividas casi como una realidad", hasta llegar al máximo del ensueño. La escritora tenía redactado este libro y lo paseaba por su casa, como si de su mayor joya se tratara."Me lo llevaba a todas partes, lo metía en mi maleta cuando iba de viaje, lo tenía conmigo a todas horas", explicaba.

El libro se presentará el día 25 en la librería Rafael Alberti de Madrid, donde será homenajeada la autora a través del libro de su vida con la participación de Loreto Sesma y Lorenzo Silva en una mesa redonda moderada por Inés Martín Rodrigo.