Según entras en el estudio, el olor a arcilla te transporta a ese oficio ancestral y artesano, como en el Taller de Marta Cerámica. Esta tradicional técnica se está extendiendo en forma de cursos presenciales o workshops online por todos los rincones de nuestro territorio. ¿Por qué atraen tanto al público?

“El ser humano necesita el contacto con la tierra, con la naturaleza y con lo tangible; conectar consigo mismo y con otras personas. La tecnología no siempre ayuda en esto” nos explica Marta González, responsable del taller.

Con las manos modelando una bola de arcilla nos cuenta los objetivos que se plantean en el taller a la hora de ofrecer estos cursos: “El principal es el sumergirse en el método de creación de una forma concreta. Hacemos clases individuales con diferentes enfoques. Pueden venir artistas que quieren aprender o perfeccionar técnicas cerámicas concretas, alumnos que buscan tiempo de relajación, con atención exclusiva, incluso asesorías para personas en el proceso de abrir su propio taller”

Fotografía de las piezas de porcelana que se han cocido en el horno del taller. Marta González Marta González

“Resulta terapéutico dar rienda suelta a la creatividad que no siempre sabemos que tenemos dentro. Además estos cursos consiguen que enfoquemos nuestra mente en algo positivo y constructivo” nos explica Marta mientras ayuda a un alumno a lavar los utensilios. Porque estos talleres de cerámica también te hacen crecer personalmente: “Gracias a ellos trabajamos la tolerancia a la frustración, la paciencia, el respeto y el cuidado del entorno”.

Los cursos de cerámica han sido, sin ningún tipo de duda, el regalo estrella durante estos meses que no hemos podido viajar por la pandemia"

MARTA GONZÁLEZ

El estar unos minutos viendo como se trabaja la arcilla, te ayuda a llegar a la conclusión de porqué tanto “boom” con estos talleres. Durante la pandemia los trabajos de artesanía han ido en crecimiento, y aunque siempre han estado ahí, estamos hablando de trabajos con años de antigüedad, esta temporada que hemos pasado encerrados en casa nos ha ayudado a sacar nuestro lado más creativo: “Ha sido, sin ningún tipo de duda, el regalo estrella durante los meses que no hemos podido viajar por la pandemia; los cursos de cerámica”.

Son actividades dirigidas tanto para niños como para adultos: “En mi caso, la edad media de los alumnos es de 40 años, pero todas las personas pueden hacer cerámica”. Si tu preocupación viene relacionada con la no experiencia dentro de estas manualidades, es otro de los factores que no tiene que impedir que empieces tu andadura en este mundo. “Los alumnos se sorprenden de todo lo que son capaces de hacer con sus manos sin conocimientos previos”.

Una afición que llena

“Creo que todos deberíamos disfrutar de actividades que nos apasionen, nos hagan crecer y nos ilusionen. Es necesario que practiquemos lo que nos hace felices con quien nos hace bien”, destaca González.

Objeto realizado con la técnica de calado. Marta González

En mi caso empecé en la cerámica porque ya veía a mi abuela trabajar con arcilla.

MALENA FERNÁNDEZ

Se palpa enseguida cuando el alumno ha encontrado “su sitio”; ves, en su forma de trabajar, el disfrute que siente a la hora de compartir inquietudes, penas, alegrías…”En mi caso empecé en la cerámica porque ya veía a mi abuela trabajar con arcilla. Llevo ocho años realizando este tipo de clases, y sigo aquí porque es algo que disfruto, que estoy a gusto, que me lleva a hacer más, a ser mas creativa; me encuentro feliz”, asegura Malena Fernández, alumna del taller.

Aumento de la autoestima haciéndote sentir creativo, encontrarte con tu lado más artístico, desarrollar la memoria, ejercitar las manos…muchas son las razones por las que estos talleres se han convertido en el hobby preferido para muchas personas en nuestro país.